Ante la nueva fractura del frente Docentes Unidos de Salta, los referentes de las partes estalladas siguen reivindicando sus particulares visiones ante los hechos, mientras el colectivo que protagonizó una épica huelga pierde fuerza y representatividad. La burocracia sindical de la ADP está feliz.  

Primero fue el gremio SITEPSA que en pleno huelga docente decidió separarse aduciendo que el Partido Obrero politizaba la lucha. Ahora fue el turno de un sector que aquella vez, califico a SITEPSA de traición, aunque ahora se aleja aduciendo los mismos argumentos que en su momento adujera SITEPSA. Lo peor de todo, sin embargo, es otra cosa: nadie da el brazo a torcer y todos se reivindican como los portadores de la suma de todas las verdades.

Ramiro Maldonado Claure, secretario General de DASA, por ejemplo, declaró que “Han habido claras expresiones de imponer un modelo que no se ha discutido en ningún momento, un modelo con objetivos partidarios del Partido Obrero precisamente”. En cuanto a las declaraciones que surgieron en su contra, Claure sostuvo que “nadie me puede calificar de haber sido desleal a la asamblea, a la lucha docente, a la lucha por la educación pública. Me juzgaron desde su carencia cultural y de educación, porque mal pueden llamarse profesionales de la educación cuando agravian, insultan y golpean”.

Del otro lado, la cosa no ha sido peor. El principal referente del Partido Obrero, Claudio del Pla, usó su cuenta de Twitter para referirse al asunto: “Que romeristas se vayan de la asamblea docente muestra que Romero sigue sus «mejores tradiciones» Quiere volver….por otro ajuste antiobrero”; otro tuits dice lo siguiente: “Me cuentan los docentes que el romerista Maldonado (Dasa) se fue de la asamblea.Viva la asamblea de los Docentes Unidos!!”