Fue arrestado por estafar a cientos de personas: les vendía un supuesto remedio multiuso a base de testículos de gato que compraba en el mercado negro de las castraciones en Manila.

Lo detuvieron justo antes de abordar un vuelo en el Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino de Manila, Filipinas. Samuel Morris estaba a punto de salirse con la suya, pero lo agarraron a tiempo y ahora enfrenta la posibilidad de varios años de cárcel.

Cerca de una veintena de personas fallecieron, en tanto otras cientos resultaron intoxicadas debido al supuesto “ungüento a base de ojos de tigre” que comercializaba Morris con el pretexto de que curaba desde una simple homorroides hasta la homosexualidad, si es que se untaba en las partes indicadas.

Lo cierto es que tras un análisis minucioso se determinó que el susodicho remedio no era más que vaselina, testículos en polvo de gato callejero y amoníaco, lo que le daba el característico olor. Además no descartaron la posibilidad de que algunos lotes llevaran metales pesados, lo que habría  ocasionado la muerte a “quienes ingirieron la fórmula pensando que eso les iba a curar lo puto”, aseguró el corresponsal de El Polichombi en Manila. Síndrome de Kirk Hammet, así llamaron los expertos en metales pesados a lo que ocurrió con las víctimas filipinas de este aprovechador.

La justicia ya tomó intervención en el hecho y se está convocando a las familias de quienes resultaron perjudicados, o a las mismas víctimas a que se sumen a la denuncia colectiva.