Finalmente fue imputado por violencia de género el kirchnerista Tomás Salvador Rodríguez, diputado provincial por el Partido de la Victoria. Infamia pura, un Tury auténtico: abandonó la presidencia del Concejo Deliberante dejando un faltante de más de 20 millones de pesos y como diputado intimidó por meses a su expareja para que no lo denunciara. (Alfio Bustos)
Ayer, el diputado provincial por el Partido de la Victoria (PV), Tomás Salvador Rodríguez, el Tury, fue imputado por violencia de género. La decisión fue tomada a instancias de la fiscal de Violencia Familiar y de Género 3, Liliana Jorge, que ordenó investigaciones luego de recibir la denuncia de la expareja del legislador, en abril pasado. Tras los resultados recabados, la representante del Ministerio Público obró las diligencias correspondientes para celebrar la audiencia de imputación esta semana.
La denuncia de la mujer fue presentada a principios de abril y remitía a un hecho de mediados del año pasado. Ella justificó la dilación de la delación explicando que el legislador la intimidaba ufanándose de sus contactos en el poder, desanimándola a reclamar justicia por la opresión sufrida. Pasados unos meses, la mujer salió del titubeo y denunció a Rodríguez, quien rápidamente se atrevió a relativizar el asunto.
Más de una vez se lo oyó en los pasillos de la Legislatura provincial desligarse de cualquier responsabilidad, acusando a la mujer de ser funcional a una operación política que jamás pudo probar. Su expareja brindó detalles tan claros que las pruebas ordenadas por la fiscal le dieron la razón y, en la mirada de Jorge, fueron suficientes para considerar la acusación contra el representante capitalino del PV. Sin pudores, el ahora imputado venía negando cualquier forma de violencia machista, algo difícil de creer para un varón en la Salta patriarcal, aún para los que realmente ansían cuestionarse sus privilegios. La decisión judicial le cayó como un balde de agua fría.
De igual manera, con la destreza legal de quienes se encuentran asidos de leguleyos, Rodríguez presentó un documento escrito en forma de descargo, sobre el que el Ministerio Público informó aunque no filtró pasajes. La información oficial simplemente apuntó que el kirchnerista hizo ingresar en el expediente un texto dando su versión de lo sucedido en mayo de 2017. No obstante, la imputación por “lesiones agravadas por la relación de pareja previa y violencia de género” en perjuicio de su expareja se mantendrá pese a su defensa.
El sitio web de las fiscalías penales de Salta informó que Jorge sostuvo que “el acusado agredió físicamente a su pareja, causándole lesiones que fueron constatadas, ello ocurrido en un contexto de violencia de género”. Las pericias en las que se basó la titular de la fiscalía tercera de Violencia Familiar y de Género permitieron incorporar a las fojas copias de certificados médicos y un informe de medicina legal del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF). La acusadora valoró que esas pesquisas “constituyen elementos suficientes para imputar provisoriamente en esta instancia a Tomás Salvador Rodríguez”.
Implicancias
El curso del caso podría acabar con un juicio contra el funcionario, lo cual aún antes de la imputación ya le había causado disgustos. Al trascender la denuncia de su ex, muchas y muchos legisladores se acercaron a Rodríguez para medir qué tanto había calado el escarnio en su moral. El expresidente del Concejo Deliberante, que al abandonarlo dejó un faltante de más de 20 millones que Ricardo Villada negoció para no denunciar, se mostraba entero aunque errante.
Rodríguez aducía por lo bajo que la denuncia era una operación política en su contra. Cuando algún sabueso indagaba, el kirchnerista empezaba con los balbuceos y terminaba por ensayar una sucesión de oraciones inconexas pero con la virtud de ir una tras otra, sin pausas y entonadas con determinación. No faltaron quienes le creyeran, ni quienes utilizaran esas conversaciones de confesión de parte para ir contra sus posiciones.
Cuarto Poder fue pionero en desnudar la intención de Silvia Varg de Nioi de marginar al diputado denunciado de la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos y Defensa del Consumidor de la Càmara en la que ambos militan. Pasadas unas semanas, ante la ya manifiesta pretensión de la representante de Cambiemos, el Tury optó por tomar licencia en ese cargo, salida elegante para la presión, sin ceder al objetivo de Varg: su eyección. Con la reciente imputación, la señora podría volver a la carga armada con mejores fundamentos.