La historia de Chicho Mazzone al frente de la municipalidad de El Bordo transitó por distintos puntos de polémica. Opositor de Urtubey al comienzo de su mandato, se volvió oficialista al poco tiempo de asumir. Denuncias de amenazas, cuentas falsas de Facebook y auditorías inapelables.

Con un pie afuera de la intendencia de El Bordo, Juan Rosario “Chicho” Mazzone, vive el peor momento de su vida política. Señalado a nivel nacional y acusado de corrupción de menores, el intendente oficialista transita una gran polémica.

Pero este no es el primer caso en el que Mazzone se ve involucrado. Apenas asumió debió realizar una histérica puesta en escena porque el ejecutivo provincial no le mandaba dinero y no podía abonar ni la luz ni los sueldos. Mazzone era hombre de Wayar y no simpatizaba con el gobernador. En enero de 2012 amenazaba con renunciar.

En agosto de 2012, aseguró estar arrepentido por haber pensado que Juan Manuel Urtubey no estaba capacitado para su cargo. “Yo estaba en la vereda del frente, lo reconozco. Estaba acompañando a Walter Wayar y decía por los medios que era muy pendejo para manejar la Provincia pero bueno, públicamente le pedí perdón y la verdad es que a la capacidad no se la mide por la edad, así que creo que el gobernador comprendió esto y ha decidido acompañarnos apenas asumimos”. En noviembre de ese año, un periodista lo denunció por amenazas.

El caso más parecido al que vive actualmente apareció en mayo de 2013, cuando surgió una polémica por una supuesta cuenta de Facebook del intendente. Allí se leían declaraciones de un supuesto Mazzone que se lamentaba por la muerte de Videla y publicaba fotos de menores de edad.

Para defenderse, Mazzone acudió a la honestidad brutal: “No sé prender ni una computadora, ni quiero aprender. Menos voy a tener una cuenta de Face”, dijo en su momento a El Tribuno. “Primero eran comentarios estúpidos y no les di importancia. Pero en los últimos meses se tornaron peligrosos. Ahora se están metiendo con mi hija y sus amigas. Además, me quieren hacer quedar como un pedófilo. Esto tiene que parar de una vez por todas”, dijo. Los que lo conocían aseguraban que era conocida su enemistad con la tecnología.

En noviembre de 2013, la Auditoría General de la Provincia revelaba que el municipio de El Bordo no poseía un relleno sanitario propio y vertía sus residuos sólidos urbanos en el pueblo de al lado: Campo Santo. La situación era aún más irregular dado que no existía un convenio formal entre ambas comunas sino, tan solo, un antiguo “acuerdo verbal entre los intendentes”.