La Corte de Justicia rechazó la denuncia por calumnias e injurias que realizara Marcelo Lara Gros contra Silvana Brezina. Cuarto Poder habló con la periodista que testimonia los obstáculos de la libertad de expresión en Orán y los increíbles antecedentes de funcionarios claves de un intendente acusado de corrupción. (M.A)
De fondo un escenario grande, con una gran ornamentación, arreglado con telas en celeste y blanco. Una locutora hacía énfasis en los motivos del acto. Era el inicio de los festejos por el Bicentenario y Silvana esperaba en frente al escenario; esperaba que su hijo junto a compañeros del jardín de infantes salieran. Mientras se mezclaban funcionarios estatales, padres y personalidades pueblerinas en la plaza principal de Orán.
“Esto no va a quedar así, me la vas a pagar”, salió de la boca de Lara Gros y Silvana enmudeció unos segundos. Esa mañana le quedaría grabada. Aunque la actitud patoteril del intendente la había intimidado un poco, jamás se le cruzó que las resonancias escalofriantes de dichas palabras pasarían a ocupar los párrafos del libreto terrorífico de la realidad.
Lara no perdona, eso se dio cuenta. La advertencia era de uno de los intendentes con mayor poder del interior y le llegaba tras publicar un artículo sobre malversación de fondos nacionales destinados a paliar las consecuencias del dengue. “En la investigación encontramos facturas truchas que justificaban gastos para combatir la epidemia de dengue que padecimos en 2009”, recordó al contar la anécdota Silvana Brezina. Esa fue la primera vez que conoció cómo se mueve Lara. “Parecía un matón de estancia, un tirano”, dijo.
Brezina tiene 42 años y ejerce el periodismo en un territorio “pesado”. Comenzó publicando la “Revista Norte”, en cuyas páginas volcó investigaciones sobre el poder político; tarea que continuó en “Estado de cosas”, una revista también con una impronta de periodismo de investigación. “Es muy difícil ser periodista independiente en Orán”, consideró al hablar sobre el mundo del periodismo en el norte.
La pauta
Las notas que publicaba comenzaban a incomodar hasta que la municipalidad canceló la pauta publicitaria en su medio. Esa señal fue un anticipo de lo que se avecinaría. Meses después, el dinero que recibía desde el Estado provincial también sería negado. “Primero, Lara me sacó la pauta municipal y luego presionó para que me quiten la provincial. El por entonces responsable de prensa, Juan Pablo Rodríguez, en su despacho una vez me dijo que Lara Gros era el intendente que más llamaba para coaccionar con la pauta a los medios; después no me recibió ni atendió mis llamadas”, manifestó.
Evidentemente, Lara Gros estaba decidido a que Brezina cambie la perspectiva adoptada o que se relegue al silencio. Continuó, así, complotando al punto de avanzar en la presión a los comercios que publicitaban en sus publicaciones: “los auspiciantes me decían: ‘Silvana esta bueno lo que haces pero desde el gobierno me vienen a ver y me llenan la cabeza sobre vos’; finalmente la gente dejaba de auspiciar para no quedar mal vistos”, aseguró.
Con el transcurrir de los días una atmosfera densa flotaba sobre sus movimientos. Las situaciones con tintes mafiosos aparecían. Un día cuando conducía su auto, de golpe una camioneta se le puso muy cerca, o dicho precisamente, se le tiró encima; al girar la cabeza vio que con el dedo la apuntaban. Era uno de los colaboradores del círculo cerrado de Lara. “Luis Sare, del gabinete, me trompeó mi auto y por suerte no me pasó nada; antes en una nota lo involucraba en graves hechos de corrupción”, señaló.
Y como si esto no fuera suficiente también la llamaban por teléfono para amenazarla. Silvana manifestó que, a pesar de haber realizado las denuncias policiales correspondientes, “nunca hubo detenidos”.
Tales circunstancias no lograban amedrentarla hasta que una denuncia en la justicia despertó su preocupación.
El peso de la ley
Fue el artículo que escribió desmitificando un enunciado de la campaña de Marcelo Lara Gros el que generó la demanda por calumnias e injurias. Se trataba de un texto que comparaba la cantidad de obras realizadas durante dos gestiones diferentes. “En el 2012 me inició una demanda anexando copias de la publicación “Estado de cosas”, donde en una nota llegábamos a la conclusión que Lara no era el intendente que más obras había realizado en la historia de Orán, tal como decía en su campaña electoral 2011”, contó y a la vez consideró que la acción judicial apareció tras haber investigados casos de corrupción donde aparecían funcionarios del gabinete de Lara.
Con el peso de la intimidación judicial todo indicaba que buscaban borrarla de la opinión pública. “Me asusté cuando, en un principio, el juez López le da curso a la demanda y me enjuicia. Entonces mi abogado presentó una amplia argumentación y mucho después tienen que sacarme una sentencia de sobreseimiento; sin embargo, quedaba en evidencia que con distintas metodologías trataban de acallarme a mí y al periodismo”, consideró.
Días atrás se conoció el fallo de la Corte Suprema de Justicia de Salta, en el cual no se hace lugar al recurso de casación presentado por Lara Gros contra la sentencia del ex Juzgado en lo Correccional y de Garantías y de Menores de Orán, que ya había sobreseído a Brezina. “Esto tiene que ser ejemplificador y tiene que llevarnos a pensar que no hay que ser obsecuentes en la profesión; hay que pensar que democratizar palabra y ejercer la libertad de expresión son debates necesarios que van de la mano de obtener una justa distribución de la pauta publicitaria”, señaló.
Algo sobre el malo
Marcelo Lara Gros, es uno de los intendentes del Partido Renovador aliado a Urtubey, con una larga trayectoria: fue fiscal, concejal, diputado provincial, convencional constituyente de la reforma del 94 hasta que llego a jefe comunal. Además, simultáneamente mantuvo su estudio de abogados vinculado al ingenio El Tabacal. Sobre sus espaldas pesan varias denuncias. “En la justicia fue denunciado por no haber presentado las ejecuciones presupuestarias durante el 2011 y 2012. Tiene denuncias por obras públicas truchas, ya que las obras que inauguraba después se rompían, entonces se tuvo que pedir al colegio de Arquitectos de Salta que informen las obras aprobadas y se supo que no tenía aprobado cuestiones mínimas. Tiene una denuncia por abandono de persona y en 2012 allanan la municipalidad por una denuncia de facturas apócrifas por alrededor de 3 millones que realizaba la secretaria de Hacienda. Esta denuncia la hace un ex concejal que se pelea con Zabala Moreno, se estafan; no le paga unos camiones, es decir, que por negocios privados se termina ventilando un escándalo público a modo de venganza”. Otra tiene que ver con un informe de Auditoría de la Provincia donde se hace un análisis desde el año 2008 al 2012 y se mencionan más de 200 observaciones a la gestión financiera, enumeró Brezina y resaltó que “todas estas causas están abiertas pero no se conocen avances”.
Nombres claves
En la charla, Silvana mencionó dos nombres significativos: Luis Sare y Darío Zabala Moreno, ambos del gabinete de Lara Gros. La historia del primero, asombra: “se trata de un tipo que pasó de ser un changarín, que laburaba en la terminal cobrando $ 400, a ocupar el cargo de secretario de Gobierno, acumulando en sus bolsillos una buena cantidad de billetes”, contó Brezina. El funcionario municipal es dueño de una de las canchas de futbol 5 de césped sintético de la ciudad, un emprendimiento que ronda los $ 850 mil y está involucrado por fraude a la administración pública por $ 3 millones. En junio de este año, Luis Sare fue nombrado jefe de campaña para la candidatura a vice-gobernador de Lara.
En tanto, el contador Dario Zabala Moreno, fue secretario de Hacienda y luego nombrado asesor de la gobernación. Tiene causas judiciales por enriquecimiento ilícito, estafa, malversación de fondos públicos tanto en la justicia provincial como en la federal: manejaba 12 cuentas bancarias. También acusado de ser adjudicado en casas del IPV, a pesar de tener una, y luego haber vendido las propiedades. Zabala Moreno es yerno de la dirigente renovadora y ex diputada del PRS Gladis Lauandos, quien lo acercó al círculo de Lara.