A los evidentes signos de deterioro en el comercio automotor, las ventas en supermercados y en el sector turístico informados por Cuarto Poder la semana pasada, se suman ahora voces de alarma en la actividad inmobiliaria, la construcción y comercial en la provincia. (G.T.)

“La actividad inmobiliaria se redujo un 70%”, dijo sin rodeos Felipe Biella, vicepresidente del Consejo Profesional de Agrimensores e Ingenieros. El dato es preocupante porque va de la mano con una merma “del 35%” en la construcción que es uno de los motores de cualquier economía dado su efecto multiplicador hacia otras actividades y la generación de puestos de trabajo. “La construcción brinda trabajo directo a 4 o 5 operarios por obra, a lo que se suman otros contratistas”, explicó el directivo del COPAIPA y advirtió que las dificultades van a llegar a otras industrias relacionadas como la cementera, la metalúrgica, la maderera y la de los sanitarios que lo “van a sentir en los próximos meses”.

En el mismo sentido que Biella se expresó el titular de la Cámara de Comercio de Salta, Daniel Betzel. “Las ventas se desplomaron un 50%”, aseguró el empresario y reconoció que “hace 2 o 3 meses que venimos con una pronunciada caída y algunos rubros bajaron hasta un 50%, comparado con el año pasado”. Consultado al respecto, Betzel consideró que el problema no es de la provincia sino nacional y de políticas macroeconómicas. “La suba de las tasas de interés, por ejemplo, fue quitando efectivo circulante y eso baja el consumo”, explicó.

Aunque no lo dicen públicamente, empresarios y funcionarios de gobierno comparten la preocupación ante este sombrío panorama. Temen que las dificultades económicas se transformen en conflictos laborales y sociales. El ejemplo más citado en reuniones empresariales es el de la industria automotriz -ausente en Salta- que ya en Córdoba y Santa Fe tiene con suspensión temporaria a varios miles de trabajadores como consecuencia directa de una menor demanda del mercado local e incluso del internacional.

En la medida de sus posibilidades, los empresarios y comerciantes buscan alternativas para sostener el consumo en clara pendiente. “Desde la Cámara de Comercio vamos a realizar acciones para levantar las ventas y para que no lleguemos al cierre de locales y la pérdida de empleo”, aseguró Betzel y anticipó, por ejemplo, la llamada “revolución de descuentos” prevista para los días 23 y 24 del corriente con descuentos del 15% y financiamiento a 6 cuotas sin interés en unos 100 los negocios adheridos.

Del otro lado del mostrador, los consumidores salteños también tienen sus quejas. “Los valores de los productos de la Canasta Básica de Alimentos no dejan de incrementarse”, indicaron desde el ISEPCI y destacaron que “el dato más llamativo surge de analizar la variación interanual, contra marzo de 2013, los aumentos fueron del 53%”. Bien por encima de las estadísticas oficiales, el ISEPCI calculó que entre enero y marzo los alimentos tuvieron una variación superior al 16%.

El efecto de la inflación tiene sus consecuencias en el consumo. “La gente gasta todos, o casi todos, sus ingresos en el consumo cotidiano de alimentos y transporte y deja de comprar otras cosas o de ahorrar”, explicó un economista salteño que es consultado por funcionarios de gobierno y dirigentes de la oposición. Esta imposibilidad de ahorrar afecta de manera directa las posibles inversiones durables como las de construcción, de vehículos y de elementos tecnológicos y ya confirma la parálisis o caída de las principales actividades comerciales de Salta.