El diario Página 12 le dedicó una nota al reciente caso del cabo Aybar, el Apollo Creed de la tortura en Pichanal. Recordaron también el caso de los policías de Güemes y dieron con el dato clave: Salta no cuenta con ningún mecanismo de prevención de la tortura sancionado por ley.

A los ojos de los medios nacionales es inevitable la comparación entre los torturadores de Güemes y el caso del cabo que hace algunas horas se entregó luego de estar prófugo tras la viralización del video que lo mostraba haciendo las de un boxeador experto sobre la humanidad de un joven que otra no tenía sino aguantar los insultos y los golpes, porque en el fondo sabía que le podía ir peor.

La comparación es inevitable porque no son muchos los videos que recorren la red, aunque si nos guiamos por otros testimonios podemos determinar que el abuso de autoridad es una constante en las diferentes dependencias policiales no sólo del interior provincial, sino de la capital.

La nota de Página recapitula los sucesos que aún no se terminaron de esclarecer, en primer lugar porque la supuesta víctima no quiere asumir el rol de tal y niega ser el joven que aparece utilizado como bolsa de box por el cana. Mientras que el padre, de apellido Guzmán, asegura que cuando vio el video supo que era su hijo y comentó que la fecha corresponde a 2010, cuando estuvo detenido su hijo, este es otro dato en el que todavía nadie se pone de acuerdo, porque la versión oficial menciona el 2012 como año de la filmación.

Las palabras del ministro de seguridad de Salta también fueron recordadas, aquella frase en ocasión del revuelo levantado por los torturadores de Güemes: “no son policías, sino delincuentes vestidos de policías”, dijo Eduardo Sylvester, quien, según la publicación porteña, “Ahora intentan ajustar la selección de personal y abandonar la teoría de la manzana podrida”.

Gracias a la policía y sus malas artes Salta ya tuvo una tapa en Página 12 , un par de notas y no se descarta que en el futuro, hasta una sección especial de tortura y picaneada.