Sorprende la frivolidad con la que el ministro de salud, Enrique Heredia, se refiere al caso de las personas intoxicadas en el principal nosocomio salteño. Faltó poco para que diga que fumarse unos gases tóxicos de vez en cuando es como tomarse una copita de vino luego del asado.
Es por demás conocido el accionar poco afectivo y más bien pseudo científico de muchos médicos que ante tanta muerte y desgracia por las que viven rodeados parece que mirasen a los que están dentro de un hospital como simples número a corregir, cuerpos para arreglar y nada más.
Hace algunas semanas un número importante, tanto de pacientes como personal del hospital, se vio afectado por la fuga de un gas bastante peligroso que luego fue parte de una pugna por la responsabilidad . En este sentido fue que el ministro Heredia aseguró que “todo es veneno en la vida, hasta el agua, sólo la dosis en que se proporciona hace que esto no lo sea”. Además optó por otra versión, un tanto más conspirativa, que dice que los cerca de 100 afectados lo hicieron como parte de una movida política de desprestigio y además que una gran parte de los cien empleados del hospital que presentaron carpeta médica por la intoxicación lo hicieron de manera “preventiva”. Además de asegurar que los dolores de cabeza o manifestaciones en la piel que padecen pueden ser causas de otras circunstancias y no por la fuga de gas.
Norma Miranda, una de las personas afectadas por la fuga se refirió a esta circunstancia y aclaró, por disparatado que suene aclararlo, que nadie se pasa 11 días en cama por hacer una jugada para o contra el gobierno. Al tiempo que junto a otros afectados por la fuga de gas de etileno analizan aquello que puedan hacer en contra de la Gerencia del hospital para frenar este tipo de situaciones.