Investigadores del CONICET determinaron el perfil genético de los suelos de Tucumán y Salta. “La mayor biodiversidad se encontró en la muestra de Cafayate”, indicó la directora del proyecto.
El trabajo de investigadores del CONICET sienta bases para aplicaciones en la industria, en la agricultura y en la remediación de terrenos contaminados.
Investigadores que trabajan en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) realizaron un amplio análisis genético de los suelos de dos provincias del Noroeste argentino. La información obtenida podría servir para aplicaciones en la industria, la agricultura y la remediación de suelos contaminados.
Los científicos analizaron el material genético de bacterias, virus y otros microorganismos presentes en muestras de distintas altitudes en dos regiones muy diferentes de Tucumán y Salta, las yungas (bosque de montaña, nuboso, lluvioso y tropical) y el monte de sierras y bolsones (ambiente árido). En particular, tomaron muestras de suelo de Tafí del Valle y Rosario de la Frontera, en la primera ecorregión, y de Cafayate y Quebrada de las Conchas, en la segunda. Todos con distinto valor de pH, un indicador del grado de acidez o alcalinidad.
“La mayor biodiversidad se encontró en la muestra de Cafayate”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir la directora del proyecto, la doctora Christina Beryl McCarthy, a cargo del Laboratorio de Metagenómica de Microorganismos del Centro Regional de Estudios Genómicos de la UNLP.
El estudio, publicado en la revista científica “Genome Announcements” (publicación oficial de acceso abierto de la Asociación Estadounidense de Microbiología), puede orientar hacia diferentes aplicaciones. “Por ejemplo, casi todos los antibióticos han sido elaborados usando microorganismos del suelo”, explicó McCarthy, quien también es investigadora del CONICET y profesora de la cátedra de Microbiología y Genética de Microorganismos de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA).
Los microorganismos juegan un rol esencial en todos los procesos biológicos que ocurren en los diferentes ecosistemas, reciclando nutrientes, detoxificando contaminantes y estabilizando la estructura de los suelos. “Conocer su perfil genético y preservarlo puede convertirse en una herramienta clave en la productividad de los sectores industrial y agropecuario”, destacó McCarthy.
“Nuestro trabajo se articula con las políticas nacionales de soberanía patrimonial, aportando conocimiento científico y capacidades de generación de tecnología independiente con características federales”, agregó.
Del proyecto también participó la tesista doctoral Déborah Colman, en el marco de una beca doctoral compartida de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) y UNNOBA, organismos que también financiaron la mayor parte del proyecto.