Una alumna quiere acceder al pase estudiantil de SAETA pero desde la empresa se lo niegan. Le dicen que el trámite era posible hasta agosto. La joven no lo hizo antes porque vivía a tres cuadras de su escuela. Hace una semana se mudó.

Una de las enseñanzas de esta historia es que la honestidad no paga. O que los empleados de las empresas a veces son más papistas que el papa.

El problema que viven Florencia y su hija es que desde SAETA le niegan una tarjeta estudiantil a la joven alumna.

“Vine a pedir la tarjeta y me dijeron que sólo hasta agosto la podía solicitar. Antes vivíamos en el barrio Huaico y la escuela nos quedaba a tres cuadras, por eso no la saqué antes. Ahora me mudé hace una semana y vivo a siete kilómetros de la escuela y la necesito porque implica un gasto extra el boleto”, aseguró Florencia en Canal 9.

La mujer presentó todos los requisitos pero la empresa aún no da el brazo a torcer. Es el tipo de problemas que surgen cuando hay empleados que se ponen la camiseta de una empresa que los va a rajar sin problemas en cuanto no los necesiten.