El diputado Andres Suriani se lo ve envalentonado por la ola derechista que azota a la provincia. Ni bien se conoció el tratamiento legislativo del nuevo proyecto de aborto, Suriani alentó el boicot. 

Escandalizado y disidente cada vez que ve amenazada su causa embiste, cual batman a la batiseñal, al cumplido del deber de salir con una posición lo más extrema posible. Sabe que en la aldea salteña goza de la fidelidad de una porción para nada menor de seguidores, y por esas cosas inverosímiles de héroe de cómic mal narrado, dispone de un aparato que hace viables sus andanzas.

Como aquella vez que corrió despavorido a las amenazas de muerte perpetrada por una villana feminista a través de un meme. Y que, no obstante sin temor al ridículo, logró la detención de la «peligrosísima» madre soltera devenida en matahéroes. Claro, lo que no tuvo en cuenta la frustrada criminal, es que trataba con un experto en salvar (las dos) vidas, pero primero la propia; sino para qué alardear tanto.

La cuestión es que Andrés Suriani, en el marco de la discusión  en la Cámara de Diputados del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo lógicamente salió a rechazar fuertemente el proyecto diciendo que hay “un sentimiento profundo del pueblo argentino en defensa de la vida y en contra de esta ley”.

No llamó la atención la posición lo que si resulta gracioso es el hecho de que Suriani se coloque como parte del “pueblo”. Un pueblo, cabe destacar del cual, cada vez está más lejos; a tono con la elite salteña, el diputado provincial no podía quedar al margen de las ostentaciones clásicas de los hombres del poder local;  y como excéntrico héroe de ciudad gótica debía, como mínimo, emprender la construcción de una mansión no menos ostentosa. Guarida desde donde acudirá al llamado de los humildes y desprotegidos por quienes vela tanto, según dice él mismo cuando intenta desestimar proyectos que no considera de su interés personal, ni de sus regentes clericales.

Sobre todo si de derechos se trata, como el proyecto de ley para implementar el Sistema Provincial de Promotoras y Promotores Territoriales, destinado a prevenir y combatir la violencia de género diversidad y familiar, donde fue el único en votar en contra. O su postura inquebrantable a favor de los abortos clandestinos y en contra de los derechos de las mujeres y personas gestantes al aborto legal, seguro y gratuito.

Tal como ya comentamos en ediciones anteriores, Suriani construye una imponente mansión cercana al domicilio de Juan Carlos Romero. La cifra del terreno adquirido a «Chamaco» Cornejo, en Finca La Montaña, habría sido de unos 200 mil dólares. Está bien, el tipo de heroísmo dudoso es Diputado pero 29.000.000 de pesos, considerando un dólar de 145 pesos, es mucha plata. Aun así, Suriani no se ruboriza cuando despotrica y repudia las tomas de terrenos sabiendo de lo caro que cuesta hacerse una casa. Bueno, al menos sabemos que para él, salvar vidas sólo aplica a embarazos o a la suya, y que las muertes que provocan la violencia de género, la precariedad de las personas sin techo, o en cualquier situación vulnerable, no son tan dignas de salvar.

He aquí entonces el Héroe desenmascarado: Ferviente guardián del Statu Quo, veleta que perfila entre los vientos conservadores de la iglesia y la derecha rancia, militante pro aborto clandestino y enemigo de la comunidad LGTBQ.

Dato: No faltan quienes relacionan los millonarios costos que genera la propiedad de Suriani, en un vínculo con Lusal, empresa cuya propiedad sería de Carlos Pérez San Martín su primo ex concejal.