Desde el colectivo de organizaciones que integran el movimiento Ni una menos expresaron su descontento por la elección de la Reina Nacional del Mar. En cambio, la reina numero 44 salió a defenderla: “No leo más que incoherencia e hipocresía en este doble discurso feminista”, señaló.

Ni Una Menos Mar del Plata expresó su descontento por la tradicional elección de la Reina Nacional del Mar. el colectivo de organizaciones que integran el movimiento y acompañan la causa, destacó que “año a año el municipio reproduce un evento misógino y sexista”.

Por otro lado Natalia Victoria Comuzzi #44 Reina Nacional del Mar, tal como se define señaló que “La verdadera violencia se encuentra en la represión, y como mujer no voy a permitir que nuevamente callen nuestras voces”. Agregó que existe un “doble discurso feminista” y se preguntò  «¿Cuánto más van a coartar nuestras libertades?».

Compartimos su defensa de la elección de la reina del Mar:

“Es cansador leer como se pretende hablar sobre un tema del cual se ignora completamente.

Pueden garantizar que la violencia de género va a terminar erradicando la elección de una Reina Nacional? NO

La violencia está instaurada en nuestra cultura, somos una SOCIEDAD violenta en diversos aspectos, y eso no va a cambiar tomando decisiones intrascendentes como la que en este artículo se pretenden.

Cuánto más van a coartar nuestras libertades? Acaso porque yo no esté de acuerdo con la manera en que una mujer decide exponerse tengo el derecho de prohibírselo? No leo más que incoherencia e hipocresía en este doble discurso feminista.

Publicamos un cartel de NI UNA MENOS, miramos Showmatch y tildamos de GATO a las mujeres que en este programa participan; y ahí tenemos a las PRINCIPALES CULPABLES de la violencia de género, nosotras mismas, que nos creemos con la capacidad y el derecho de clasificar a una mujer de tal o cual cosa por sus elecciones personales.

Cómo pretenden que los hombres crezcan respetando a las mujeres cuando nosotras no lo hacemos? Cuando hijos no hacen más que escuchar a sus madres faltándole el respeto a sus pares con palabras ofensivas por tener otro estilo de vida.

Si hay algo que cambiar, es nuestra manera de pensar, y la única manera de hacerlo es mediante la EDUCACIÓN.

Eduquen hijos e hijas independientes, con valores y principios innegociables, con empatía y amor por el prójimo; pero háganlo desde el ejemplo y no desde un discurso vacío, que allí, se encuentra el verdadero aprendizaje.

«El derecho de una persona termina, cuando empieza el de la otra» y si el derecho fundamental de una persona, es el derecho a la vida, dejemos que cada mujer elija de que forma quiere vivirla, eso es LIBERTAD.

La verdadera VIOLENCIA se encuentra en la represión, y como mujer no voy a permitir que nuevamente callen nuestras voces.

Con lo cual invito a quién guste: a conocerme personalmente, informarse de cuáles son las verdaderas actividades de la Reina Nacional del Mar y luego, mediante un análisis crítico y constructivo, explicarme con fundamentos razonables los motivos por los cuales se debería eliminar la elección de la Embajadora Turística de nuestra ciudad”.

por su parte el comunicado completo de Ni Una Menos Mar del Plata sostiene:

En medio de una profunda crisis política y económica, el gobierno municipal anunció la realización de la 45° edición de la fiesta nacional del mar con bombos y platillos, y con un presupuesto millonario. Mientras, siguen sin asignar recursos a la emergencia en violencia de género y se multiplican los femicidios.

La fiesta nacional del mar, no homenajea a residentes destacados, no habla de los crecimientos de la ciudad, ni propone un encuentro donde vecinas y vecinos sean protagonistas. Es un concurso de belleza. Resguardándose el discurso de la “tradición”, año a año el municipio reproduce un evento misógino y sexista: donde como representante de la ciudad se inscribe a mujeres adolescentes con cuerpos que responden a estándares de belleza hegemónicos. El hecho es grave. No sólo es fortalecer estereotipos de belleza que son tóxicos y que promueven la bulimia, anorexia y depresión en mujeres jóvenes; es la reproducción de la mujer como mercancía, en medio de una pandemia de violencia de género y femicidios. ¿Qué mensaje envía a la sociedad un concurso de belleza? ¿Qué dice que el organizador de ese concurso sea el Estado? Además, preocupa imaginar cuánto influye en el crecimiento de la violencia, el hecho de que el Estado desfinancie las políticas públicas que deberían realizar aportes para prevenir y proteger de la violencia machista, y en su lugar impulse estos concursos.

A Lucía Pérez Montero la mataron de la manera más salvaje y el país llenó las calles con indignación. Como a ella, uno o varios femicidas le arrancan la vida a una mujer cada 30 hs. La respuesta del gobierno municipal es burlarse: prometer ayuda que no llega, no implementar la ordenanza votada por unanimidad para atender la situación, violentar a la madre de la víctima y enviar al hombre que la violentó a posar para la foto haciendo un “sténcil” con la consigna #VivasNosQueremos en la vereda del palacio municipal.

Hay una cultura de la violación que va desde el acoso callejero, pasa por la violencia mediática y anida en la subjetividad colectiva. Los medios aprendieron a decir “femicidio” donde decían “crimen pasional”, pero continúan trazando justificativos para la violencia, y responsabiizando a las víctimas por sus padecimientos, y/o revictimizándolas. Los cuerpos de las mujeres son vistos como un territorio a dominar, como un objeto a poseer, como mercancía a comercializar. Sobre ese cuerpo, el macho violento, se arroga el derecho de hacer y deshacer a voluntad.

Los requisitos para poder representar a Mar del Plata como reina del mar, son explícitos e implícitos. Entre los explícitos, aparecen:

  • Ser solteras
  • Tener entre 18 y 25 años de edad cumplidos al 31 de diciembre de 2016.
  • Tener título secundario completo al momento de la inscripción o constancia de tenerlo en trámite.
  • No encontrarse embarazada ni tener hijos propios y/o a cargo.

Esto construye un criterio discriminatorio, infringiendo la Ley Nacional 26.485 de Protección integral de las Mujeres, ley de de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. Dicho concurso también vulnera tratados internacionales con jerarquía constitucional como la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer – “Convención de Belem do Pará” y el protocolo de CEDAW; entendiendo que el certamen genera violencia simbólica, y al generar “a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad”.

La difusión del evento y sus repercusiones, promueven situaciones de violencia mediática claramente descriptas en la Ley 26.485, al generar publicaciones con “imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres”.

No nos oponemos a la elección de una/un representante cultural de la ciudad, sino al criterio misógino y sexista con que se realizó hasta el momento.