Luego de que se interpelara a los subsecretarios Marcelo Scarponetti y Facundo Furió, quedaron esclarecidos algunos números, lo que no se puede explicar es que algunos locales nocturnos, a pesar de los controles, sigan funcionando como si nada hubiera sucedido en las últimas semanas.

Hubo cierto malestar en algunos ediles luego de que tuvieran que esperar a pasada la sesión en el Concejo Deliberante para que iniciara la exposición de los subsecretarios de Control y Habilitación Comercial, Marcelo Scarponetti, y de Ingresos Públicos, Facundo Furió.

Ambos intentaron explicar aquello que es inexplicable, para esto los números siempre son un buen método. Todo puede explicarse con cifras y repetirlas hasta que cobren sentido. Así, por ejemplo, dieron cuenta de la cantidad de la existencia de 12 inspectores que hay para controlar los más de 21.000 comercios capitalinos, además informaron que tienen pedidos para la apertura de otros 21.000. Esto significa que actualmente se tiene un inspector cada 175 negocios.

Uno de los cuestionamientos de los concejales residía en que durante el año pasado y mediante la Tasa de Inspección, Seguridad e Higiene, el municipio recaudó $129 millones, pero solo destinó $14 millones para el área de control comercial.

Respecto al tema de candente de la semana, la existencia de varios cabarets habilitados como confiterías que ya fueron clausurados varias veces, como el caso de Terra Nostra y Quijote, Scarponetti explicó “Nosotros desde el municipio hacemos un esfuerzo más grande del que los concejales conocen. Trabajamos mucho con la División de Trata de Personas y la Policía”.

Al parecer el trabajo es arduo, hay bastante por controlar a los encargados de hacerlo o no les da el cuero o es que simplemente es más fácil mirar para otro lado y dejar que todo suceda.