La investigación sobre aportantes apócrifos puso en el centro de la escena a la cúpula política de una línea del macrismo, la de Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. Corazón de esa tendencia es el salteño Federico Salvai, quien manejó la campaña a gobernadora de Vidal, en 2015. (Aníbal Roldán)

Tras la denuncia por los falsos aportantes a la campaña de Cambiemos, se conoció una trama de corruptela que compromete no sólo a la contadora de la Provincia de Buenos Aires, María Fernanda Inza, sino también a Federico Salvai, el salteño que es el Secretario General de Cambiemos, y que armó toda la campaña de la gobernadora María Eugenia Vidal.

Pocas personas tienen tanta cercanía con la gobernadora de Buenos Aires. Pocas personas han sido tan fieles a Cambiemos como lo es el salteño Federico Salvai. Ahora esa cercanía no le juega una buena pasada. Ocurre que la lista que tenía a su cargo se encuentra seriamente denunciada por estar financiada con supuestos aportantes falsos.

En la Justicia hay denuncias por usurpación de identidad, falsificación de documentos, lavado de activos y violación de secretos y privacidad; y se pide que se investigue las responsabilidades de Vidal y su fiel funcionario Salvai. Además, Inza, del Jefe de Gabinete bonaerense y los intendentes de Vicente López, Jorge Macri, y de Lanús, Néstor Grindetti. También se encuentran imputados Silvia Chabán, por el PRO, y Alfredo Irigoin, por la Unión Cívica Radical, en su carácter de responsables económicos de la campaña.

Pocas personas tienen tanta cercanía con la gobernadora de Buenos Aires. Pocas personas han sido tan fieles a Cambiemos como lo es el salteño Federico Salvai. Ahora esa cercanía no le juega una buena pasada.

¿Quién es Salvai?

La vida de Federico Salvai, hasta irse a vivir a Buenos Aires, fue como la de un joven de clase media salteña. Su familia, dicho sea de paso, dueña de panadería Virgen del Valle, siempre lo cuidó y a los 18 años lo mandó a Buenos Aires a estudiar Periodismo y Derecho en la Universidad Kennedy, donde rápidamente se recibió.

Pese a que hoy defiende a capa y espada al partido amarillo, su historia en la militancia comenzó en el peronismo, aunque duró poco tiempo, cuando se  enamoró de la propuesta “poco tradicional” de Mauricio Macri. Siendo veinteañero, fue director de Comunicación del Consejo Provincial del Menor, de la mano de la entonces titular del organismo, María Laura Leguizamón, mientras Eduardo Duhalde manejaba los hilos de la Provincia.

La vida llevó a Salvai  a enamorarse de Carolina Stanely, su esposa, actual Ministra de Desarrollo Social de la Nación y dueña de Habbana. Entre los dos desde un principio se vincularon con un espacio surgido de la extracción duhaldista: el Grupo Sophia, que fundó Horacio Rodríguez Larreta. El salteño se volcó en poco tiempo a Compromiso por el Cambio, el partido fundado por Macri y para el cual el Grupo Sophia colaboró de manera intensa. Fue parte de la llegada de dirigentes peronistas al PRO como Cristian Ritondo o Diego Santilli.

A partir de allí, la carrera política de Salvai no ha tenido más que premios, gracias a la fidelidad que mostró. No sólo logró que su esposa accediera a formar parte del Gabinete de ministros, sino que él mismo ha escalado por diversos puestos en la función pública. Entre 2004 y 2008 se desempeñó como Jefe de División de la Auditoría General de la Ciudad, cargo que ocupó hasta que Vidal lo nombró como Jefe de Gabinete del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad en mayo de ese año.

En el año 2013 consiguió salir electo como legislador porteño, tarea que en su entorno han definido como la que mejor le calzaba, y a la que le puso el mayor de los empeños. Pero a Salvai lo querían para mucho más: su gran oportunidad llegó cuando Vidal lo llamó para que le dirigiese la campaña y fuese su mano derecha.

En 2015, con la asunción de María Eugenia como gobernadora de la provincia de Buenos Aires, renunció a su banca como legislador y fue nombrado ministro de Gobierno en el equipo de Vidal. En noviembre de 2016 fue reemplazado por Joaquín de la Torre y Salvai ocupó la nueva Jefatura de Gabinete, un organismo que no está contemplado en la Constitución Provincial de Buenos Aires, pero que sin embargo no ha sido un impedimento para que accediera a él.

Desde ese entonces es de los hombres de mayor confianza para la gobernadora, aunque hoy atraviese un momento oscuro: está siendo investigado en la causa a cargo del juez Sebastián Casanello, no sólo por aportantes truchos a las campañas, sino también por lavado de dinero en la campaña de Cambiemos.

Aunque muchos lo hayan definido como un tipo muy meticuloso, está claro que se le escaparon algunos detalles que hoy le podrían costar el puesto.

Uno de los puntos salientes de la investigación de Juan Amorin, que ya tiene confirmados más de mil casos, es decir, un 25% de los aportes falsificados, es el uso de bases de datos del Estado para detectar el nivel socioeconómico de los “financistas”. En el caso de los beneficiarios de planes sociales, el importe de la presunta donación nunca superó los $2000, en cambio, en los casos que comienzan a salir a la luz —de comerciantes y empleados públicos—, todos realizaron aportes enormes.

Es por eso que el jefe de Gabinete de la Provincia, Federico Salvai, quedó en el centro de la escena, junto a la gobernadora María Eugenia Vidal, presidenta del PRO. Su esposa, Carolina Stanley —con quien Vidal suele visitar la Virgen del Cerro—, tuvo que salir a bancar la gestión. La ministra de Desarrollo Social, en declaraciones a la prensa admitió que quienes figuran financiando la última campaña de Cambiemos son, en su gran mayoría, beneficiarios de programas sociales, pero aseguró que podría tratarse de un “error”. Además, dijo que pone las manos en el fuego por la gobernadora Vidal. A todo esto, Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción, en marasmo absoluto.

En caso de que se profundice la investigación, el matrimonio estará muy comprometido.