Ayer por la tarde quedó oficialmente inaugurado el monumento en memoria de las mujeres víctimas de la violencia masculina. Estuvo Michel Bouvier, padre de Cassandre, además del gobernador, que siempre sale en las fotos.

Además asistieron al acto, entre otras personalidades que no se sabe muy bien qué hacían ahí, el embajador de Francia en Argentina, Jean-Michel Casa; el cónsul de ese país en Salta, Joan Emmanuel Laxague, e integrantes de la Comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad.

No faltaron las palabras alusivas al tema, Juanma se despachó con un discurso sobrio, no dijo demasiado, y lo poco que dijo parecía sacado de un folleto de violencia de género. “Salta, cruje, Argentina llora por las mujeres víctimas de la violencia. Hoy en este lugar, este monumento representa una mano en alto, una especie de vigía que nos dice, que nos implora que seamos inflexibles frente a la injusticia y a la violencia”, dijo el gobernador, y para rematar: “Este día debe fortalecer las energías de quienes fuimos elegidos por el pueblo para seguir exigiendo justicia por las víctimas, porque sus muertes deben servir para algo, deben trascender. Con Cassandre y Houria estamos frente a un claro ejemplo de mujeres que trascendieron, que no se dejaron vencer”.

Junto al monumento se dispuso una placa en la que puede leerse: “las mujeres que no se dejan vencer con una derrota, que mueven al mundo con una sola mirada. Mujeres que lo pueden todo y ponen de manifiesto su corazón de acero para pelearle a la vida”.

Por su parte, el padre de Cassandre, se refirió a la tragedia de las dos chicas: “Eran mujeres libres, inteligentes, generosas, abiertas a los demás. No soportaban la injusticia ni la pobreza, las familias han querido trascender la muerte y han querido desplegar aquí en Salta una bandera para ponderar la libertad de las mujeres”.

Mientras tanto la justicia, bien gracias.