Se relevaron 90 negocios en el centro capitalino dando como resultado un amplio número de infractores en cuanto a las normas de publicidad y cartelería. Sólo el 2% tiene la documentación habilitante.
El microcentro salteño se va convirtiendo de a poco en una sola y gigante publicidad. Entre carteles de campaña política todavía no removidos por sus respectivos partidos, propagandas varias pegadas en postes y paredes, anuncios de negocios y un largo etcétera, la saturación visual hace que el caminante diario sea partícipe de calles plagadas de anuncios que no ha pedido pero están ahí, para afear todo el paisaje.
Lo extraño es que de la mayoría de esos anuncios muchos no cuentan con las habilitaciones pertinentes que deberían ser reguladas por la municipalidad. Esto fue lo que se pudo constatar con un estudio que puede valer como muestra: se relevaron 90 negocios y 173 anuncios publicitarios, ubicados en avenida Entre Ríos, Pasaje Mollinedo y Leguizamón.
De dicho relevamiento se pudo constatar que sólo un 2% de los negocios tiene la documentación habilitante, un número similar no paga la tasa de publicidad y propaganda y un 15 % no posee habilitación comercial. A la ordenanza Nº 13.777, que regula dichas actividades y está vigente hace 5 años, nadie le da bola.