Los elevados índices de desnutrición, la escasez de agua, de cobertura médica y la absoluta falta de oportunidades, son sólo algunas de las características del departamento representado por el eterno Mashur Lapad. (Mirá la cobertura de Cuarto Poder)

Cuarto Poder estuvo en Santa Victoria Este, en el corazón del chaco salteño, para documentar las extremas carencias de comunidades originarias y criollas. La falta de agua en algunos parajes y la dificultad de las familias para acceder a la asistencia sanitaria constituyen un combo mortal para niños, mujeres y ancianos de la zona. Caciques y miembros de comunidades wichís comentaron a este medio que, ante la ausencia de agua potable, se ven obligados a beber de represas en las que se refrescan y hacen sus necesidades los animales.

Las pocas familias que poseen sistema de bombeo para acceder al líquido elemental, rara vez disponen de combustible para hacer funcionar los aparatos, lo que dificulta el acceso a agua segura y favorece la proliferación de enfermedades.

Como si se tratara de un chiste, en una de las precarias viviendas del pueblo funciona una «Asociación de bomberos voluntarios», que fue creada hace cinco años por el intendente Moisés Balderrama. Según comentan los habitantes de Santa Victoria, el edificio nunca fue habitado y al día de hoy no funciona ningún cuartel de lucha contra los incendios.

En épocas de calor extremo, esta situación contribuye al aumento de casos de deshidratación, excusa que en muchas oportunidades se utiliza para maquillar casos severos de desnutrición. La asistencia social resulta extremadamente insuficiente ante la ausencia de oportunidades reales para jóvenes y adultos.

El senador departamental Mashur Lapad, cuyos parientes fueron encontrados el fin de semana pasado con un cargamento de marihuana en la ruta 81, lleva más de un cuarto de siglo en la cámara alta sin haber podido solucionar de mínima los problemas elementales de sus conciudadanos. Por un lado, vínculos parentales directos con el narcotráfico; por el otro, desnutrición, pobreza y ausencia total de oportunidades. El verdadero rostro del departamento más pobre de Salta.

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