El senador Juan Carlos Romero fue el único senador nacional en votar en contra de la ley de cupo femenino en eventos musicales, mientras la falta de presencia femenina en los festivales salteños evidencia una invisibilizada violencia hacia las artistas locales. (Andrea Sztychmasjter)

El Instituto Nacional de la Música (INAMU) brindó en Salta la primera de las capacitaciones que planea realizar en provincias de todo el país con el fin de informar sobre el modo de aplicación de la Ley Nº 27.539 de Cupo Femenino en eventos musicales. El hecho que Salta haya sido el primer lugar donde se abordó este tema no es casual. El año pasado el senador por Salta, Juan Carlos Romero, fue el único en votar en contra de dicha ley y el mes pasado músicas salteñas denunciaron que la Serenata a Cafayate, uno de los eventos culturales más grandes que tiene la provincia, incumplía en su grilla anunciada con el 30% mínimo de artistas mujeres que la ley establece.

Diego Boris, Presidente del Instituto Nacional de la Música (INAMU) y Celsa Mel Gowland, impulsora de la Ley, informaron sobre los diferentes mecanismos para alcanzar los cupos establecidos y el régimen procedimental para la aplicación de sanciones por incumplimiento. La ley fue aprobada en noviembre de 2019 y establece un mínimo de 30 por ciento de mujeres solistas y/o agrupaciones musicales mixtas en los eventos que convoquen a más de tres agrupaciones musicales, siendo el INAMU la autoridad de aplicación.

Celsa Mel Gowland, se refirió a las ausencias de políticas estatales que fomenten el desarrollo individual profesional de las mujeres, mayoritariamente dedicadas a las tareas de cuidado y del hogar, lo que lleva a que las trayectorias musicales de las mujeres se ralenticen y se abandonen. Señaló que la ideóloga de la ley fue la pianista mendocina Elbi Olalla y ante la propuesta, otras músicas se adelantaron a nombrar una de las críticas que aún se escucha cuando se hace mención a la ley ya aprobada: que las músicas iban a ocupar espacios por obligación y no por el “talento”. “Palabra que nos revienta” señaló. Pese a las dudas, aunaron esfuerzos para presentar un proyecto a la senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti y realizaron relevamientos en los principales festivales de diversos géneros musicales de todo el país. Los datos obtenidos no fueron alentadores, de 46 eventos musicales, los porcentajes de músicas arriba de los escenarios no superaban el 20%;  menos de 5% en el rock- género que surgió como contracultura y contestatario- menos de 17% en folclore, en la música popular menos del 18% y en tango algunos que tenían 0%.

“La ley de cupo no va a solucionar toda la desigualdad que existe en el ámbito de la música, porque estar arriba del escenario no es la única manera de ser música. La ley no fue hecha para salir a multar. No es el objetivo del INAMU juntar plata con las multas por la ley de cupo. Lo que perseguimos en el espíritu de la ley, es trabajo para las músicas y disidentes, es mayor posibilidad de expresión, son escenarios más equitativos, porque es en esos escenarios donde se construye sentido”, señaló Gowland y agregó “también nosotras nos tenemos que deconstruir”. Describió que es necesario además una ley de jurado para que ninguna instancia de concursos, subsidios, curaduría o beca se encuentre frente a un jurado netamente masculino.

La música señaló que empresarios privados manifestaron sentirse atacados con este cupo, pues según argumentaron, afecta a sus actividades comerciales. Este argumento erróneo muchas veces sienta sus bases en que se cree que no existen músicas de todos los géneros musicales. Las miles de artistas hoy registradas en el INAMU demuestran lo contrario. Sin embargo lxs referentes señalaron que esta ley posibilita seguir fomentando la actividad musical en géneros que aun hoy se muestran con poca participación femenina y de identidades autopercibidas como lo son el reggae, el heavy metal y el punk.

La situación local

El momento más fructífero de la charla que dieron lxs referentes nacionales se dio cuando las presentes exteriorizaron sus experiencias y sus dudas respecto a de qué manera se aplicará fehacientemente la ley. ¿Es necesaria una normativa provincial que contemple las particularidades de cada región? ¿Qué pasa con la situación de las copleras y bagualeras? ¿Qué sucede cuando organizadores de eventos no consiguen cubrir el cupo con mujeres a 100 km de donde se realiza el festival? ¿Cómo denunciar a quienes incumplen la ley? ¿Qué se hace con la violencia machista arriba de los escenarios? ¿Qué con el abuso de poder de productores y organizadores, en su gran mayoría hombres? Fueron solo algunas de las dudas planteadas por las músicas locales y por artistas de Tucumán y Jujuy presentes en la sala de la Usina Cultural.

Según el artículo 6 de la Ley, lxs organizadores deben acreditar ante la Autoridad de Aplicación dentro de los noventa (90) días previos a la realización del espectáculo o dentro de los cinco (5) días posteriores de la puesta a la venta de las entradas al mismo y/o publicidad del evento el cumplimiento del cupo establecido mediante la presentación de la grilla del espectáculo programado.

Lxs referentes también  instaron a que las músicas se inscriban en el registro y se tejan redes para avanzar en sus pedidos como trabajadoras. Se recalcó el movimiento local de agrupaciones de músicas que armaron un  Banco de Artistas que contiene más de 50 proyectos que incluyen solistas, dúos, grupos enteramente femeninos y grupos mixtos.

Uno de los pocos hombres presentes en la charla señaló que hace años se encarga de la organización del desentierro del carnaval y no logra conseguir artistas mujeres que participen. Las mujeres presentes le respondieron que los organizadores pretenden que participen de manera gratuita y eso sigue propiciando la precarización laboral. Otro de los hombres presentes relató que hace apenas unas semanas, en la misma Usina la secretaria de Cultura junto al intendente de Cafayate anunciaron “con bombos y platillos” que organizadores de la Serenata se comprometería este año a cumplir con el cupo.

Las artistas locales del interior provincial también relataron sus experiencias de violencia, criticaron que los festivales municipales sigan sin sumar artistas mujeres a sus espectáculos. La coplera Mariana Carrizo, presente en el lugar, recordó cuando en 2014 antes de subir al escenario de la Serenata fue violentada por organizadores que le impusieron un determinado tiempo para su show, “puesto que después veían Los Tekis y un sketch del ex gobernador”: “Yo logré de forma sutil contarlo al público”, explicó y manifestó que por no haberse quedado callada fue numerosas veces excluida de los escenarios locales. También se refirió a la situación de las músicas de las comunidades originarias.

La Mesa de Mujeres Músicas de Salta (Mias, Movimiento de Músicas Salteñas, Colectiva de Mujeres Musicas y Disidencias) señalaron que se encuentran trabajando con la Diputada Mónica Juárez una adhesión local a la ley.


En términos generales celebraron la aprobación de la ley de cupo como una primera herramienta con la que ahora cuentan quienes históricamente han recibido malos tratos, ninguneos y hasta empujones y golpes arriba de los escenarios por parte de patovicas de artistas “consagrados” y productores. Es un gran paso que lograron conseguir músicas de todo el país que trabajan muchas veces de forma autogestionada para realizar los eventos, una lucha colectiva que logró materializarse en esta ley. A futuro queda otro gran camino por recorrer, que tal como lo demostraron se dará de forma colectiva.

 

Podrás acreditar fehacientemente a través de una Declaración Jurada el cumplimiento del cupo establecido mediante la presentación de la grilla del espectáculo programado. Deberá descargar, completar, firmar y enviar la Declaración Jurada leydecupo@inamu.musica.ar.

Denuncias

La vía de denuncias establecida por irregularidades acerca de la presente ley es leydecupo@inamu.musica.ar