En la última bicicleteada policial patriótica, los pequeños azulados participaron con chalecos que ostentaban el slogan “Dios te ama”. ¿A quién llaman los ateos en caso de una urgencia?
El sitio Noticias Iruya publicó un interesante artículo titulado “La Policía de Salta: una fuerza de seguridad no apta para los ateos”. Está tan bien escrito (una característica de las plumas de ese sitio) así que copiamos y pegamos todo a continuación:
“¿Qué valores defiende la Policía de Salta? La respuesta a esta delicada pregunta se puede encontrar en los documentos fundacionales de la 9º Bicicleteada «Viva la Patria», organizada por el Cuerpo de Policía Infantil y los «operadores comunitarios» de la Comisaría Nº 11 de la ciudad salteña de General Güemes.
Esta actividad ha tenido lugar hoy entre las 14.45 y las 19 horas, entre la ciudad de General Güemes y la localidad de El Bordo, pasando por las de Campo Santo y Cobos.
Según la información oficial de la Policía de Salta, durante el recorrido los participantes exhibieron pecheras en las que se resaltaron los siguientes valores:
1) Sí a la vida, no a la droga;
2) Dios te ama;
3) Cuidemos el medio ambiente;
4) No a la violencia familiar; y
5) Viva la Patria.
La Policía no ha informado quién ha sido el encargado de seleccionar estos valores para que figuren en las pecheras de los pequeños policías ni tampoco qué criterios se han seguido para efectuar esta selección.
Si las referencias a la droga, el cuidado del medio ambiente y la violencia familiar se justifican de alguna manera en las tareas que la Policía tiene asignadas, se entiende muy poco que la Policía de Salta -un cuerpo civil, no religioso, que debe tratar a todos los ciudadanos por igual, con independencia de sus creencias- sostenga el valor de «Dios te ama».
De esta peligrosa declaración se desprende que al menos en los cuerpos infantiles de Policía (por no decir en los cuadros formales de oficiales y suboficiales) no son admisibles ni los ateos ni los agnósticos, lo cual en principio es contrario a la Constitución Nacional, que proclama a la idoneidad como único requisito de admisibilidad en los empleos públicos.
La referencia a Dios en la actuación de la Policía de Salta hace pensar también que el trato que sus agentes dispensan a los no creyentes en los procedimientos públicos es diferente al trato que reciben los creyentes.
En cuestiones puramente civiles siempre es mejor dejar a Dios tranquilo y no mezclarlo con la Policía, porque siempre habrá quien se tome a mal que se identifique a la Policía con Dios y a Dios con la Policía, como si la autoridad de esta última derivara directamente del Altísimo.
El primer preocupado por esta irrespetuosa mescolanza discepoliana debería ser el señor Arzobispo de Salta”.