Un raro clima se está viviendo por estos tiempos en los equipos municipales de campaña con dos que aspiran a ser los bendecidos del intendente salteño y precandidato a gobernador Gustavo Sáenz, y así encabezar la lista oficial.

                                                                                                        Por Lola Mento

Ambos quieren recalar en el Concejo Deliberante capitalino, pero necesitan -por el nulo conocimiento que la gente tiene de ellos- una manita que los lleve como candidatos a concejal en primer término ya que se sienten que son la expresión más saenzista para continuar dominando la mayoría en el cuerpo deliberativo municipal.

Uno es Darío Madile (a cargo de la Panadería Social), quien junto a “Pancho” Cabrera, dominan la zona sudeste de la capital. El otro es un tal Francisco Benavidez, quien de tanto custodiar las espaldas del intendente, supo ganarse la confianza y apoyo para este desafío, de parte del hermano del lord mayor Facundo Sáenz. Ellos dominan la zona norte de la capital.

Lo cierto es que esta pelea de egos juveniles, le está jugando en contra al mismo intendente ya que los militantes acostumbrados a desarrollar su tarea en los barrios bajo una sola camiseta, han comenzado a sufrir algunas recomendaciones de “no trabajar para Madile”. Son varios de los trabajadores que se desempeñan actualmente bajo la órbita de la Secretaría de Acción Social Municipal, quienes han manifestado su desconcierto por esto de que en vez de sumar, se divide. Cosa de principiantes, que le dicen.