En este mundo de hoy en día todos nos sentimos estresados de vez en cuando. En nuestro país la situación se agrava ya que gracias a la Macrisis, los argentinos estaríamos incurriendo en una especie de estrés crónico que puede dañarnos tanto física como mentalmente. 

                                                                                                  Por Lola Mento

La concientización sobre los efectos que pueden producir el no desenchufarse ha llegado a niveles del periodismo, donde se carga con la desagradable tarea de lidiar con las malas noticias y la gran proliferación de políticos de muchas ambiciones y pocas ideas.

Es por eso que con la finalidad de buscar una alternativa a la rutina y tensión física y emocional, los periodistas han buscado opciones desintoxicantes.

Así es como tenemos un Federico Storniolo (Informate Salta) abocado a la navegación a vela, un Oscar Correa (FM Profesional) practicando crossfit o una Paola Soldano (Télam) muy sólida en el running. Entre las damas de los medios, muchas se internan en las distintas disciplinas de un gym cuando no, una Rebeca Aldunate (Canal 11) practica montañismo. Otros como Agustín Gómez Auguier (Canal 2) se dedican al enduro, Patricio Poma al rugby, en tanto Daniel Murillo (FM Del Carnero) se autodesafía con la moda de practicar yoga desnudo, a temperaturas bajo cero para de paso, aumentar el metabolismo. La gran mayoría de periodistas varones, ensaya partidos semanales de fútbol, a los cuales le siguen copiosas conversaciones regadas con bebidas espirituosas, cortando la semana.

Todo bien hasta ahí pero si dudas, en todo este espectro de periodistas anti stress, hay una que no pudo pasar desapercibida. Se trata nada más y nada menos que la popular Mariela Barraza, quien fiel a su estilo singular, no tuvo mejor idea que anotarse en clases de flamenco.

En los pasillos de la Sociedad Española dicen que a la periodista se la ve muy feliz, ataviada con un body de satén usado por primera y última vez allá lejos, en su noche de bodas; y una calza blanca que deja en evidencia sus longilíneas piernas coronadas por unos fabulosos zapatos de tacos apropiados en un momento de distracción de una de sus mejores amigas. Los movimientos arrítmicos de Barraza quedan en evidencia en dos puntos críticos: las caderas y los hombros, y se la ha visto pegar saltos sin despegarse completamente del suelo, y hasta mover los brazos de manera frenética y sin ningún tipo de lógica ni coordinación. Tanto así, es la algarabía de la periodista en sus clases de flamenco, que se produce un gran vacío alrededor a la hora de danzar, a fin de evitar sus asiduos pisotones. Dicen que ella baila sola, pero sin stress… y es feliz a su manera. Olé.