Los changos se habían tomado todo lo que tuviera alcohol y a metros del finado se desconocieron. Sucedió en Pieve.
Fue en medio de una despedida futbolera, en la sala de velatorios de calle San Luis: despedían los restos de un hincha de Central Norte, pero los amigos del fallecido tomaron tanto alcohol que se terminaron desconociendo y ahí nomás, sin salir siquiera a la calle, empezaron a las trompadas. El incidente no pudo controlarse con celeridad y siguieron dentro del lugar y en la vía pública. Los polis tuvieron que intervenir, dispersando a los contrincantes.