Santiago Godoy apeló a una metáfora futbolística para graficar la forma en que el PO perdió la presidencia del Concejo Deliberante contado con 9 de 21 votos y la propuesta de un bloque de darle 2 votos a cambio de una vicepresidencia. “Perdiendo así no se puede echarle la culpa al árbitro”.

Aunque no lo menciono, el presidente de la Cámara de Diputados hacía referencia a la propuesta que el Frente Salteño, que antes de la desconcertante sesión del Concejo Deliberante del pasado martes, había propuesto al PO sus dos votos para que el trotskismo accediera a la presidencia mientras el Frente Salteño pedía la vicepresidencia. Esa propuesta le habría permitido al partido de Claudio del Pla contar con los 11 votos para no depender de otros bloques. La negativa del PO, la renuncia del concejal Burgos el pasado martes a presidir el Concejo y la insólita situación que eso generó, desencadenó una nueva sesión en la noche del jueves en donde luego de un corte de luz y un largo cuarto intermedio, el justicialismo renuncio a la presidencia y tras una propuesta de Socorro Villamayor fueron elegidos como autoridades Ángela Di Bez, de Salta Somos Todos como presidente, Abel Moya del Partido de la Victoria como Vice presidente primero y Eliana Chuchuy del PJ como vicepresidente segundo. La fórmula resultó electa por 12 votos positivos y 9 negativos.

Consultado al respecto por este medio y sobre las declaraciones del concejal Arturo Borelli del PO que declaro que la votación mostro «un pacto entre el urtubeicismo y el romerismo», el presidente de la Cámara manifestó: “No sé cómo evaluó el PO la situación. Lo que sí queda claro es que el PO tenía la posibilidad desde la presidencia de impulsar una agenda de discusión que le podía permitir mostrar que la provincia en donde tuvieron un indudable gran elección, la izquierda puede lograr logros apreciables en términos parlamentarios y que esa posibilidad sufrió un primer golpe porque no supieron aprovechar la evidente fuerza con la que contaban. Culparla a Di Bez de eso me parece que es no mirar sus propios errores. El Partido Obrero finalmente ni siquiera quedó en la terna. Es como perder un partido de fútbol con tres jugadores de más. Cuando un equipo pierde así es medio raro que le echen la culpa al árbitro u otros”.