Miguel Nanni venció a Bettinita Romero en la interna del Frente Cambiemos y sigue ampliando su caudal electoral: en abril sumó 40 mil votos que estiró a 55 mil en mayo y ahora se ubicó por encima de los 100 mil. (Gonzalo Teruel)

Miguel Nanni ganó la interna salteña del Frente Cambiemos que integran la UCR, el PRO y otros partidos menores pero, tal vez, la noticia de este domingo no sea ese triunfo del cafayateño sino, por el contrario, la derrota de Bettinita, la hija del exgobernador Juan Carlos Romero.

El resultado es inapelable: Nanni sumó más del 60% de los votos y Romero menos del 40%, que al cierre de esta edición y con algo más del 70% de las mesas escrutadas contabilizaban unas 64 mil y 37 mil voluntades. La lista salteña de diputados nacionales en la principal fuerza opositora del país estará encabezada, en consecuencia, por el presidente de la UCR y sin un lugar expectante para Bettinita.

Este resultado electoral ya había sido anticipado con la seguridad de un oráculo por Cuarto Poder hace 15 días. “Los números le dan muy bien. Una muy confiable encuesta provincial -con guarismos similares a los que manejan de otras fuentes en el Grand Bourg- ubica a David a la cabeza con algo más del 35% de intensión de voto, seguido por Nanni con casi 20% y Alfredo Olmedo con 14%. Mucho más atrás, entre el 10% y el 5%, figuran Bettina Romero, José Vilariño, José Ibarra y Claudio Del Plá” informaba una premonitoria nota titulada “Sin la estrella romerista”.

Aunque en Salta el Frente Cambiemos quedó tercero por detrás del Frente para la Victoria y del espacio UNA que integraron los binomios Sergio Massa – Gustavo Sáenz y José Manuel de la Sota – Claudia Rucci, la estrategia de Nanni fue efectiva ya que sumó votos de las fórmulas presidenciales de Mauricio Macri y Gabriela Michetti del PRO, de Ernesto Sanz y Lucas Llach de la UCR, y de Lilita Carrió y “Toty” Flores de la Coalición Cívica frente a los de una única lista de aval a Romero. Y superó, además, a los candidatos del massismo Alfredo Olmedo y José Ibarra que también hicieron una dignísima elección.

La estructura territorial del radicalismo que hizo muy buenas elecciones en Cafayate, Cachi, Metán y Tartagal completa la explicación de este resultado: el cafayateño sumó voluntades de manera más o menos uniforme en toda la provincia y superó a Bettina hasta en la Capital. En el interior, como también había informado Cuarto Poder, los otrora influyentes líderes romeristas jugaron para el oficialismo nacional y provincial y acompañaron en gran medida las candidaturas de Daniel Scioli y Javier David por el Frente para la Victoria.

Ni siquiera un pretendido entente con Sáenz -candidato a vicepresidente de la Nación en otro espacio político como el Frente Renovador- pudo sostener las aspiraciones de Bettinita. Los casi 100 mil votos, siempre con el 70% de las mesas escrutadas, de Massa y Sáenz encontraron correlato en los votos de los candidatos a diputados Olmedo e Ibarra y, ergo, no apuntalaron a Romero.

La elección de Nanni fue muy buena y con más de 65 mil votos -con el 70% del escrutinio- lo dejó segundo en el escenario general, por encima de Olmedo y sólo superado por el oficialista David. Pero lejos de relajarse, ahora deberá concentrarse en la elaboración de una línea argumental para explicar por qué en octubre su candidato presidencial no será un radical sino el conservador Macri y por qué compartirá lista con los también conservadores salteños encabezados por Romero. La tarea no será sencilla y tendrá que esforzarse para evitar que el siempre volátil voto radical y de clase media se mude, por ejemplo, a otros espacios como el que encabeza Margarita Stolbizer a nivel nacional o a la mismísima candidatura de Olmedo en territorio salteño.

Como en estas primarias, sus esperanzas están puestas en el derrame de votos que pueda ocasionar la candidatura presidencial de Mauricio Macri. Con sólo repetir el 25 de octubre la votación de este domingo devolverá al radicalismo salteño una banca en el Congreso de la Nación. La proyección al cierre de esta edición indica que las 4 bancas que Salta renueva en el Parlamento quedarán en manos de los oficialistas David y Pablo Kosiner y de los opositores Nanni y Olmedo, sin importar el orden de estos últimos.

Como sea, el joven dirigente cafayateño ya merece reconocimiento y confianza porque su crecimiento no se detiene: como candidato a gobernador en las primarias de abril sumó unos 40 mil votos que estiró a casi 55 mil en las generales de mayo y que ahora en las primarias nacionales, como candidato a diputado, ubicará por encima de los 100 mil cuando se complete el escrutinio.

Con el Partido Obrero en franco retroceso al igual que las personalísimas aventuras de Alfredo Olmedo y Bernardo Biella, la pequeña figura de Nanni se instala entonces como una interesante opción al peronismo salteño. Mal que bien y no sin dificultades, intenta agrupar tras de sí a su golpeado partido y a lo que en otros tiempos fue la apuesta liberal del PRS.

La derrota de Bettinita constituye, además y sobre todo, una inequívoca respuesta negativa a cualquier intento de resurrección del romerismo. Su papá, Juan Carlos, fue masacrado electoralmente en mayo y las espadas que le quedaban en el interior provincial se entregaron -sin siquiera desenvainarse- a Juan Manuel Urtubey incluso antes de estas elecciones primarias.