El miércoles se definirá el próximo rector/a de la UNSa en un balotaje que promete estar cabeza a cabeza pero que también le impone techos y pisos a las listas. La clave es el comportamiento del 20,3% que acompañó en la primera vuelta a la 3º fuerza. (Franco Heslling).

¿Hacia dónde irán los 1.995 votos que la fórmula de Carlos Puga y Adriana Ortíz cosecharon como tercera fuerza en la elección rectoral del 15 de abril pasado? La pregunta resulta clave para la compulsa por el rectorado de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) entre Universidad Futura y Compromiso Académico y Social.

Los resultados enrostran lo desequilibrado que es el sistema electoral de la UNSa, porque pese a que Universidad Futura obtuvo más votos que Compromiso Académico y Social, la ponderación por claustro benefició al oficialismo, que terminó con una ventaja en los porcentajes. Catalina Buliubasich y Sergio Moreno se llevaron 3213 votos, contra los 3124 que conquistaron Antonio Fernández Fernández y Edgardo Sham. De igual modo, el contador y el ingeniero se quedaron con el 37,5% y la antropóloga y el contador con 37,2%.

Los 1.995 sufragios de la tercera fuerza, la lista Evolución de Puga y Ortín, significaron un 20,3% del caudal electoral. El empate técnico dejo abierto el resultado para la segunda vuelta y por eso, hacia dónde migrarán los votos que fueron a Evolución será uno de los factores claves. Conocedores de la política universitaria aseguran que ni Puga ni Ortín son los poseedores absolutos de esos 1.995 votos; la lista Evolución fue un ensamblaje electoral enclenque que se creó entre los claristas desdichados.

Hay algunos resultados que dan razón a esas visiones, pero hay otros que las contrastan. Puga es indudablemente soberano de la Facultad de Exactas, adonde ganó sin miramientos en todos los claustros. Tan solo entre los graduados se dio cierta paridad, Evolución se distanció de Universidad Futura por un voto. Puga conservó su bastión casi sin despeinarse.

Ortín no mostró la misma fortaleza en su unidad académica, Naturales. En el claustro con mayor ponderación, los profesores, Universidad Futura doblegó 44 a 31 a la lista Evolución; con 30 votos quedó Compromiso Académico y Social. Entre los estudiantes la diferencia fue abismal, Buliubasich-Moreno le sacaron 215 sufragios de diferencia a Puga-Ortín (493 a 278), en último lugar quedó Fernández Fernández con 217. En PAU, Ortín no pudo garantizar contundencia, ganó solo por dos votos.

Vemos entonces, que los anticipos de los conocedores tienen asidero relativo, pero lo tienen. Esas pequeñas estructuras de votos que se aglutinaron en la improvisada oposición de Puga y Ortín tendrán autonomía para virar sus volúmenes electorales hacia donde plazcan. Por esa razón, las negociaciones se cunden por los despachos de la universidad, Puga y Ortín dejaron muchos cabos sueltos.

Docentes y PAU

Conforme al esquema de ponderación por estamento, los profesores son los que tienen mayor peso. Cada voto de un profesor vale cerca de 4 votos de estudiante, representan un 37,5% del total de la elección. En la primera vuelta, sobre un total de 488 sufragios, Fernández Fernández se alzó con 178, Buliubasich con 163 y Puga con 112 –de los cuales 41 fueron en Exactas y 31 en Naturales-. La tendencia ascendente de Universidad Futura podría cautivar gran parte de esas 112 voluntades, pero las promesas de último momento del oficialismo también pueden ser persuasivas.

Entre los profesores, las negociaciones tendrán que ser directamente con Puga y Ortín. Si bien es cierto que ambos emergen del riñón mismo del clarismo, no es menos real que sus últimos movimientos políticos dieron muestras de intenciones de acercamiento con la oposición. Previo a la oficialización de las listas, Ortín le ofreció a Builibasich que sea su compañera de fórmula; días antes de las elecciones del 15 de abril, las arbitrariedades que intentó imponer la Junta Electoral –permitir que alumnos voten con el carnet de biblioteca o la tarjeta de colectivo-, acercó a Puga con Universidad Futura. La reacción conjunta hizo que la Junta volviera sobre sus pasos.

En auxiliares, que representan menos porcentaje que los estudiantes –tan sólo un 18,75% en la ponderación-, Compromiso Académico y Social se alejó más, cosechó 250 sufragios contra 216 de la lista de la antropóloga. En este caso, la tercera fuerza quedó muy postergada con 123 preseas.

La fuerte aceptación del proyecto de Universidad Futura en Naturales –segunda facultad con más auxiliares detrás de Económicas-, donde la segunda vuelta tiene bien posicionada a Alicia Kirchbaum -candidata a decana-, promete aportarle nuevos aires a la fórmula rectoral. En este claustro, tanto como en el anterior, los resultados de la primera vuelta podrían revertirse sin que los opositores hagan mucho esfuerzo. Resta ver hasta dónde llegan los mecanismos del oficialismo para reinventarse. Salud y Económicas, son sus números puestos, pero si no salen a la caza de otras dependencias, Universidad Futura fácilmente se alzará con la victoria.

En el estamento del Personal de Apoyo Universitario, la cantidad de empadronados fue 495, de los cuales asistió prácticamente la totalidad, 462. Los docentes y los PAU son los que tienen menor abstencionismo. El de los PAU es el estamento que presenta más cohesión según marcan elecciones anteriores, por lo que puede anticiparse pocos cambios en el resultado de la primera vuelta. Los progresistas ganaron sumando 204 votos, el clarismo se quedó con 158, y la lista Evolución fue tercera con 90.

Estudiantes y graduados

Los estudiantes representan un 31,25% de la ponderación, pero debido a la gran cantidad que hay, es el claustro en el que cada voto individual vale menos.

Emitieron su elección 5093 estudiantes, 451 en blanco o recurridos, 2178 para Universidad Futura, 2025 para Compromiso Académico y Social, y 739 para Evolución. Parte de los electores que votaron en blanco podría inclinarse por la oposición progresista, pero no es una garantía ya que las fuerzas de izquierda, con cierta pregnancia entre los estudiantes, llaman a no apoyar ninguna de las dos listas que pugnan el rectorado.

Diferente es la cuestión en cuanto a los volúmenes atesorados por la lista Evolución. Tanto en Naturales como en Exactas, las dos dependencias que mayor apoyo prestaron a la tercera fuerza, la balanza estudiantil se inclinó en favor de Universidad Futura, con sobrados márgenes, situación que posiciona de manera más fuerte a los opositores. Ingeniería y Económicas parecen ser terrenos dominados enteramente por el clarismo mientras que Humanidades y Salud son tierra de Buliubasich y Moreno.

Fueron 1204 los graduados que asistieron a las urnas el 15 de abril, de los cuales más de 500 se concentraron en Salud y Económicas, donde Fernández Fernández tuvo un triunfo categórico. Sin embargo, en el balance, la buena performance de Universidad Futura en las otras dependencias terminó poniendo las cosas en 512 para el oficialismo, 452 para la oposición, 131 para la tercera fuerza y 109 en blanco.

En este claustro, la influencia de las tendencias de izquierda que llaman al voto en blanco es anodina, con lo cual, esos 109 plausibles “indecisos” de la primera vuelta podrían inclinarse hacia alguna de las listas. En Salud hubo 48 votos en blanco, es quizá la facultad que podría ser decisiva en este claustro, que representa un 6,25% de la ponderación.

Más allá de Castañares

Presos de las clásicas visiones centralistas que encandilan los análisis pormenorizados, se tiende a olvidar otros sectores de influencia en las tramas electorales. Para el cuadro actual de la UNSa hay que mencionar dos tipos de agentes que pueden tener mucha repercusión y que albergan el rasgo común de no tener asiento en el Campus Castañares de la Sede Central de la casa de altos estudios.

Por un lado, las sedes del interior provincial. En total suman una injerencia de cerca del 5%, pero en unos comicios tan cerrados como los que se avizoran el miércoles, pueden ser determinantes. En líneas generales, están oblicuas ante las directrices del oficialismo, que se encargó de colmarlas con cargos cedidos por el favor del rector, sin revisar trayectorias o méritos comprobados.

Por otra parte, los partidos políticos. Claros había sostenido una aceitada relación con facciones y dirigentes de peso en la ciudad capitalina, pero en los últimos tiempos esos vínculos erosionaron. Luego de la candidatura frustrada a diputado nacional que ridiculizó al rector ante esos mandamases territoriales, la afluencia de recursos se desdibujó. Acostumbrado a tejer ingenierías electorales compradas, la falta de proyectos, cargos y programas para ofrecer, aminora la marcha del aparato oficialista.

Resta saber qué tan astutos serán los dirigentes de Universidad Futura, que deberán capitalizar el desvanecimiento de las cercanías entre Claros y el poder político. Fuentes consultadas por Cuarto Poder, aseguran que esos viejos aliados del excanillita estarían incluso dispuestos a dar su apoyo a Universidad Futura. Esta podría ser la estocada final que hunda cualquier chance firme que conserve Fernández Fernández. Se vislumbra una contienda reñida pero con tendencias bien marcadas.