A falta de consenso para la implementación de las pistolas Taser en Salta, el pichón de Olmedo, Ignacio Jarsun agita otra iniciativa inviable.
Llegó a la política como expresión de la «nueva dirigencia», pero al poco tiempo su único reducto de construcción se convirtió en el fogoneo de debates cavernarios y altamente deshonestos. Al parecer «facho» Jarsún, como ya lo han apodado en las redes, cayó en cuenta de que no se puede seguir apelando tan rústicamente a la discusión sobre las pistolas Taser.
En cambio, optó por redoblar la apuesta y, en las ultimas horas, anunció la presentación de un proyecto de declaración pidiendo que se discuta la pena de muerte.
«Los casos siguen sucediendo y el daño es irreparable. Por eso vamos a insistir desde la Legislatura para frenar estos flagelos y los femicidios. Presentamos un proyecto de declaración junto al Diputado Exeni, solicitando a los Legisladores Nacionales puedan modificar el Código Penal de la Nación», remarcó.
Claro está que la implementación o no de la pena de muerte en Argentina, no sólo no depende de un proyecto de declaración de una legislatura provincial; sino que, además, tampoco depende exclusivamente del congreso nacional, puesto que hay tratados internacionales que la prohíben y a los que Argentina adhiere.
No obstante, la concreción o no de la fantasía olmedista, tampoco es una preocupación real del ex-intendente de Rosario de Lerma. Más bien sus intenciones parecen motivadas por la necesidad de anotarse en la compulsa nacional del año que viene, aprovechando el vacío de representación que dejó el hombre de la campera amarilla. Hasta entonces, seguirán las bombas de humo.