Una trama enmarañada se teje alrededor del crimen de las turistas francesas. Antes del inicio del juicio, apareció muerto un hombre que tenía por decir. El 4 de noviembre iniciaría formalmente aunque existe la posibilidad que a principios de febrero del 2014, el juez Martin Pérez comience con el esperado juicio oral y público. (M.A.)
Una muerte envuelve de misterio nuevamente el caso de las turistas francesas. Ya la aparición del cuerpo del jefe de la Brigada, Néstor Piccolo, con un balazo en la cabeza y las denuncias por irregularidades en la investigación oscurecían el panorama y en la semana se conoció un homicidio que siembras más dudas en la causa: se trata de la muerte de Luis Sarmiento, quien en la madrugada del domingo, fue acuchillado en un confuso episodio, atrás del cementerio del barrio San Agustín de San Lorenzo.
El joven de 27 años, trabajaba de jardinero en un hotel de la villa veraniega y es hijo de Raúl “El Diablo” Sarmiento: un nombre clave mencionado por Marcelo Arancibia, abogado de Daniel Vilte Laxi Vera, en una entrevista a Cuarto Poder realizada en su despacho meses atrás. Según comentó, en casa de este hombre es donde se secuestró el arma que fue plantada para inculpar a su defendido. Ocurre que la Brigada de Investigaciones, en agosto de 2011, allanó el domicilio de Sarmiento buscando dos motosierras, dos motoguadañas, una bicicleta y una caja de herramientas que habían sido robadas de una finca, según lo denunciado en el destacamento de Atocha, por José Carrera. En ese entonces, la requisa efectuada por la Brigada no hallo las herramientas, sin embargo, en el jardín encontraron dos escopetas y un revólver calibre 22 con 5 vainas percutadas y 2 cartuchos sin percutar. Esa arma es la que en la causa aparece manipulada por Daniel Vilte Laxi.
La muerte de este testigo es una clara conexión hacia un camino que lleva a la hipótesis de que la causa esta armada. Todavía no se puede establecer el carácter accidental o no del hecho; no obstante, lo cierto es que sucede justo antes del inicio del juicio: un momento decisivo donde Sarmiento tenía mucho por decir. Se sabía que el joven brindaría un testimonio contundente sobre cómo la Brigada de Investigaciones, por esos tiempos, al mando de Piccolo, plantaron el revólver, que luego sería utilizado en la causa. “Luis Sarmiento, denunció a la policía: “a esta arma la pusieron ustedes en el jardín, yo vi cuando estuvieron cavando y posteriormente llamaron a los testigos para que vengan a decir que al arma la habían encontrado allí”, aseguró Marcelo Arancibia a la agencia DDN.
La historia del brutal doble crimen, entonces, queda sin un testimonio importante lo que enmaraña más aun su trama. Y se convierte en un crucigrama donde cuadro por cuadro cuesta llenarse y encontrar una clara línea, lo que genera todos los condimentos para novelarla en clave de policial negro.
Un relato que no cierra
Están cuestionadas las fechas en que fueron violadas y asesinadas las muchachas. Además en los expedientes aparecieron fotos de una joven apoyada en un árbol y unos lentes en un sofá como si fueran de Cassandre. A esto, el padre de la muchacha, Jean Michel Bouvier en una entrevista otorgada al periodista Agustín Poma aseguró: “No, no es Cassandre, ni Houira, es una persona que yo no conozco”. En tanto, el fotógrafo Alejandro Ahuerma dijo a este semanario que “junto a estas imágenes se añade un informe sobre el country Buena Vista donde se puede ver fotografías y filmaciones tomadas el 2 de agosto. Al día siguiente, el 3 de agosto, todo esto se ingresó a la causa. Aquí surge algo llamativo, porque la cámara de Cassandre aparece el 8 de agosto en manos de la novia de Lasi. Alguien tendrá que explicar en algún momento de donde aparecieron esas fotos antes de que se encuentre la máquina fotográfica. Luego de reunirse con el investigador francés se da cuenta que fueron incorporadas días antes de que se encontrara la cámara las fotos. Aquí las fojas (190 y 191) coinciden con el informe presentado por la Brigada de Investigaciones que comienza en la 192 hasta la 208. Fueron incorporadas por el ex jefe de la Brigada Néstor Piccolo, que estaba a cargo por orden del juez Pérez. Los miembros de la Brigada son quienes tienen que dar explicaciones de donde salieron esas fotos”. También, cabe remarcar que no hay ninguna coincidencia de ADN de Vilte en los restos encontrados los cuerpos y que existen denuncias por parte de los acusados de apremios ilegales para que se auto inculpen.
Los cuerpos de Cassandre y Houria fueron encontrados sin vida el 29 de julio del 2011. Apenas se anotició al juez Martin Pérez, éste ordenó un rastrillaje y un cerco. Ese día efectivos policiales, peritos, y fotógrafos no encontraron pruebas. Al día siguiente, recién aparecieron las dos vainas servidas y otros elementos.
Desde el principio los tres sospechosos de la justicia fueron Gustavo Lasi, Daniel Vilte y Santos Clemente Vera. Según pudieron reconstruir los investigadores oficiales las jóvenes llegaron a la quebrada en la tarde del 15 julio. El ataque quedó registrado en la última foto sacada por una de las muchachas en una secuencia de 20. Esta cámara es la que Gustavo Lasi regaló a su novia tras el crimen y representa una de las pruebas claves. Aparentemente las dos muchachas fueron sorprendidas en la zona conocida como “El Mirador” y con un machete y golpes llevadas hasta 50 metros arriba.
Gustavo Lasi, aseguró haber oficiado de campana. A la vez testificó que Santos Clemente Vera tajeó con su machete los pantalones y el elástico trasero del corpiño de Cassandre. Por su parte, Daniel Vilte rompió con sus manos las prendas de Houria. Luego de violarlas arrojaron las mudas a unos metros. Lasi aseguró a la policía que Vilte disparó cuando Houria quiso huir.
La autopsia especifico que la bala atravesó varios órganos lo que genero el desangre de la joven. A todo esto, Cassandre se mantuvo en el mismo lugar. Por la fuerza nuevamente fue violada y luego con una carabina, Vilte, fríamente le disparo en la frente. La primera pista que guió a las investigaciones oficiales fue cuando, cerca de las 8 de la noche, Lasi prendió el celular de Houria.
Desde el anuncio del gobernador Juan Manuel Urtubey donde decía que todo estaba esclarecido hasta estos días la causa de las francesas naufragó en medio de incertidumbres y sospechas que continúan sin esclarecerse. Todo sigue abierto. Los policías profesionales en investigación al parecer no descubren nada y pruebas sólidas acrecientan la idea de que algo hay detrás.