Inaugurado en 2015 por el gobernador Urtubey junto a la entonces ministra Marianela Cansino, el refugio para mujeres administrado por la Diócesis de Orán fue cerrado, dejando una deuda de cuatro meses a sus trabajadoras. Lara Gros se muestra indiferente a la pérdida. Lilith

El 20 de marzo de 2015, el gobernador Juan Manuel Urtubey inauguraba el Refugio para mujeres víctimas de violencia de Orán. La entonces ministra de Derechos Humanos, Marianela Cansino, destacaba que el lugar tenía como función contener y garantizar un espacio de protección y soporte emocional a mujeres e indicaba que era una acción más producto de la declaración de emergencia por violencia de género, que tenía entre sus principales ejes la asistencia.

El Gobierno de la Provincia y la Diócesis de Orán habían firmado un convenio de mutua colaboración en el que el obispado se comprometía a administrar, dirigir y sostener el refugio con un grupo de profesionales y colaboradores, con quienes se conformó un equipo de voluntariado, mientras que la Provincia se comprometía a financiar, asesorar y capacitar.

Luego el refugio pasó por diferentes fundaciones, en diciembre de 2017 no se renovó el convenio con la Fundación Da Vinci, por lo que se intentó sumar otra ONG para su administración. Aparecían en carpeta dos posibilidades, una de ellas, la fundación que se crearía para realizar esta tarea. No obstante, a fines de marzo de este año, se tomó la determinación de cierre, dejando una deuda de cuatro meses a las operadoras que trabajaban en el lugar.

En la sesión del jueves de la Cámara Alta salteña, a instancias del senador Pablo Damián González (Orán-Cambiemos), se solicitó al Poder Ejecutivo Provincial, a través del Ministerio de Gobierno, que disponga las medidas necesarias para la apertura de manera urgente, del “Refugio para las mujeres Víctimas de Violencia” en la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán. González sostuvo que con ello se dará cumplimiento a lo dispuesto por la Ley Provincial N° 7888 de protección contra la violencia de género.

Macho Gros

Las maniobras del intendente Lara Gros para intentar destituir de su cargo a la actual presidenta del Concejo Deliberante de la ciudad, integrante del Frente para la Victoria, Koky Juárez, fueron denunciadas por el portal informativo Revista Norte. Allí se informa que luego del pedido de informe sobre el cierre del Refugio para Mujeres Víctimas de Violencia, Lara Gros intentó dar un golpe institucional contra la Presidencia del Concejo.

“La arremetida oficialista contra Juárez tiene como principal motivo el enojo que le causó al intendente que, ese espacio político al que pertenece la Presidente del Cuerpo, presente un Pedido de Informe sobre el cierre del Refugio de Mujeres Víctimas de Violencia,  inaugurado hace apenas unos años en Orán como obra del Fondo de Reparación Histórica”, señalaron desde la tórrida ciudad norteña.

Describieron que el intendente estaría buscando terminar con el cargo que dura un año de la actual presidenta, tratando de imponerse obteniendo alianza para ganar a los dos tercios de los concejales: “Lara sólo puede conseguir mayoría cooptando a supuestos opositores, y para esta ocasión busca apoyo de Carlos “El Tucán” Manzur (UCR-PRO), Lucas Tévez Cañete (PJ) y Gabriela Saba (de La Cámpora), los mismos que votaron ya a favor de Lara para que no pase el pedido de informe en cuestión. Esta última concejal, Saba, daría un doble batacazo si se suma al `laragroserismo´, ya que pertenece al movimiento político que comparte luchas con los concejales del kirchnerismo atacados (Koky Juarez, Gonzalo Díaz y Verónica Hilario)”.

Uno en contra

El concejal “justicialista” Lucas Tévez, al querer explicar el porqué de su negativa al pedido de informe sobre el cierre, detalló: “Nosotros estamos trabajando en proyectos que son de importancia para la ciudad. Tenemos un conflicto con el tema del Refugio que no estaba de una manera explícita (sic), es decir no hay una constancia de ayuda de parte del Estado a este tipo de refugios. Lo que sí nosotros habíamos planteado por parte Concejo es que se arme puntualmente un refugio, es decir hogares donde se pueda albergar a personas en todos los ámbitos pero no solamente en violencia”.

El concejal señaló que su desaprobación fue porque “no había fundamentos específicos con respecto al sustento de este refugio, porque las personas que presentaban el proyecto no supieron defenderlo y brindar pruebas para saber el trabajo que se venía haciendo desde ahí. El funcionamiento no estaba por parte de la Provincia”.

En definitiva, en su confusa verborragia, el concejal especificó que el estado provincial no estaba haciéndose cargo del funcionamiento del Refugio, aunque otras organizaciones y autoridades eclesiásticas trabajaban voluntariamente. “Hubo una falta de información a la comunidad y una falta de información a los concejales sobre el funcionamiento del refugio”, mencionó.

Paradojas

En febrero de 2016, la entonces ministra de Justicia y Derechos Humanos, Pamela Calletti, junto al Obispo de Orán, Gustavo Zanchetta, y al Diputado Provincial por el departamento Orán e hijo del intendente, Baltasar Lara Gros, destacaba el trabajo del refugio temporal para mujeres víctimas de violencia de Orán.

En la oportunidad Calletti subrayaba también el trabajo que realizaba desde el 12 de febrero de ese año la Defensoría de Violencia Intrafamiliar y de Género de Orán y de los funcionarios del Poder Judicial que trabajaban con el Refugio.

Al ser inaugurado el refugio el exobispo de Orán, monseñor Zanchetta, celebraba la noticia de la administración por parte de la Diócesis: “Cuando fui convocado para colaborar con esta iniciativa no dudé ni un instante de que esto era lo que Dios me pedía que hiciera como obispo de un territorio tan castigado por situaciones de pobreza, marginalidad y distintas expresiones de violencia motivadas en gran parte por la proliferación desmedida del narcotráfico”, afirmaba.

El año pasado,  Gustavo Zanchetta anunciaba mediante una carta a la comunidad —y de manera sorpresiva— su renuncia a la sede episcopal por “un problema de salud” cuya recuperación era imposible de seguir en Salta, lo que motivó su alejamiento en cuestión de horas, sin despedirse de los feligreses ni de sus sacerdotes. Se supo después que se encontraba en la arquidiócesis de Corrientes, donde había sido recibido como huésped por el monseñor Andrés Stanovnik. Su intempestiva renuncia sin embargo dejó entrever cuestiones referidas a las denuncias de desmanejos económicos que Zanchetta cercano al gobierno provincial y municipal de Orán, había denunciado en varias oportunidades en el norte provincial.