Una investigación de dos profesoras de la UNSa analiza la representación de las mujeres en la Legislatura provincial y las condiciones y estrategias desplegadas por ellas para acceder a los cargos legislativos de Salta.
Andrea Sztychmasjter
La publicación titulada “Mujeres y representación política en Salta” fue realizada por María Elina Tejerina y María Mercedes Quiñonez y difundida en la revista de la Escuela de Historia. El objetivo del trabajo, según consignan, es analizar a partir de la aprobación de la ley del voto femenino, la representación que tuvo la mujer en las cámaras de la Legislatura de Salta. El período analizado por las dos profesoras comprende desde 1951 a las elecciones de 1983.
Un dato a destacar es que las historiadoras consignan que en aquel momento sólo las mujeres de la élite eran quienes participaban políticamente: “Será a partir de la etapa peronista cuando las mujeres se conviertan en verdaderos actores sociales y políticos. Sin embargo, no desconocemos la lucha llevada a cabo en nuestro país -por las mujeres socialistas y las diferentes organizaciones- desde fines del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX, lo que permitió concretar la ley del voto femenino a mediados de siglo. Atrás quedarán la participación selectiva y privada de las damas de la élite local”, detallan.
Señala el trabajo que “el peronismo incorpora a la mujer a la vida política como una manera de ampliar las formas y los espacios de participación dándoles un nuevo sentido a la acción política”, aunque una década antes ya las socialistas bregaban por el derecho al sufragio.
En junio de 1948 es promulgada en Salta la ley que otorgó los derechos cívicos a la mujer, durante la gestión del gobernador Lucio Cornejo Linares, autor del proyecto. La misma en su artículo 1º establece: “Dentro del territorio de la provincia las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetos a las mismas obligaciones que las que acuerdan e imponen las leyes respectivas a los varones argentinos”.
Representación histórica de ellas
A través de un exhaustivo trabajo de rastreo y análisis de las Actas Electorales de Salta, las profesoras universitarias lograron realizar una periodización de la representación de las mujeres en la legislatura salteña en tres etapas:
* 1951-1983: la representación de la mujer estuvo dominada por las representantes del partido peronista.
* 1983- Recuperación y continuidad de la democracia. La representación femenina en las cámaras se amplía comparativamente y se incorporan mujeres de distintos partidos políticos.
* Desde 1993 a la fecha con la aplicación de la ley del cupo femenino y la ley de lemas.
Según la investigación el derecho cívico de elegir y ser elegida, comienza a ejercitarse desde el año 1951 en el que se realizan elecciones nacionales, provinciales y municipales. En esa oportunidad nuestra provincia cuenta incluso con dos representantes mujeres en el Congreso de la Nación.
El Partido Peronista Femenino
Consignaran las investigaciones que para las elecciones de 1951, el padrón contenía 145.601 electores, el 46,7 % eran mujeres y sufragaron 56.514. El acto electoral se realizó el 11 de noviembre de 1951 y se eligió gobernador, vicegobernador, intendentes, concejales municipales, y legisladores. Asimismo aquella vez se solicitó al Tribunal electoral, el reconocimiento de la Asociación Femenina, presidida por Eva Duarte de Perón.
“El Partido Peronista Femenino, en nuestra provincia, estaba integrado por mujeres comunes, de extracción popular, sin experiencia política que desde 1944/5 se sintieron interpretadas por el entonces coronel Perón”, detallan las historiadoras y plasman el relato de las mujeres y los comienzos de la conformación de este partido femenino. «…Puse en mi casa un Comité «coronel Perón » y me puse a afiliar a toda la gente. Agarré yo mi plata que tenía y compré hojas de cartulina y con unas chicas que me ayudaban hemos hecho fichas y empecé a afiliar, después vino la Castiñeira, cuando yo ya tenía toda la gente afiliada». Hilda Nélida Castiñeira fue la delegada censista que envió Eva Perón a Salta.
Esta estrategia, señalará la investigación, estuvo acompañada de otras condiciones que debían reunir las candidatas: lealtad y compromiso inalterable con la causa. «Evita nos decía que nos había nombrado por nuestra lealtad al peronismo. Que el partido no necesita cerebro, para eso estaba el general, que organizaba todo», señalaran los relatos.
“Los distintos relatos nos muestran que no existen reglas que aseguren la participación y representación política femenina. Mujeres y varones despliegan diferentes estrategias, las más de las veces antagónicas. Fue la propia dinámica del proceso participativo la que enseñó al sexo femenino cuáles eran las más exitosas: la presencia permanente en las reuniones, la militancia a destajo que se expresaba en el ‘siempre estar en la lucha’, el apoyo de personajes posicionados políticamente”, señalan las historiadoras.
Ateneo Femenino Juana Azurduy de la UCR
Las mujeres radicales también se encontraban organizadas. Según consigna la investigación con el advenimiento de la democracia las mujeres se encontraron en la tarea de rearmar sus estrategias a fin de lograr acceder a puestos legislativos. Según el relato de una mujer del partido Radical, luego logran armar en Salta el Ateneo Femenino Juana Azurduy de la UCR.
Las primeras en el Congreso Nacional
En 1951 Salta tuvo dos representantes salteñas en el Congreso de la Nación: Serafina del Carmen Rodríguez y Generosa Domitila Aguilar.
Los registros señalan que Seferina del Carmen Rodríguez de Copa fue una incansable luchadora de Campo Quijano, Primera Diputada Nacional. Sufrió la cárcel tras el golpe de 1955 y tubo activa participación en La Resistencia Peronista y la Campaña Pro-Retorno de Perón.
En tanto un discurso de 1952 graba las palabras de otras de las mujeres representantes en el Congreso: “Eva Perón, tu nombre no morirá, ni dejará de resonar un día, mientras haya un hijo de nuestra sangre en esta patria mía”, fue la frase de Generosa Domitila Aguilar.