En Israel preparan una demanda internacional contra el Estado argentino, la AFA, la empresa Torneos y Palestina. Benjamin Netanyahu llamó a Mauricio Macri, e incluso reportará sus quejas con Donald Trump.

Luego de que se anunciara públicamente que el partido entre las selecciones de Israel y Argentina no se iba a jugar el sábado que viene, estalló la polémica. Cabe recalcar que para que ello sucediera fueron varios factores los que intervinieron, como por ejemplo la carta firmada por 70 niños palestinos en la que se le recordaba a Lionel Messi que su seleccionado jugaría en un estadio construido sobre las ruinas de una aldea desplazada por el Estado israelí, a lo que hay que sumar la manifestación que realizaron en Barcelona durante el entrenamiento de la albiceleste: una veintena de aficionados propalestinos los recibieron al grito de “no vayan”, “no laven la imagen de Israel” y exhibieron una camiseta de la selección de Messi ensangrentada.

La Política Online publica hoy en su sitio web que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, llamó a Mauricio Macri dos veces luego de enterarse de la decisión del equipo de Jorge Sampaoli. Incluso desde Israel aseguran que se comunicará con Donald Trump, su máximo aliado, para quejarse de la suspensión del partido.

Los organizadores ya le habían pagado a la AFA dos millones de dólares por la presencia de la Selección argentina. Pero ahora el reclamo excede ese contrato, puesto que en Israel consideraron lesionada la imagen del país ante el mundo y la demanda por daños y perjuicios será de 1000 millones de dólares.

El pasado domingo se pusieron a la venta las entradas para el amistoso y la expectación fue tal que en 20 minutos se agotaron. Se formó un gran revuelo en las redes sociales acusando a los organizadores de retener para sus compromisos gran parte de los boletos. Según los datos publicados por la prensa hebrea, tan sólo pusieron a la venta 15.000 de las 31.000 localidades, lo que hizo que las entradas, en pocas horas, quintuplicasen su valor en la reventa.

La odisea que para muchos fue conseguir un boleto ha sido un esfuerzo en vano, porque mientras en los territorios palestinos celebran la decisión de la Asociación del Fútbol Argentino, los seguidores israelíes de Messi y la albiceleste tendrán que esperar sine die para verlos jugar en Jerusalén.