¿Qué percepciones sobre la feminidad se construye de ella? ¿Qué diferencias y similitudes se encuentran con mujeres que dicen recibir mensajes de la virgen? (Andrea Sztychmasjter)

 “…yo era ya una mujer casada y madre de tres hijos. Teníamos un hogar, como todos los hogares, éramos una pequeña familia y vivíamos en paz, en un hogar feliz, un hogar común. Y un día mientras estaba rezando el santo rosario, escuche en mi corazón una voz que hablaba… era una voz muy hermosa y sobrenatural.”  El fragmento es parte del testimonio dado por María Livia Galliano de Obeid el 12 de julio del 2009 en el salón de ATSA ante “peregrinos” y posteriormente utilizado como relato y síntesis de las apariciones de la virgen ya citado de forma indirecta por parte de quienes difunden “la obra”. Definir cuál sería la reacción de la iglesia cristiana salteña si quien afirma ser receptor de “manifestaciones sobrenaturales” -tal como sucede con María Livia – fuera un hombre, sería tratar de hacer clarividencia así que a lo que podemos apelar es a tratar de analizar las percepciones sobre la feminidad de quien se presenta como la mensajera terrenal encargada de recibir los mensajes de la virgen María en Salta.

Dos investigaciones académicas dan una visión parecida sobre lo que la cita antes mencionada significaría en la construcción de la imagen de ideal de mujer entorno a María Livia. 1) “…se debe tener en cuenta la imagen en la que ella (y la  organización) se enmarca: es madre, esposa, ama de casa, representaciones de mujer que legitiman una mirada conservadora y patriarcal sobre la vidente (Nava Le Favi, 2014)*” 2) “El predominio de mujeres y niños como protagonistas de las locuciones, visiones y apariciones es interpretado en general en el marco de la atención de María a los débiles y frágiles… En el caso de las mujeres implica consolidar una tradición presente desde el siglo XVIII en la iglesia, de revalorización de lo femenino especialmente en el ambiente de expansión del racionalismo moderno (Ameigeiras, 2011)*”.

Sencillez, común y vida ordinaria; dedicada al rezo cotidiano, son adjetivaciones que se repiten a lo largo de todo el relato constructivo sobre la historia oficial de María Livia, quien representaría los valores típicos de una mujer de familia, dedicada a su hogar, una mujer que cumple con los roles históricos destinados por la sociedad patriarcal. Sin embargo este paso de una vida pasiva, “ordinaria”, en la “intimidad de su hogar” a la exposición pública y al encuentro semanal con sus seguidorxs representaría un patrón de comportamiento diferencial si tomamos en cuenta lo ocurrido con otras videntes del mundo que accionan con el ocultamiento.

Ameigeiras, autor de sendas investigaciones sobre la virgen del cerro decide explicar que el rol que toma María Livia es parte de un “proceso de purificación en el marco del sufrimiento” que padecen las elegidas para las apariciones. “Pareciera sentirse empoderada por su estatus de vidente y por la misión que entiende debe llevar adelante, por lo que aún si en su narrativa afirma obedecer las instrucciones de la iglesia, sin embargo en los hechos su actitud implica un distanciamiento respecto a las autoridades eclesiales locales, con una reafirmación de esa misión que le ‘ha sido’ encomendada por la Virgen”.

Según esta mirada María Livia rozaría la posición de rebeldía frente a una iglesia local que le ha pedido que cese con la publicación tanto en público como en privado de los mensajes que la virgen le daría. Si bien se vio impedida de dar cuenta de las revelaciones y conversaciones que tendría con la virgen, la mujer no ha cesado de realizar un ritual y una advocación en donde dos nociones particulares emergen para entender el fenómeno: la territorialidad y la corporalidad.-

Otras “instrumentos”

En términos generales las apariciones marianas se encuentran presente en el relato genealógico de la iglesia cristiana y no son pocas las sucedidas en Latinoamérica. Las mujeres que reciben la visita sobrenatural son denominadas “instrumentos”, “interceptoras”, “mensajeras”, “videntes”, “interpretes”, “intermediarias”. Al igual que María Livia Galliano de Obeid, en los años 80, Gladys Herminia Quiroga de Motta, recibió en San Nicolás la visita de la virgen que le dejó la tarea de llevar su imagen al frente del río Paraná para que dejara de estar debajo del campanario de la basílica. Al igual que María Livia, Gladys Herminia es madre, ama de casa, esposa pero su vida no ha cambiado a pesar de la sorpresiva visita, casi no ha hablado en público, es un misterio convertido en mito. Aseguran que sólo su familia, vecinxs y la gente de la iglesia conocen su cara. Trató siempre de no mostrarse y cuando lo hizo se mezclaba entre la multitud como una “peregrina” más. Según el trabajo de Ameigeiras el protagonismo de María Livia con otras mujeres que dicen recibir el mensaje de la virgen solo es comparable con el fenómeno que tuvo lugar con Rosa Quattrini en San Damiano.

Gladys Herminia Quiroga de Motta,

“Una vidente dócil, sumisa y obediente a lo que interpreta como mensajes y pasos que la Virgen le va mostrando, evidencian que M. Livia, al igual que otras videntes, se presenta y es percibida como un ‘instrumento’ adecuado y apto para este tipo de intervenciones de la Virgen”, refiere el autor. Como coincidencia con otras mujeres podemos encontrar que todas ellas ya eran personas de profunda fe religiosa avocadas al rezo y la “oración” constante.

Rosa Quattrini

Un pasado colonial

“11 DE MAYO DE 1995

Al preguntarle a la Virgen, sobre la ‘mujer’.

Mujeres del mundo, el tercer milenio se aproxima, es la mujer la que se adueñará de este tiempo. Sean fuertes que no se pierda la esencia que en vosotros vino cuando Dios os regaló la vida.” Extraído de Mensajes dados por la santísima 1995 Salta – Argentina web inmaculadamadre-salta.org/

 

La asunción del ex gobernador de Salta Juan Carlos Romero coincide con el inicio de la llegada de los mensajes de la virgen a la María salteña. Según la investigación realizada por la licenciada Daniela Nava Le Favi durante el gobierno de Romero su política estuvo basada en el turismo y mercantilización de la cultura que implicó resaltar arquitectónicamente una imagen del pasado glorioso, exaltando el origen hispano de la identidad salteña. “En este sentido, podría pensarse que existen ciertas coincidencias entre el momento de surgimiento y visibilización del culto con la política planteada por Romero: la advocación del Cerro mantiene conexiones con la cultura colonialista que se intenta rescatar durante este periodo económico y político de la provincia”, sostiene la investigadora.

La investigación de Le Favi apunta a una aproximación a futuras líneas de investigación sobre las coincidencias entre el proyecto del gobernador Romero y la aparición mariana en un contexto económico neoliberal atravesado por la globalización y la inserción de un modelo turístico: “la misma era capaz de conjugar un pasado colonial y tradicionalista (rasgos identitarios locales) para entrar en la lógica de la sociedad de consumo. Paralelamente, se fueron abordando las tensiones existentes con la Iglesia local y su grado de reconocimiento a nivel nacional como una advocación mariana”.

En miras de una nueva administración provincial de gobierno y en función de la asunción de la hija de Romero a la intendencia capitalina, resta preguntarnos cuál será la posición que tomará la gestión entrante para con “la obra”, el “paseo religioso” y la propia imagen de la salteña elegida por la virgen.

 

 

 

 

*Daniela Nava Le Favi. 2017. De “turistas” y “peregrinos”identificaciones, territorialidades y fronteras en la construcción del cuerpo devoto del culto a la Virgen del Cerro en la ciudad de Salta, Argentina.

*La Virgen del Cerro en Salta: Continuidades y singularidades respecto a las principales apariciones modernas y contemporáneas 2011 Aldo Ameigeiras,  Ana Lourdes Suarez.