Su candidatura repercutió en el escenario político. Con un peronismo local hasta ahora fragmentado y la supuesta ausencia de Guillermo Durand Cornejo en esa disputa, el candidato de la izquierda aparece como una de las figuras más atractivas para llegar a la intendencia de capital. (A.R.)

No estaría lejos de la realidad aquel editorialista político que vaticine un triunfo del PO en capital. La tendencia extraordinaria, expresada en las urnas, de votar a la izquierda -el trotskismo pasó del 11% de votos del total del electorado de capital en 2011, al 30% en 2014, lo que  equivale a un crecimiento del 200%-, el interés que se generó en torno a la figura de Pablo López como intendente de capital combinado con la fragmentación del PJ, la desorientación del romerismo y la debilidad de Olmedo y el PRS; colocan al PO de Salta en la discusión por el gobierno de la ciudad. Dicho con otras palabras: tienen posibilidades ciertas de ingresar por primera vez a un cargo Ejecutivo.

Cuando la fragmentación política alcanza un nivel sin precedentes (hasta el cierre de estas líneas se anotaban 10 candidatos para ocupar el sillón de Moldes), el Partido Obrero entusiasta y con aspiraciones salió a comunicar sus candidatos: Claudio del Plá para gobernador; Gabriela Cerrano, para vice-gobernador; y López para intendente. En una conferencia electoral realizada el fin de semana pasado por el equipo rojo, señalaron que las próximas elecciones primarias de abril y junio de 2015 “tienen que convertirse en una pueblada política contra el régimen”.

La emergencia de Pablo López, quien en las últimas elecciones estuvo cabeza a cabeza peleando el primer lugar con Durand Cornejo, es un dato para nada menor en cuanto a la configuración del mapa político salteño. “El mayor desafió lo tenemos en la ciudad de Salta donde vamos con todo a conquistar la intendencia para que el municipio deje de ser un botín de los contratistas, los especuladores inmobiliarios y el banco Macro”, declaró a la prensa el flamante candidato a Intendente y puso los nervios de punta a varios que llamaron a tomar nota a los miembros del PJ: si no se consensua una lista única López podría correr con varios pasos de ventaja.

La militancia trotskista no siente que tenga servido el triunfo. Están convencidos de que habrá una participación clerical del Opus Dei y la Iglesia que se involucraron en una campaña sucia contra el PO, llegando al punto de  repartir volantes apócrifos y montar una campaña de desprestigio hacia la izquierda en general y “la enfermedad del trotskismo” en particular, además de instalar una suerte de “troskofobia” en medios radiales y televisivos.

En términos políticos, la ventaja de Pablo López también radica en el estado del PJ que todavía no encuentra la brújula y en donde se suceden los pases de facturas entre los diversos sectores. Mientras tanto, ninguno de sus varios candidatos se posiciona para hacer frente a la ofensiva “troska”. Todo esto, sumado a la raquítica presencia de la centro-izquierda tras la integración al Estado del sector más desarrollado como lo fue Libres del Sur, coloca al trotskismo en la disputa por cargos de relevancia.

En los próximos meses sus militantes estarán ante el desafío de realizar una campaña impecable, puesto que sus chances de llegar a la intendencia no son mera ilusión y las miradas estarán centradas en sus movimientos. El tiempo que corre clarifica el futuro político ¿Podrán repetir otra histórica victoria o los rojos tendrán que seguir esperando?