José Javier Aramayo había recibido la pena de 16 años de prisión por el “homicidio” de Marcela Mamani pese a que el cuerpo de la víctima jamás apareció. Hoy goza de total libertad ya que no se le impuso ningún tipo de medida restrictiva.

El juicio y condena por la desaparición y muerte de Marcela Mamaní fue presentado como histórico por la justicia salteña ya que se configuró como el primer caso de un condenado por homicidio sin que haya aparecido jamás el cuerpo de la víctima.

El jueves 28 de enero, José Javier Aramayo fue condenado a 16 años de prisión; pero hace días quedó en libertad por un fallo de segunda instancia.

El fallo de la Sala II del Tribunal de Juicio, de los jueces Pablo Farah, Carolina Sanguedolce y Ángel Longarte, fue discutido por la Sala III del Tribunal de Impugnación, quien recibió el caso luego de que la defensa de Aramayo casara el fallo inicial.

Según contó el abogado Federico Magno a LA GACETA, Impugnación consideró que no se había agotado la investigación del caso hecha en la etapa de instrucción y que no se habían contemplado ni analizado otras hipótesis, por lo que la sentencia de primera instancia carece de fundamentos suficientes ya que no hay certeza de que el imputado fue el asesino.

Aramayo recuperó la libertad el miércoles y goza de ella en plenitud ya que no se le impuso ningún tipo de medida restrictiva.