Olmedo en la Capital y Lara Gros en Orán son las mochilas de Romero y Urtubey. El primero pone en riesgo lo que el exgobernador precisa si quiere ganar la provincia: un cómodo triunfo en Capital. Lara Gros no asegura a Urtubey un triunfo en Orán que junto a San Martín concentran el 24% del padrón provincial. (Daniel Avalos)
En algo coinciden las encuestas que se publican y aquellas que los operadores muestran en privado pero no difunden: que la Capital provincial es un distrito donde se avecina una elección a gobernador de alta incertidumbre en tanto el ganador puede ser una incógnita hasta el día mismo de los comicios.
La encuesta publicada por Datamática a principios de la semana mereció el cuestionamiento de varios, aunque, prescindiendo de los números, los resultados expuestos pincelan una escenario real: la de un Romero que por sí solo tiene una intención de votos mayor a la de Urtubey, aunque al exgobernador la alianza con Alfredo Olmedo le resta voluntades en la Capital; mientras Miguel Isa es capaz de sumarle a Urtubey un caudal de votantes que permita a la potencial formula Urtubey – Isa acercarse a la encabezada por Romero. Según Datamática, Romero tiene un 30% de intención de votos contra el 24% de Urtubey en la capital provincial; aunque según la misma encuestadora la formula Romero – Olmedo estaría un punto por debajo de la formula Urtubey – Isa: 31% esta última contra el 30% de la primera.
Aunque el ajustado triunfo que Datamática prevé para el oficialismo en la Capital con la fórmula mencionada puede resultar exagerado, la comparación con otras encuestas confirman que el comportamiento de los capitalinos variará según los candidatos que integren la fórmula.
El relevamiento de una encuestadora que solicitó estricta reserva confirma esa tendencia. A la hora de preguntar a los encuestados a quien de los cuatro involucrados “preferiría no votar” y “jamás votaría”, se evidencia que Romero tiene un margen de crecimiento superior al del Urtubey a quien el 37% de los consultados dijo que preferiría no votar, mientras un 26% asegura que jamás lo votaría. Porcentajes superiores al del propio Romero a quien un 28% de los consultados preferiría no votar y un 24% asegura que jamás lo votaría.
Ventaja romerista que debe relativizarse a la hora de analizar fórmulas: un 33% de los consultados afirma que “preferiría no votar” a Alfredo Olmedo y un 34% asegura que jamás lo votaría. Situación distinta a la de Miguel Isa que cuenta con un margen de tolerancia mayor al del propio Urtubey en la Capital: un 26% dice que “preferiría no votarlo” y un 22% asegura que “jamás lo votaría”, porcentaje inferior al de los otros tres candidatos ya confirmados para la contienda.
En definitiva, al menos en la Capital provincial, Olmedo le resta votos a Romero y Miguel Isa le suma a Urtubey. Una combinación funcional a la estrategia del oficialismo que consciente de que la capital provincial siempre le fue esquiva, precisa que un potencial triunfo romerista sea por el menor margen posible para así desequilibrar los resultados con su histórica supremacía en el interior provincial. Territorio clave para el gobierno por cuestiones matemáticas y políticas.
Lo primero porque la Capital provincial (incluido San Lorenzo) reúne a 402.098 votantes de los 926.825 empadronados; número enorme pero que representa el 43,38% del padrón provincial contra los 524.727 del interior que representan el 56,61% del padrón. Lo político, en cambio, se relaciona con el hecho de que Urtubey siempre hizo del interior un bastión clave. Desde hace años que el 70% de los votos oficialistas provienen de allí. El peso de ese interior se evidenció incluso en abril del 2011, cuando Urtubey fue reelegido con el 57% de los votos, aunque de los 314.948 cosechados aquella vez, 189.981 eran del interior: es decir el 60,1%.
Interior clave
El romerismo parece saber que Olmedo es una mochila en la capital salteña y de allí la casi nula exposición del sojero por la ciudad. Distinta, sin embargo, es la situación a la hora de analizar el interior provincial. Allí sí Olmedo es funcional a Romero. Hace dos años el sojero se impuso en algunos distritos y peleó palmo a palmo el electoralmente clave departamento de Orán, lugar donde Olmedo estaría instalado desde hace unas semanas según allegados al comando romerista de campaña.
No se trata de una decisión menor. Después de todo Orán es la ciudad más poblada de la provincia después de la Capital; la ciudad con el padrón más abultado de todo el interior con 59.066 electores; la misma en donde hace dos años Olmedo se impuso a un Rodolfo Urtubey que contaba con todo el aparato estatal; que en el conjunto del departamento (hoy con 103.580 electores) terminó sólo dos puntos abajo del candidato oficial; y con un municipio como Hipólito Yrigoyen donde la intendencia quedó en manos de un candidato del sojero. Departamento, además, donde Romero sacó sólo el 16% de los sufragios en el 2013. Porcentaje escaso para quién contaba con los recursos para montar una poderosa máquina electoral y cuya imagen está plenamente instalada tras doce años de gobierno.
El problema de Romero en el norte, entonces, es el mismo Romero. Ese 16% de Orán en el 2013 y su aún menor porcentaje en San Martín -apenas cosecho el 13,5%- muestra que los norteños asocian su figura a la devastación de los 90, la privatización de YPF, los miles de despidos y la desocupación que en el 2001 llegó al 42,8% y una merma de la actividad económica que afectó a distintos sectores. Cóctel explosivo que hizo del norte escenario de cientos de cortes de rutas, desalojos violentos y muertes de trabajadores que expulsados del mercado de trabajo devinieron en piqueteros que imposibilitados del recurso de huelga por carecer de empleo, optaron por cortar la circulación de mercancías como mecanismo de protesta.
El departamento de San Martín, no obstante, es la contrapartida de Orán en lo que a resultados electorales se refiere. Allí ni Romero ni Olmedo lograron hacer pie en el 2013. Es el reino del corpulento intendente de Tartagal, Sergio “Oso” Leavy, que en las elecciones para senador nacional de octubre del 2013 le tributó un sorprendente 47% de los votos al hermano del gobernador: Rodolfo. Supremacía oficialista enorme si se tiene en cuenta que la ciudad de Tartagal es menos numerosa que la de Orán, pero que el total departamental es superior: San Martín posee actualmente 118.576 votantes contra los 103.580 de todo Orán.
Mayores porcentajes cosecha el oficialismo en Rivadavia, el otro departamento petrolero del norte. Con sólo 22.004 electorales en condiciones de votar en abril y mayo, número que sirve para englobar los 244.160 empadronados del norte. Un número que representa el 26,3% del padrón provincial: el 46,5% del total de electores de todo el interior que sumados representa el 56,61% de los votantes de toda la provincia: 524.727 electores.
Para tener una idea de la importancia de ese número conviene compararlo con otras regiones del interior. La suma de electores de los 9 municipios del Valle de Lerma, los 3 de General Güemes, los 5 de Anta y los 9 de todo el Valle Calchaquí, suponen 193.625 electores. Casi 50.000 menos que los presentes en el norte. Sólo sumando los 61.427 votantes de los tres departamentos del sur provincial (Metán, Rosario de la Frontera y La Candelaria) los números superan a los del norte: 255.052 electores de 34 municipios salpicados en toda la geografía provincial contra los 244.160 electores de 14 municipios concentrados en el norte de la provincia.
Quebrar Orán
La importancia electoral del norte está fuera de duda. Un triunfo electoral de Urtubey depende mucho de perder por poco en la capital, mantener su supremacía en el interior y en ese marco alambrar su ventaja en el norte. La suerte de Romero depende de triunfar en Capital con comodidad, ganar en distritos menores del interior y fisurar algún distrito clave de ese mismo interior. Los comportamientos electorales recientes muestran que Orán es el territorio que puede permitirle a Romero conquistar lo que todavía no domina.
Las condiciones de vida de Orán y el manejo político de su intendente Marcelo Lara Gros convierten ese distrito en talón de Aquiles de Urtubey. Sobre lo primero, conviene aclarar que el deterioro social no es de ahora ni exclusivo de Orán. Pero la aclaración no impide enfatizar que allí todo es más explosivo: frontera apta para un narcotráfico por la existencia de cientos de kilómetros con déficits estructurales de control; departamento donde el monocultivo y la tecnificación expulsa mano de obra en un lugar con más de 140.000 habitantes de los cuales, según el censo 2010, un 46,8% tiene entre 0 y 19 años; departamento donde el desempleo es un problema estructural, que posee 31.859 familias habitando 29.100 viviendas de las cuales 22.436 son casas, 562 departamentos, 2.164 ranchos y 3.588 casillas; 24.974 de esas viviendas no poseen computadoras; 26.226 no cuentan con teléfono de línea; 10.082 carecen de descargas de agua y 7.355 de heladeras.
Condiciones que combinadas con un conducción política gerencial como la de un Lara Gros acostumbrado a administrar un ingenio sin los atributos de la política que, por definición, busca siempre interlocutores con los cuales resolver los conflictos; hace de Orán el eslabón más débil de la red de poder territorial “U” en esa región. Las elecciones del 2013 ya encendieron la luz roja al respecto.
Porotos que suman
El Valle de Lerma es otro escenario a tener en cuenta aun cuando la importancia numérica del mismo está lejos de compararse con la capital y el norte provincial: 84.432 electores registrados que representan un 9,10% del padrón electoral. El Valle cuenta con 9 municipios (Moldes, Rosario de Lerma, La Merced, Cerrillos, Guachipas, Campo Quijano, Chicoana, El Carril y la Viña) que forman parte de cuatro departamentos (Cerrillos, Chicoana, Rosario de Lerma y Guachipas) que comparten geografía, clima y matriz económica. Municipios, además, salpicados a lo largo del valle pero separados por distancias relativamente cortas que posibilitan su recorrido intensivo en menos tiempo.
Hasta ahora, todos aseguran que el conjunto del Valle de Lerma está inclinado por la formula Romero – Olmedo. En cuatro de esos municipios se impusieron Romero y Olmedo en las elecciones del 2013; todos los municipios cuentan con intendentes que llevan décadas en el Poder; a diferencia de los municipios del norte recibió muchos menos recursos del Grand Bourg (desde el 2012 al presente, el Fondo de Reparación Histórica representó para los tres departamentos del norte una inversión -por fuera de la coparticipación- de casi mil millones distribuidos en 48 obras para Rivadavia, 66 para San Martín y 57 para Orán); y donde el romerismo ya tiene candidatos en campaña.
En Coronel Moldes (4.017 electores) la candidata es la presidente del Concejo Deliberante, Rita Carreras, que logró destituir al intendente “U” Osvaldo García el año pasado; en la Rosario de Lerma del alicaído “Topo” Ramos, el actual diputado Ignacio Jarzún rompió con el oficialismo, se sumó al romerismo y anunció su candidatura a intendente para disputar los 17.664 votos; en La Merced la concejal Silvia del Valle anunció que disputará la intendencia al eterno Juan Ángel Pérez, compitiendo por el favor de 8.541 electores; la Cerrillos gobernada por el desprestigiado Rubén Corimayo posee un padrón de 19.943 electores y un romerismo que cuenta con el aparato del diputado provincial Mario Ábalos que desea renovar su banca en la legislatura y al tabacalero Iunnissi que competirá por la intendencia; en Guachipas, el hermano del millonario sindicalista José Ibarra disputará la intendencia con el pertrechamiento de su hermano en ese municipio de 2.994 electores; en Campo Quijano (12.423 electores) el ya desgastado Manuel Cornejo se enfrentara al ahora romerista Querubín Sosa. En los otros tres municipios de la región no hay nada definido, aunque se trata de localidades comandadas por renovadores: Chicoana (7.769 electores) al mando del intendente Esteban Ivetich; el Carril (8.580 electores) gobernado por Esteban D’Andrea Cornejo; La Viña (2.501 electores) bajo el mando de Mario Eduardo Aramayo.
La capital, el norte provincial y el valle de Lerma concentran así el 79% de los electores provinciales (730.690). El 21% restante corresponde a departamentos abiertamente justicialistas como Anta que con 44.156 electores de cinco municipios representa el 4,7% del padrón; Güemes que con tres municipios posee 35.968 electores (3,8% del padrón); o los mismos valles calchaquíes que con nueve municipios reúnen 29.069 electores representando el 3,1% del padrón. El resto de los departamentos, inclusive Rosario de la Frontera y Metán, poseen padrones con menor peso específico que los mencionados.