Así lo describió la familia de la joven madre Agustina Nieto asesinada en un «aguantadero» de Barrio San Benito.
Bajo el título «La policía revictimiza a Agustina». la familia de la joven repudió las apreciaciones que efectuaran policias al testificar en el juicio donde se trata de dilucidar que ocurrió con la joven que padecía serios problemas de consumo de pasta base.
Según denunciaron familiares y amigos y según se desprende de los testimonios brindados en las audiencias, en la zona donde fue encontrada existen grupos de personas que comercializan y consumen pasta base y otras drogas. A la vista de todos e incluso de la misma policía que no hace nada.
Compartimos el comunicado completo que difundió la familia:
LA POLICIA REVICTIMIZA A AGUSTINA
Durante la segunda audiencia declararon los policías de la división de Homicidios y que revisten en la jurisdicción; una médica y un bioquímico del CIF, y Ricardo Alderete alías “El panadero” que vio a Agustina en el lugar en que fue hallada antes de su asesinato. Con esta ronda declaraciones quedó planteado que “Gololo” Viñabal no actuó solo, sin embargo es el único imputado.
Viñabal estaba con otras personas en el aguantadero cuando llegan Agustina y otras dos mujeres de su entorno. El policía NESTOR TOLABA planteó que Agustina había tenido relaciones consentidas, lo cual se contradice con el hecho de que le habían arrancado la ropa. De todas maneras los peritos no constataron si hubo violación, pero sí se halló material genético bajo las uñas de Agustina. Ese ADN sigue sin ser identificado por la justicia.
Tolaba también mencionó que por las pisadas en el pasto el asesino sería sólo uno, pero se contradice con la declaración de otros policías y del personal del CIF que hablan de al menos dos personas. Sin embargo, lo más repudiable de su declaración fue la revictimización de Agustina, a quien culpó de su destino por ser adicta a la pasta base, tildándola –al igual que otros policías- de “confianzuda”; así como también su descargo contra la familia a quienes nos acusó de haberla “abandonado”.
Repudiamos la provocación del policía “investigador” Nestor Matias Tolaba, estudiante de la licenciatura en Investigación de la Policia Federal y miembro de la División de Homicidios. El circuito de la pasta base y la comercialización de drogas, tanto en el aguantadero de B° San Benito donde mataron a Agustina, como de todos los que funcionan en la zona sudeste, se desarrolla bajo las narices de la policía, con su complicidad y hasta participación directa. Así lo dejó entrever el policía Adrian Romero, quien el día anterior señaló que la «gente de San Ignacio y San Benito solía decir que eran adictos los que ingresaban y siempre se acercaban al móvil a denunciar ese lugar donde venden y consumen». Existe una base de datos del grupo investigativo con los nombres de quienes solían detener allí, y un listado en la comisaría décima. Nos preguntamos ¿Qué hace el Estado con toda esa información?
La muerte de Agustina era evitable, decenas de veces pudimos rescatarla, inclusive ella deseaba hacerlo para estar bien por su bebé. Pero estas bandas operan impunemente reclutando soldados en los barrios, generalmente jovenes, y hasta niños y adolescentes de 12 y 14 años. Son las madres y familiares de éstos quienes actúan con sus propios medios para intentar alejarlos o rescatarlos, ya que las «granjas de rehabilitación» estan privatizadas. Tambien son dirigidas por diferentes iglesias. Tolaba omite todo este cuadro, apunta contra la familia que busca justicia, y seguirá siendo un elemento encubridor perteneciente a una fuerza corrupta, salpicada de la cabeza a los pies con los negocios del narcotrafico, la trata de personas, etc. Por eso la policía no podrá desentrañar ni desmantelar la red que actuó en el crimen de Agustina. Esta red seguirá operando y por lo tanto no podemos descartar que puedan existir más víctimas en un futuro.
Por el lado del CIF constataron que Agustina murió por sofocación. El bioquímico destacó que no pudo hacer más averiguaciones por falta de recursos (!) Aparentemente el cuerpo se descompuso muy rápidamente, a pesar de que no habían pasado más de 12 horas desde la muerte y la hora en que fue hallado el cuerpo. Los familiares nunca vimos el cuerpo de Agustina, sólo por fotos y un video de la autopsia con cortes. Tampoco mostraron las fotos en la audiencia por pedido de la fiscal Poma y el juez Federico Diez.
Los familiares no pudimos costear un perito propio, por lo que todos los informes provienen del CIF, cuestionado ya por su accionar en otros casos, como el de Guri Farfán.
Por último, prestó declaración el licenciado Flores Solíz, del CIF, quien, entre otros detalles, dijo que «la víctima presentaba ruptura violenta de la ropa». Solíz había realizado una inspección ocular donde concluyó que faltaba algo en las pertenencias de la víctima, había desorden, la mochila y la billetera estaban abiertas, lo cual «es indicativo de búsqueda de algo». Presumimos que se trate del canuto por el que fue perseguida Agustina.
Con las declaraciones se sigue demostrando que la línea de investigación que reclamamos no es descabellada. Faltan todavía las declaraciones de otros vecinos. Fueron nombrados mas de 10 personas vinculadas al grupo de Los Poseidos. Sin las averiguaciones de la familia no se tendría imputado ni siquiera a Viñabal.