Pedro Serrudo fue denunciado por los destrozos y la golpiza que gente a su cargo propinó a miembros del Tribunal de Cuentas Municipal. Historia de un convenio anulado por un juzgado que permitía embolsar $420.000 mensuales al sindicalista.
Fue la noticia del día de ayer: personas dirigidas por el eterno líder de la Unión de Empleados Municipales protagonizaron un raid que incluyó al Centro Cívico Municipal y el Tribunal de Cuentas Municipal dejando un reguero de destrozos, personas desmayadas y golpeadas.
Los mayores inconvenientes se suscitaron en el último de los organismos mencionados que funciona en la galería Mitre, ubicada en el centro de la ciudad. Allí fue golpeado en el rostro el funcionario de la repartición, Sócrates Paputsakis, quien a las 13:28 hizo formal denuncia en la comisaría 1º de nuestra ciudad. En la misma, que quedó asentada en la Fiscalía Penal Nº 2, Paputsakis relató entre otras cosas que la persona que lo agredió fue identificada por testigos como Marcelo Gamboa y que sería empleado de la municipalidad. El testimonio, sin embargo, menciona también al sindicalista Pedro Serrudo de quien dice que pasado el momento de la golpiza “se le acercó el Sr. Serrudo el cual lo amenazó diciendo ‘renuncien y váyanse a la mierda’ para luego retirarse del lugar llevándose a todos los manifestantes”.
El motivo que desató la furia del sindicalista está relacionado con un convenio que proveía al gremio del agresor unos $420.000 mensuales. La historia del mismo es bastante curiosa y en lo central excluye del asunto al propio Tribunal de Cuentas.
Resulta que el convenio en cuestión establece un “aporte solidario” del ejecutivo municipal comandado por Miguel Isa al gremio que dirige Serrudo. Las tratativas empezaron en el año 2014 y efectivamente llego a manos del Tribunal de Cuentas municipal. La última intervención que se conoce está en el expediente que data de agosto del año 2014, cuando el organismo pidió revisar el acuerdo en el que señalaba desprolijidades de forma que encubrían irregularidades de fondo.
Sus observaciones no fueron tenidas en cuenta y el convenio se aprobó en noviembre de ese año y unos meses después empezaron los aportes que por un lado provenían de trabajadores de otros gremios a los que se les extraía dinero compulsivamente para transferírselo a Serrudo y otros provenían directamente de las arcas municipales.
Un amparo presentado por el gremio también municipal, ADEMUS, frenó los descuentos a trabajadores pero no los aportes que provenían de la municipalidad. La transferencia, sin embargo, está amenazada de muerte. Resulta que una resolución de la justicia hizo lugar a un amparo de ADEMUs que también suspende el “aporte solidario” de la municipalidad.
Ese fallo es de abril de este año y puso en alerta al propio Serrudo que ya en edad de jubilarse, quiere aportes que le garanticen una ancianidad tranquila.