Macri anunció el plan Mi Primer Empleo. Será a través de subsidios a las empresas. Enviará al Congreso un proyecto de ley que tiene beneficios para empleadores. No tendrá límite de edad para las provincias del norte.

El presidente Mauricio Macri anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley sobre primer empleo, que apunta a mejorar las posibilidades de los jóvenes para insertarse en el mundo laboral.

Más temprano, tras inaugurar el Encuentro Empresarial Iberoamericano, Macri dijo ante los empresarios: «Hace cinco años que no se genera empleo en el país. La tarea fundamental de mi gobierno es generar trabajo».

El proyecto de ley para poner en marcha la doble indemnización en caso de despido aceleró los tiempos y provocó un anuncio anticipado de un plan que se está gestando hace más de un mes desde la cartera laboral. Como respuesta al intenso debate que se generó la semana pasada con respecto a la conveniencia, o no, de penalizar a quienes quieren o se ven obligados a reducir su plantel de personal, el Gobierno anunció una propuesta que va por el lado del incentivo.

Para favorecer el primer empleo, el Gobierno propone exenciones y subsidios para empresas que contraten a jóvenes de hasta 24 años en todo el país, pero extiende este beneficio sin límite de edad para las provincias del norte. Dentro del marco del llamado Plan Belgrano, que busca reactivar las zonas del NOA y NEA, se trata de un incentivo para empleadores de Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y Santiago del Estero, que están más castigadas por el trabajo informal, la pobreza y el desempleo.

Allegados al Ministerio de Trabajo explicaron que, hasta ahora, de cada $ 100 de remuneración en bruto, el empleado obtiene $ 83 de bolsillo después de pagar sus aportes, y el empleador debe pagar $ 128 por contribuciones patronales.

Según Jorge Gebhardt, director del Departamento de Impuestos de Aguirre, Saravia & Gebhardt, los aportes que hoy hacen los empleados son:

Anses: 11%

O.Social: 3 %

PAMI: 3 %

Por otro lado, las contribuciones patronales son:

Anses: 21% o 17%, según la actividad y el volumen de ventas de la empresa. Por lo general la gran empresa está sujeta al 21% salvo las de construcción, que si tienen ventas no muy altas bajan al 17%

Obra social: 6%

«Si el decreto elimina total o parcialmente la contribución patronal, el aporte del Estado debería ser idéntico a lo que se le reduce/exime al empleador de manera de no desfinanciar ni a la Anses ni a las Obras Sociales», dice Gebhardt

Desde el ministerio confirmaron que «el Estado va a subsidiar la diferencia de cargas sociales». Los aportes y contribuciones son necesarios para obtener, entre otros beneficios, la posterior jubilación.

«Es muy importante que el primer empleo sea formal, para que la persona tenga una mejor trayectoria laboral», agregaron desde la cartera laboral. De otra manera, la persona comienza a andar el camino del trabajo no registrado que poco y nada le suma a la necesaria experiencia requerida por los empleadores para crecer en el plano laboral. Cuando hay desocupación, los que mas la sufren son los que nunca estuvieron presentes en el mercado de trabajo. Quienes tienen hasta 28 años son los más castigados por el desempleo, ya que cuando se postulan para un trabajo son rechazados por falta de experiencia. Además, se calcula que hay alrededor de un millón de jóvenes que ni trabajan ni estudian, a quienes se denominan ninis.

El desempleo encubierto

«No tenemos números ciertos de la verdadera tasa de desempleo», dice Víctor Beker, director de Centro de Estudios de la Nueva Economía, en la UB. Como ex director de estadísticas del Indec, cargo que ejerció antes del kirchnerismo, explica que «se sospecha que el Indec subestimó la tasa de desempleo con el mecanismo de medir a los desalentados, aquellos que dejaron de buscar trabajo y que no se incluyen como desocupados». Hay 6 millones de personas inactivas en la Argentina, es decir, que son parte de la Población Económicamente Activa (PEA, 23 millones de personas) pero que no trabajan.

Para el economista, cualquiera sea la cifra de desempleo, probablemente esté hoy por encima de los dos dígitos, lejos del 5,9 por ciento (según datos del Indec del tercer trimestre de 2015 y últimos disponibles). «La tasa de desempleo no debería estar por encima de un 5%. Hasta ahí, tiene cierta lógica por la gente que cambia de trabajo y está temporalmente sin ocupación.Tuvimos desempleo de dos dígitos por primera vez en 1995 por el efecto Tequila».

Vale recordar también que existe un 35% de personas que trabajan, pero que están en la informalidad, sin ninguno de los beneficios que establece la ley y sin derecho a una jubilación al finalizar su etapa laboral. «Cada 5 personas con un empleo formal, hay tres que están en la informalidad», dicen fuentes del ministerio de Trabajo. Hay casi 3 millones de trabajadores que no están registrados y casi 5 millones que sí lo están.

Además, cada año hay 300.000 personas que ingresan al mercado laboral.

Cuando retrocedió el empleo privado, creció el empleo público

El empleo privado dejó de crecer significativamente a partir de 2008 y se estancó en 2012. La principal fuente de creación de empleo formal fue el sector publico, que aumentó su plantel en la década kirchnerista en 1,4 millón de empleados públicos más.

«No hubo demanda de empleo en el sector privado y, año a año, las generaciones que se incorporaron al mercado laboral no encontraron otra alternativa que trabajar en el sector público», dice Beker.

Pero también, a partir de la caída de la actividad económica en el segundo semestre del año pasado, se produjo una baja del empleo en el sector privado, sobre todo en la industria de la construcción, además de una reducción de horas de trabajo, tal como se vio en la industria automotriz, entre otros sectores.

Fuente: La Nación