Mientras los casos de mala praxis se repiten, cada vez son más las salitas que denuncian no tener ni aspirinas, como es el caso del Centro de Salud Nº 23, ubicado en el barrio San Rafael de San Lorenzo.
Los problemas del sistema de salud salteño se acumulan y parecen no tener fin. Porque si no son los inconvenientes por las denuncias de mala praxis , directamente son denuncias por falta de atención, suspensión de cirugías o falta de profesionales y profesionalismo.
Que los distintos centros de salud a lo largo de la ciudad están en condiciones paupérrimas y que si hay atención en ellos es gracias al esfuerzo de algunos profesionales de la salud no es una novedad.
En esta ocasión el Centro de Salud Nº 23 es el que está en el centro de la cuestión, porque como tantos otros centros de salud le faltan insumos, médicos y si es que quieren comunicarse lo deben hacer con señales de humo o mediante el uso de teléfonos privados porque no poseen una línea propia.
Hace un año que se inauguró el centro y ya tienen más inconvenientes que el San Bernardo. Les hace falta también una ambulancia, vacunas y agentes sanitarios.
Los casos que más se atienden en este lugar están relacionados a mordeduras caninas, pero no cuentan con las vacunas antirrábicas. En fin, este centro es el claro ejemplo de cómo la salud en la provincia es un privilegio y no un derecho.