Anunciado por el macrismo como el momento de la recuperación económica, llega el segundo semestre. Consultados por Cuarto Poder, empresarios, ejecutivos y comerciantes salteños advierten que habrá que esperar y apuntan al 2017. (Gonzalo Teruel)
“Lo que estamos haciendo es lo que hay que hacer” dijo, sin titubeos, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y explicó que “el presidente Mauricio Macri no le va a mentir a la gente, ni a tener actitudes demagógicas”. Además, consideró que “desde diciembre venimos aplicando las políticas indicadas” y anticipó que “en el segundo semestre del año bajará drásticamente la inflación”.
El mensaje de Frigerio es el de todo el gobierno. Él y los otros ministros como el de Hacienda, Alfonso Prat Gay, y el mismísimo presidente Macri aseguran, aún desde antes de asumir, que en efecto en el segundo semestre la economía iniciará un proceso de estabilización y recuperación luego de los ingratos y brutales ajustes socioeconómicos realizados en la primera primara parte del año. Apuestan a la desaceleración de la inflación y a la llegada de inversiones, tras el acuerdo con los holdouts, para reactivar la economía.
En la provincia el jefe de Gabinete, Carlos Parodi, cree algo parecido y estimó que “lo más delicado ya lo pasamos” pero José Urtubey, dirigente de la Unión Industrial Argentina y hermano del gobernador Juan Manuel Urtubey, advirtió que “no soy de los que creen que vaya a haber un mejoramiento inmediato en el segundo semestre del año”.
Más prudente, reconoció que “recién veo un crecimiento en 2017”. Ese prudente optimismo es, justamente, la característica principal de las respuestas obtenidas por Cuarto Poder entre economistas, empresarios, ejecutivos y comerciantes salteños.
Todas las voces
“Deberían empezar a verse datos alentadores a partir de septiembre” indicó el economista de la Fundación Mediterránea, Lucas Dapena, y explicó que “ello debido a que ha bajado el ritmo de emisión monetaria (la famosa maquinita de hacer dinero sin respaldo que genera inflación) y se trabaja en reducir el déficit mediante la baja del gasto público en actividades improductivas”. Además, según dijo, comienzan a llegar inversiones porque “es el momento de entrar en Argentina y varias empresas e inversores lo están viendo”. “El hecho de haber salido del default facilita la toma de créditos en un momento que sobra dinero en el mundo. Si es cierto que esos créditos serán destinados a obras de infraestructura, ello debería repercutir favorablemente en la actividad económica”, vaticinó.
Un próspero comerciante que pidió reserva de su identidad reconoció que “no sé si va a haber una mejora en la economía, pero por lo menos no va a empeorar” y confió que “van a haber pequeñas señales políticas que van a influenciar positivamente en la economía”. Algo parecido planteó Santiago Carraro, gerente de Pusetto Salta S.A., una de las principales concesionarias de la provincia, y estimó que “la recuperación se comenzará a evidenciar a fin del segundo semestre, a fin de año”.
Miguel Auil, un salteño que ocupa una gerencia en el gigantesco banco de capitales chinos ICBC en Tucumán, sostuvo que el gobierno nacional “para escapar de la presión que existía y todavía existe dijo lo del primer semestre pero creo que la recuperación se va a demorar un poco más”. “Si todo sale bien y se dan una serie de variables, recién a partir del año que viene se va a notar un cambio” explicó y reclamó “políticas sociales que se deberían haber tomado y no se tomaron para evitar los efectos negativos de los ajustes que se hicieron”.
Otras yerbas
Interrogados por la inflación, todos coincidieron en que bajará o por lo menos se desacelerará en los próximos meses. “Va a bajar y eso ya se está evidenciando en la inflación núcleo, es decir en la inflación que no tiene en cuenta la suba de tarifas” indicó el economista mientras que el comerciante aseguró que “baja por la desaceleración que sufre la economía no por un acierto del gobierno”. Ambos reconocieron la caída del consumo y advirtieron que los empresarios no tienen margen para subir injustificadamente los precios porque “o venden o suben los precios, pero no pueden hacer ambas cosas”.
Además de una inflación decreciente “que cerrará el año entre 32% y 35%” esperan un tipo de cambio estable. “Se está hablando de un dólar a 16 pesos para fin de año” contó Carraro y esa estimación fue compartida por Auil “no creo que el tipo de cambio supere hasta fin de año los 16 o 16,50 pesos”. “El cambio se va a mantener entre 15 y 16 pesos hasta fin de año porque menos no le sirve al gobierno” advirtieron y aclararon que “si sube, será por decisión de política monetaria porque no van a faltar dólares en la Argentina al menos durante todo este año”. En efecto, una controlada y gradual suba del dólar es pedida por algunos exportadores que dicen haber perdido rentabilidad por el aumento de los costos en la primera parte del año.
Las exportaciones que ya están subiendo a buen ritmo, la obra pública anunciada (con los Planes Belgrano y Bicentenario, en el país y la provincia, a la cabeza) y en menor medida el consumo doméstico fundamentan la esperanza de los consultados. “La nuestra es una provincia agrícola y ya hay signos de mejoría en el campo así que esperamos una recuperación de las ventas” dijo el comerciante y el economista añadió que “el pago de juicios a jubilados y otras medidas sociales deberían mover, en efecto, el consumo”. El ejecutivo del negocio automotriz coincidió pero advirtió que “las expectativas en nuestro sector son buenas pero están muy ligadas a la recuperación de Brasil” y el bancario señaló que “enero fue bueno y mejor que en años anteriores pero febrero, marzo, abril y mayo fueron malos porque la gente evita (todo lo que puede) endeudarse y las empresas no quieren tomar crédito a menos que sea con tasa subsidiada”. Según especuló “hay mucha gente que no quiere hacer nada con la plata porque, justamente, está esperando el segundo semestre”.
Todos pidieron “que se corrijan las políticas sociales y se tomen decisiones más rápidas que beneficien a las empresas pequeñas, las que dan trabajo y productividad, las que generan oferta y demanda, que no están siendo beneficiadas como las grandes”. En idéntico sentido se expresó el titular de la Cámara Pymes de Salta, Nahuel Hyon, que subrayó la preocupación que viven las pequeñas compañías por la inflación y la recesión.
“La realidad es muy compleja, se nos han aumentado enormemente los costos y paralelamente las ventas han caído por la pérdida adquisitiva de la gente” indicó y aseguró que las Pymes redujeron sus ventas “en un 40%”. En una reciente entrevista televisiva, José Urtubey confirmó “caídas mínimas del 1,5% en la actividad industrial para este año” y sintetizó que “salimos del default sin mayores traumas para reinsertar al país en el mercado mundial pero sufrimos el flagelo de la inflación que sacude a los más vulnerables”.
Además, criticó al gobierno por “los ‘tarifazos’ que han sido desmedidos y hasta con cierta insensibilidad social” y repitió que “en el 2017 pueden acomodarse las cosas, si es que se articulan las medidas adecuadas”. En eso coinciden los comerciantes e industriales salteños: había (y todavía hay) muchas cosas por corregir y un semestre es poco tiempo para hacerlo. Se va a mejorar pero en un año, a partir del 2017, si se toman medidas económicas pero también políticas y sociales que impulsen las exportaciones y sostengan el mercado interno.