Rocío Alancay fue violada y semienterrada cuando tenía 9 años por uno de los torturados por los policías de Güemes. En pleno proceso del juicio, la historia de la hoy adolescente, salió a la luz. Anoche hubo una marcha pidiendo justicia.

Ayer, alrededor de 6000 personas se movilizaron en Güemes pidiendo justicia por la joven Rocío Alancay. Y aunque lo que le sucedió ocurrió hace 7 años atrás, su vida y la de su familia se ha vuelto un calvario a partir del terrible suceso, que aquí compartimos contado por la propia Rocío, un texto que empezó a virilizarse por las redes sociales cuando el juicio a los policías torturadores de Güemes y hoy condenados, apenas había empezado. Uno de los jóvenes torturados que aparecen en el famoso video es su violador:

“Hace un par de años atrás, era solo una niña de 9 años con un montón de sueños por delante. Hasta ese momento lo único que me importaba era jugar con muñecas y el único dolor más fuerte que sentía era el de la raspadura en mi rodilla cuando tropezaba al jugar, hasta que un día mi vida cambio totalmente, convirtiéndose en un infierno, un infierno del que no podré salir jamás.

Una tarde salí a comprar al almacén donde solía ir. Un chico de aproximadamente 16 años se acercó a mí, tomándome a la fuerza, tapándome la cara con un trapo y llevándome a una casa donde me esperaban cinco monstruos más. Me violaron reiteradas veces con palos y botellas hasta dejarme inconsciente. Luego llevaron mi cuerpo hasta una acequia al final del barrio llamado Naranjito, enterrándome viva. Tuve suerte y me encontraron una pareja que pasaba por ese lugar.

Estaba llena de sangre y barro. Llamaron a la policía y luego vino la ambulancia; al llegar al hospital me atendieron y ordenaron inmediatamente mi traslado a Salta Capital sin dar declaración de lo ocurrido. Al llegar al hospital Materno Infantil fui sometida al quirófano donde me reconstruyeron todo mi sistema reproductor y urinario que lo había perdido. Ingresé en coma inducido un mes y fui intervenida cuatro veces más.

Al denunciarlos uno de estos monstruos, los llamo así porque no se merecen que lo llame de otra manera, declaró todo lo que me hicieron y a los días salió en libertad por ser menor de edad, él es MARIO RODRIGUEZ quien hoy es el “pobre torturado” en el caso del video de los policías de Güemes. Recibe una pensión, casa y abogados gratis para que lo defiendan. ¡Sí! el monstruo que arruinó mi vida, dejándome daños severos en mi cuerpo y psicológicamente.

Hoy tengo 16 años y estoy sometida en tratamiento psiquiátrico, no tengo retención de esfínteres y estoy a la espera de una operación porque necesito una malla para mi aparato urinario. Quiero aclarar que los derechos humanos jamás me brindaron ningún tipo de apoyo ni económico ni psicológico, no recibí ningún tipo de ayuda, hoy vivo alquilando de un lugar a otro y después de varios años tengo la esperanza de que mi caso se haga justicia, no permitamos la corrupción ni fomentemos la violencia, no permitamos que se destruyan la vida de nadie más.

Derechos humanos no amparen a gente perversa, no fomenten inseguridad apoyen a las víctimas y no a los delincuentes. Hace 7 años que pido justicia y hasta el día de hoy no hay ningún detenido».