El militar retirado y presidente de la Cooperadora Asistencial, Eduardo Cattaneo, puso tensión a la transición municipal al advertir que si lo dispone puede impedir que Gustavo Sáenz asuma. Cattaneo administra más de 150 millones de pesos. (D.A.)

Cattaneo, como buen militar, usó un tono bélico para advertir que si Gustavo Sáenz quiere perjudicarlo a él o a su gente, toca un pito y 2.000 personas copan el Centro Cívico Municipal para evitar que el intendente electo asuma como lo dispuso el mandato popular en mayo pasado. Y aunque luego pretendió disculparse de lo que varios calificaron como un exabrupto propio de bocón, ahí nomás volvió a arremeter declarando que si por sus amenazas quedara sin puesto, se llevaría algunos consigo porque conoce varios secretos comprometedores que guarda en un cajón.

Cattaneo es presidente de la Cooperadora Asistencial de la ciudad de Salta y por ello maneja enormes cantidades de dinero que empleándose para la asistencia Social, suele servir para conformar redes de clientelismo político de la que siempre son presas los pobres que por serlo, pueden disponerse a vender voluntades a bajos precios a funcionarios como el propio Cattaneo que divorciado de la conducción política sí parece mantener viejas conductas castrenses: apretar y sabotear a los representantes legítimamente elegidos por la voluntad popular.

Creadas en 1966 para atender necesidades sociales prioritarias, el decreto-ley 9 del año 1975 dispuso que el dinero que permitiría a las Cooperadoras cumplir su misión provendría de un impuesto (2% del salario bruto) que pagan los empleadores provinciales por cada trabajador en relación de dependencia con los que cuenten, quedando eximidos de la obligación los organismos estatales, las escuelas privadas y los empleadores con un solo obrero registrado. En julio de 2008 se dispuso que quienes contrataran nuevo personal se beneficiarían con la eximición del pago correspondiente a los trabajadores incorporados.

Para calcular el dinero que esa partida genera hay que pedir auxilio a los presupuestos provinciales. Los aprobados hasta ahora muestran que el porcentaje correspondiente a “Cooperadora Asistencial” representa un promedio del 5,5% del rubro Tributos Provinciales que incluye al impuesto a las Actividades Económicas y el impuesto al Sello. Si traducimos ese porcentaje a pesos utilizando el presupuesto 2015, descubrimos que se trata de 220 millones, cifra que siempre se incrementa por variables inflacionarias. De ese total el mayor porcentaje queda en la Cooperadora capitalina: más precisamente 156 millones de pesos.

La cifra surge de una planilla a la que este medio accedió a principios de septiembre cuando, justamente, se debatía el frustrado proyecto de ley que reformaba la elección de las autoridades de las cooperadoras. Esa planilla registraba la transferencia mensual que la Dirección General de Rentas remite a la Tesorería General de la Provincia que, a su vez, transfiere a las Cooperadoras municipales las partidas correspondientes. Firmada por la Jefe del Sub programa Administración Contable, María Olga Cuellar, el documento mostraba una transferencia de más de 22 millones en el mes de Julio que multiplicado por 12 meses permite hablar de una recaudación anual de 264 millones.

Para ese mes de julio, el documento revelaba que la DGR había transferido cerca de 13 millones a la Cooperadora capitalina que multiplicada por los doce meses resultan los 156 millones ya mencionados. De ese total, Cattaneo reconoció en la semana que sólo vio 60 millones. Hablaba, seguramente, de lo que se efectivizó y no de lo que manejara. Monto, no obstante, que resulta insuficiente para resolver las necesidades básicas de la población vulnerable pero impresionante para los sospechados de hacer un uso clientelar del mismo al punto de pavonearse de que puede formar un batallón que atente contra la voluntad popular.