El frente del gobernador radical superó por más de 20 puntos a las cuatro listas en las que se fracturó el peronismo. Manes y Lousteau viajaron para festejar.

Amparado en el amplio triunfo electoral que obtuvo en las elecciones legislativas provinciales, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, se subió al tren de dirigentes radicales con aspiraciones de disputar la candidatura presidencial de Juntos por el Cambio en los comicios de 2023.

Escrutadas el 76.8% del total de las mesas, la suma de los frentes electorales oficialistas Cambia Jujuy (que responde a Morales) y Primero Jujuy (referenciado en el vicegobernador peronista Carlos Haquim), arañaban la mitad de los votos válidos (48.8%), garantizándole al mandatario provincial continuar con el control de la Legislatura provincial hasta el final de su mandato.

El dato más relevante es que, en soledad, el frente que lidera Morales obtuvo casi el 42% de los votos y aspiraba a quedarse con 15 de las 24 bancas en juego.
Muy lejos quedó la lista del PJ-Frente de Todos, que con el 13% de los votos se ubicó como segunda fuerza provincial. El Frente de Izquierda, que contó con la presencia en la provincia del exdiputado nacional Nicolás del Caño, quedó como la tercera fuerza a nivel provincial, con poco más del 7,6% de los votos.
Vale aclarar que el peronismo se presentó dividido en cuatro opciones. Si al PJ-Frente de Todos se le suman los votos obtenidos por los frentes Todos por Jujuy (6,4%), Unidad para la Victoria (5.3%) y Jujuy Puede (2,7%), las listas referenciadas con la Casa Rosada y el kirchnerismo no alcanzaban el 30% del total de los votos emitidos.
También la fracción del PJ que responde al vicegobernador Haquim tuvo una mala performance, apenas por encima del 7% de los votos. Esta fuerte dispersión del voto peronista no hizo más que fortalecer el triunfo de Morales.
Sin posibilidades de reelección, ya que se encuentra en su segundo mandato consecutivo, a Morales no le queda otra alternativa que escapar hacia adelante y anotarse en la carrera presidencial para 2023 como piloto de la escudería radical, ya sea que el centenario partido compita en solitario en esos comicios o continúe como socio de Juntos por el Cambio.
También el radicalismo espera recolectar los beneficios de un triunfo de Morales en su disputa interna con el macrismo por el liderazgo de la coalición opositora de cara a las elecciones presidenciales de 2023.