Fue la última audiencia del juicio oral y público. Jean Michel Bouvier reconoció al abogado de Daniel Vilte. Sólo resta la sentencia. El veredicto será el lunes. Maximiliano Rodríguez

Terminó la décima semana de proceso. En los hechos la audiencia también es la última antes de la sentencia, prevista para la semana entrante. Esta trigésimo tercera jornada es un día no día. La audiencia de debate sólo prevé las eventuales réplicas de las defensas y de la fiscalía. Por normativa procesal la querella no podría replicar ninguno de los tramos de los alegatos de las otras partes. La jornada de alegatos fue casi dos días antes, pero fue tan extensa en su desarrollo que recién en esta mañana se terminó de confeccionar el acta de esa audiencia. Por esta razón el comienzo de la jornada se demoró bastante respecto al horario de convocatoria.

Antes del arranque un hecho singular marcó la mañana. Fue el acercamiento entre Jean Michel Bouvier y el abogado Marcelo Arancibia. El único familiar de las víctimas en la sala tuvo un gesto de nobleza y eso fue reconocido por el penalista salteño.

Minutos antes del comienzo de la audiencia el padre de Cassandre Bouvier se acercó al defensor de Daniel Vilte y luego de estrechar su mano lo felicitó por la intervención en el primer día de alegatos. Para Arancibia este fue el mayor reconocimiento posible.

El padre de una de las víctimas había comenzado el proceso mirando duramente al abogado defensor, para terminar coincidiendo con sus palabras en el final del juicio. El letrado tuvo una exposición que superó las tres horas de duración. En su alegato proclamó la inocencia de su defendido, pero también denunció las tremendas irregularidades de toda la instrucción de Martín Pérez, además de las torturas policiales y el plantado de pruebas fraudulentas por parte de los mismos hombres que luego fueron ascendidos y reconocidos por el poder político provincial. Durante la intervención de Arancibia, Jean Michel Bouvier en varias oportunidades asintió con la cabeza lo que escuchaba a través de sus auriculares. En realidad todos en la sala comprendían que las palabras del abogado defensor fueron la versión más cercana a la realidad de un proceso judicial que en su etapa de instrucción estuvo altamente viciado por la mano de la política y su intromisión más escandalosa.

El acto de Bouvier -pararse y saludar a Marcelo Arancibia- fue un reconocimiento en sí mismo a la perseverancia del letrado y a la corrección de su discurso. Si hasta el propio gobernador Juan Manuel Urtubey llegó a criticar al defensor de Daniel Vilte, diciendo en una conferencia de prensa que el abogado siempre acusaba a la policía como única estrategia. En el medio estaba su amigo personal como querellante, el abogado Horacio Aguilar. Entonces el reconocimiento de Bouvier a Arancibia fue una bofetada a tanta soberbia oficial, acumulada a lo largo de tres años. Fue también un golpe a los que aún creen que la tortura y la ilegalidad pueden llegar a ser métodos válidos en la investigación policial, sin admitir lo que realmente son: una violación a los Derechos Humanos más fundamentales y un arrebato a la Justicia por vulnerar la Ley que, en definitiva, es el límite de los ciudadanos en la sociedad.

A las 10.50 se escuchó la orden para todos en la sala. ¡De pie! La audiencia comenzó, aunque rápidamente debió entrar en cuarto intermedio ante un pedido de la querella. Los abogados de las familias de las víctimas pidieron tener derecho a réplica. Los jueces debieron deliberar por una larga hora, antes de brindar su determinación y sentar un precedente importante en la justicia salteña.

Pedidos

Dos pedidos de las partes fueron evaluados por el tribunal antes de dar lugar a las réplicas de los alegatos. Una de ellas fue el requerimiento de la querella para participar de las réplicas, aunque el Código Procesal Penal con el cual se desarrolló el juicio no lo permitía así. Esta solicitud demandó más de una hora de debate entre los propios jueces y sentó un precedente en la historia judicial de la provincia, mientras que la otra solicitud fue resuelta por los magistrados en el momento y dentro de la misma sala de grandes juicios. El pedido fue el requerimiento de la defensa de Gustavo Lasi para escuchar la grabación de la jornada anterior. La defensa del principal imputado alegó que el fiscal no había realizado una correcta acusación contra su defendido y que esto no fue asentado correctamente en el acta de esa jornada. Este fue el pedido rechazado en el momento, aunque previamente los jueces pidieron a cada una de las partes actuantes su opinión, tal como hicieron los magistrados durante todo el juicio. Tanto la fiscalía como la querella se opusieron a esta solicitud. La defensora oficial adhirió al pedido y las otras dos defensas dejaron la decisión en manos del tribunal.

Una vez recibidas las opiniones los jueces deliberaron en voz baja en el mismo estrado por un instante. Luego el presidente del tribunal informó la decisión. Angel Longarte se acercó unos centímetros al micrófono y comunicó que la solicitud fue rechazada. El otro pedido demandó una hora de diálogo entre los jueces. La solicitud fue realizada por el abogado querellante Nicolás Durrieu, quien pidió que se abra la posibilidad de réplica a la querella, apelando a la apertura de criterio que mostró durante todo el proceso el tribunal de la Sala II y lo hizo basándose en varios conceptos jurídicos, tales como la igualdad de armas y el primordial derecho a defensa.

El abogado porteño reconoció que el viejo Código Procesal Penal, con el cual se desarrolla el juicio, no permite réplicas a la querella, mientras que el Código reformado y actualmente en aplicación sí permite una participación más activa de las víctimas. Nuevamente los jueces pidieron la opinión a cada parte. Sólo la Defensora Oficial, Clara Castañares, se opuso a esta apertura innovadora, el resto de las partes consideró oportuno permitir las réplicas a los querellantes, como si se aplicara el nuevo Código Procesal. El debate entró en cuarto intermedio. El vocal Bernardo Ruiz adelantó que la deliberación sería de 15 minutos, “por lo menos”. El dialogo entre los tres jueces superó la hora de duración. Al regresar comunicaron su decisión y sentaron un precedente muy alentador para la justicia salteña. La decisión fue aceptar a los querellantes en las réplicas. Una decisión que a todas luces aportó algo más a un juicio oral y público: mostrar un alto grado de criterio democrático y una visible honestidad intelectual por parte del tribunal. Los magistrados fundamentaron largamente su decisión por unanimidad y se basaron entre otros antecedentes en la Convención Internacional de Derechos Humanos y el Pacto de San José de Costa Rica. La aceptación de la querella como parte de las réplicas pareció una medida justa y así se realizó.

Réplica I

El primero en tener la posibilidad de replicar ante el tribunal fue el fiscal Félix Elías, quien se centró en la exposición de los abogados Matías Adet y Horacio Reyes, representantes de Gustavo Orlando Lasi. Para el fiscal, Lasi nunca colaboró con la investigación, tal como los defensores expusieron. A su entender Lasi acomodó siempre su relato en cada una de las declaraciones indagatorias a las que se prestó, y lo hizo únicamente ante la presentación de pruebas contundentes en su contra. Para él Lasi siempre intentó no ser condenado por homicidio y sólo ser juzgado por las violaciones, de las cuales reconoce una sola.

El agente fiscal ratificó toda la acusación en contra de Gustavo Lasi y reiteró su pedido de prisión perpetua pese a que los defensores adelantaron que iban a solicitar la inconstitucionalidad de esa pena máxima, por considerar que atenta contra los Derechos Humanos.

El fiscal además agregó otro pedido en este tramo de su participación. Elías solicitó que se giren actuaciones a la fiscalía penal de turno por presunto falso testimonio del sobrino de Santos Vera, el jardinero David Tolaba, como así también de policías condecorados pertenecientes a la Brigada de Investigaciones. Puntualmente pidió que se investiguen los testimonios de José Puca, Favio Wayar y el milagroso oficial Walter Mamaní. Este último premiado comandaría en la actualidad buena parte de las acciones de la Brigada de Investigaciones de la Capital. El fiscal puso en el ojo de la tormenta a la columna vertebral del grupo investigador, y por elevación también impactó en la rectitud del proceso gestado en 2011 por Aldo Saravia y Martín Pérez. Un gesto de valentía del agente fiscal. Una acción necesaria para toda la sociedad.

Réplica II

El abogado Nicolás Ortiz se refirió al pedido de inconstitucionalidad planteado por los defensores de Gustavo Lasi dijo que así como los abogados del principal imputado debían representar a su defendido, también los querellantes tenían la obligación de representar a las víctimas.

Más allá de las cuestiones técnicas propias de su profesión, una frase de su participación encerró el sentimiento generalizado de los salteños desde 2011. “Así como Gustavo Lasi pidió clemencia a través de sus abogados, Cassandre y Houria pidieron clemencia en el mirador de San Lorenzo. Y no la tuvieron”, afirmó. Sus palabras fueron duras y quizás los defensores Morales y Adet tuvieron justificada la queja, al recordar que se busca Justicia y no venganza. Sin embargo, el atroz crimen de las dos turistas merece una pena máxima, para quienes cometieron los robos, las violaciones y los homicidios. Así lo reclama una sociedad mansa como la salteña y en especial la comunidad de San Lorenzo.

Réplica III

El abogado Roberto Reyes, uno de los codefensores de Santos Clemente Vera hizo apenas una pequeña participación que, sin embargo, guardó una enorme realidad para muchos de los que siguen el caso. El abogado sólo acotó a todo lo dicho que Gustavo Lasi es un mentiroso y no puede tenerse su confesión como una prueba válida. El defensor claramente destacó que la única parte de la declaración de Lasi que se mantuvo en el tiempo fue la acusación en contra de Santos Clemente Vera y Daniel Vilte. “El resto de sus declaraciones fueron mutando, a medida que se le iban exponiendo las pruebas en su contra”, razonó.

Para el letrado “la mendacidad del acusado descarta completamente sus declaraciones como prueba alguna”. En el mismo sentido destacó que el perfil psicológico del principal acusado también afirma que apela a la mentira como método defensivo. Sólo le restó decir al abogado que únicamente un juez apurado por la política pudo creer tanto en esa confesión con olor a defensa.

Réplica IV

En la jornada también hizo uso de la palabra la defensa de Gustavo Lasi con la participación de sus dos abogados defensores. Uno de ellos, el Dr. Matias Adet, fue incluso elogiado por sus pares, quienes creen que realizó una excelente defensa, teniendo en cuenta las apabullantes pruebas en contra del empleado de Medio Ambiente.

Adet afirmó que una acusación deficiente no es acusación en los términos que exige la Constitución. El abogado es claro en sus conceptos y demostró ser muy correcto en su accionar, pese a que en otras etapas del juicio su juventud le pudo haber jugado en contra. Junto con el querellante Ortiz son los letrados de menor edad entre todos los que participan.

Mucho más técnico siempre, el otro abogado de Gustavo Lasi reiteró algunos de sus conceptos de la jornada anterior, como el pedido de una pena mínima en caso de ser condenado su defendido. Horacio Morales insistió en que no hubo acusación fiscal formal y pidió que se rectifique el acta de la jornada anterior, el día de los alegatos. El Ministerio Público debe hacer una acusación concreta en el debate oral, y a entender del abogado ésta no fue realizada. Morales agregó también que los querellantes Nicolás Durrieu y Nicolás Ortiz no hicieron pedidos concretos de pena por homicidio contra Gustavo Lasi, y planteó la inconstitucionalidad de la prisión perpetua porque sería una virtual condena a muerte para su defendido. El abogado dijo que fue el clamor popular el que impuso este tipo de penas a este tipo de delitos y explicó que su pedido de clemencia no fue una expresión de misericordia, sino el pedido de una pena justa. Pese a esto, la suerte de Gustavo Lasi está echada desde hace tiempo, más concretamente desde ese viernes 15 de julio de 2011.

Nada que agregar

Sin réplica quedaron los abogados José Vargas y Marcelo Arancibia, defensores de Santos Clemente Vera y Daniel Vilte, respectivamente. Tampoco hizo uso de la palara la defensora oficial, Clara Castañares, quien representa a los dos acusados por encubrimiento agravado. Ninguno de los tres profesionales tuvo nada que replicar y se quedaron con lo expuesto por ellos mismos durante los alegatos. En cambio sí hicieron uso de la palabra Nicolás Durrieu y Federico Rodríguez Spuch, en representación de las dos visiones de la parte querellante. Sus exposiciones giraron en torno a ratificar que se acusó formalmente de homicidio agravado a Gustavo Lasi, pero fueron exposiciones netamente técnicas para rebatir la defensa del principal imputado.

Lasi suma tres acusaciones por robo, violación y homicidio agravados. Para él piden prisión perpetua. Santos Clemente Vera suma dos acusaciones por los mismos delitos y con la misma pena prevista. Sobre Daniel Vilte en cambio hay una sola acusación por robo, violación y homicidio agravados. Es la acusación de una parte de la querella. Lo beneficia incluso que la otra parte querellante no lo acusó, mientras que el fiscal pidió su absolución. El destino de Gustavo Lasi parece signado e inevitable. El futuro de Daniel Vilte también parece definido, aunque sería muy distinto. Sólo resta saber qué pasará con Santos Clemente Vera cuando se dé a conocer el veredicto. Así fue como el debate final quedó terminado. Lo anunció el presidente del tribunal, Angel Longarte, pasadas las 14 del viernes 30 de mayo de 2014. El lunes se dará la palabra a los imputados antes de dictarse la resolución. En total serán 34 días de juicio oral y público. El crimen más impactante de los últimos años tendrá sentencia. Las miradas del mundo se detendrán entonces en esta parte del Valle de Lerma.