Desde el ala más cercana a los libertarios no es secreto que cayó mal la decisión del gobierno nacional para capitalizar acreencias del Banco Nación en la cerealera Vicentín. Tampoco algo más al centro, donde se ubica el senador nacional por Salta, Juan Carlos Romero. El inefable JCR aseguró este martes que “el gobierno Nacional no tiene facultades para intervenir una empresa”, por lo que consideró “un error” este desembarco.
Para el parlamentario, “los argentinos a veces creemos que si es del estado es mejor, pero a la larga lo pagamos todos”, advirtió el dirigente que, sin mácula en su derrotero, ha hecho culto del emprendedurismo y lo privado que prescinde totalmente del Estado. Unas horas antes, en su cuenta en Twitter Romero había resumido que lo de Vicentín es “quedarse con lo ajeno”, lo que sin embargo desde su visión “no es ninguna novedad de un Gobierno K”, puesto que “ya lo hicieron”.
En un clásico de esta escuela de argumentación consideró que “con excusas venezolanas controlaran granos, dólares y exportación”, tres rubros que al menos por estos lugares no se le conocen bajo los designios de la nación que contiene al Orinoco. De todas maneras, el ex Gobernador salteño consideró que “hay que trabajar y repensar el futuro”, en torno a “un plan de reconstrucción”.
En este prospecto, situó a esas “obras vitales como el ferrocarril hasta la frontera”, a las que rogó para que no “queden olvidadas”, sobre lo cual detalló que –precisamente- estaba concentrando su esfuerzo “para evitar esa paralización”. Y en contra de lo asegurado este lunes por el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, JCR entrevió “un gran riesgo de que el gobierno nacional se entusiasme con esta idea de apropiarse de empresas, eso nos llevaría al colapso porque el gobierno no tiene la capacidad de sostenerlo todo”. Lo dicho sobre un estado de dimensiones más bien escofinadas, al estilo de su gestión en el lapso 1995/2007, luego de los devastadores efectos combinados de macrismo & pandemia.