Bernacki tiene razón: las inversiones de la Iglesia Católica no son sólo inmobiliarias. Una recorrida por las propiedades que la Provincia le donó en los últimos 40 años a la arquidiócesis, por las que no paga impuestos, reveló que lo que falta son “comedores comunitarios, instalaciones de deporte y tareas de contención”. (Nicolás Bignante)

Cuarto Poder adoptó el manual de estilo del Arzobispado de Salta y recogió las recomendaciones sobre buenas prácticas periodísticas aportadas por monseñor Dante Bernacki. “Buscar información fidedigna es tarea de un buen periodista, y de un político que trabaja con seriedad. Una verdad sesgada, termina falseando la realidad. La Iglesia no es una empresa inmobiliaria”, aseguró el vicario en un comunicado difundido la semana pasada, tras conocerse el listado de propiedades de la Iglesia Católica tiene en la provincia.

La nómina de terrenos publicada en la edición anterior corresponde al expediente N° 29-827292-18, suministrado por la Dirección General de Inmuebles, luego del pedido de informe elevado por el bloque del Partido Obrero (PO) en la Cámara Baja provincial. Allí se detallan las propiedades de la Iglesia Católica de Salta que están exentas del pago de impuestos, tal como lo establece el Código Fiscal de la Provincia.

El pedido para que la iglesia pague los impuestos correspondientes por estos terrenos fue respondido por Bernacki, quien aseguró que en muchas de estas parcelas se realizan tareas sociales —comedores comunitarios, centros deportivos, tareas de contención, etc.— y que no tienen un objetivo de “capitalización”.

El pedido para que la iglesia pague los impuestos correspondientes por estos terrenos fue respondido por Bernacki, quien aseguró que en muchas de estas parcelas se realizan tareas sociales.

El proyecto presentado en la Cámara de Diputados por el PO propone, concretamente, eliminar el inciso 6 del artículo 275 del código fiscal. El mismo establece que estarán exentos del pago de impuestos: “La iglesia católica, Apostólica y Romana y las corporaciones que se encuentren dentro de la misma, siempre que cumplan con sus fines específicos». Por su parte, el inciso 2 del artículo 136 —otro de los apartados que se intenta dejar sin efecto— establece los mismos beneficios para “Las parcelas de propiedad de la Iglesia Católica Apostólica Romana, las corporaciones religiosas que se encuentren dentro de la misma y las demás inscriptas en el Registro Nacional de Cultos, solamente con respecto a las parcelas destinadas al cumplimiento de sus fines específicos”.

En ambos casos, el texto de la ley habla del cumplimiento de “fines específicos”, en los que podrían encuadrarse acciones sociales o comunitarias como las mencionadas por Bernacki. Sin embargo, el expediente de la DGI refleja que, de las 212 propiedades de la iglesia en la provincia, la mitad —unas 105 parcelas— son terrenos baldíos, de los cuales 45 están en Salta capital. Un somero recorrido a través de Google Street View, permite ratificar que en dichos catastros no hay más que terrenos ociosos y de espesa vegetación, por lo que descartamos que cualquier actividad comunitaria pueda llevarse a cabo en ellos.

Con esta premisa —y con la recomendación de Bernacki a cuesta—, Cuarto Poder seleccionó al azar 4 inmuebles edificados de los que figuran en el expediente N° 29-827292-18 como propiedades del Arzobispado y se dirigió hacia ellos para constatar el trabajo solidario de la institución.

Parada 1: La casa del terror

La hoja de ruta nos lleva, en primer lugar hacia Alsina 761. El inmueble edificado aparece en los registros como propiedad del Arzobispado de Salta en el catastro N° 10759. Se trata de una zona de gran movimiento por su cercanía al Corredor Balcarce. En la cuadra no se ve ningún indicio de actividad religiosa, mucho menos de carácter social. Un caserón antiguo sobresale por su aspecto lúgubre y abandonado. Ventanales enormes, una puerta de unos tres metros y un farol de estilo colonial con fines, a esta altura, más ornamentales que utilitarios. La chapa de metal oxidado adherida a las paredes indica que estamos en el lugar correcto: Alsina 761. Tocar la puerta pareciera una idea inútil. Una enorme barra de metal atada con cadenas oxidadas contiene las puertas cerradas y sostiene restos de cáscara de mandarina que algún parroquiano dejó en el lugar.

La idea de que un centro de rehabilitación para adictos o un merendero para niños pueda funcionar en el lugar resulta escalofriante. En la parcela contigua, una empresa de construcción trabaja en el levantamiento de un edificio. Consultamos a uno de los operarios:

– ¿Sabés si vive alguien acá?

– No, nadie

– ¿Funciona un comedor comunitario, un centro cultural o algo?

– No, no hay nada…

– ¿Hace mucho que está deshabitada?

– Años. Lo único que sé es que pertenece al Arzobispado.

Hasta aquí lo único que se puede inferir es que se trata de uno más de los inmuebles deshabitados y ociosos que posee la iglesia, así que no nos demoramos más y continuamos el recorrido.

Parada 2: Inmobiliaria “San-guchito”

La recorrida seguía en España 716, en pleno centro de la ciudad. Los registros indicaban que era un inmueble perteneciente a la Arquidiócesis de Salta, con número de catastro 11277. La cosa se puso abstracta cuando, en la dirección señalada, encontramos una coqueta sandwichería/cafetería funcionando en horario comercial. En un principio, consideramos la idea de que un error en la numeración de las calles hubiera precipitado tal confusión, hasta que vimos el nombre del comercio inscripto en la imponente cartelería: “Sandwichería La 716”. De cualquier manera, el asombro nos lleva a preguntar:

– ¿Esto es España 716?

– “Si”, Respondió la joven a cargo.

En el lugar no se ve nada relacionado con el trabajo social. La disposición de las instalaciones nos impide sospechar que allí se den talleres de contención o actividades deportivas. En cambio, el local ofrece una amplia variedad de sandwiches: los hay de miga, pebetes, de pan francés, imperiales, de jamón y queso, de salvado y roquefort, entre otros.

Aunque la calle España exhibe el movimiento habitual de un día de semana a las 7:30 pm, en el interior del local no hay un sólo cliente. Las jóvenes a cargo aprovechan para acomodar la mercadería. Sobre la exhibidora que da a la vidriera reposan dos réplicas en miniatura del señor y la virgen del Milagro, hasta aquí la única conexión que encontramos con la actividad religiosa. Con el desconcierto y todo, decidimos continuar el recorrido.

Parada 3: Ecumenismo impositivo

Al salir de la sandwichería resonaba en nuestra mente el consejo de Bernacki: “Si tienen la bondad de recorrer las comunidades de todas las barriadas, verán que además del lugar de culto para los fieles, en muchas hay comedores comunitarios, instalaciones de deporte y tarea de contención para jóvenes y niños”. Nos dirigimos hacia B° Autódromo con la esperanza que, al tratarse de una barriada, podríamos apreciar la labor comunitaria a la que el religioso hace referencia.

La parada es en Av. El autódromo 382, sobre la arteria principal del barrio. A simple vista, el edificio parece un templo o una parroquia, salvando el detalle de que, sobre su arquitectura, no se erige ninguna cruz, como en la mayoría de las iglesias católicas. El inmenso cartel adherido a la fachada del templo y su inscripción nos traen aún más dudas: “Templo Cristiano Evangélico: Misión Iglesia del Señor. Inaugurada el 25 de enero de 2014”. Sin salir del asombro miramos nuevamente el expediente de la DGI. La dirección es la misma, pero la inscripción en Inmuebles data del 4 de julio de 1988. “La misericordia de Dios ha concedido a la Misión Iglesia del Señor consagrar un nuevo templo, en esta oportunidad en la provincia de Salta el 25 de enero de 2014. Los Pastores Irma y Jorge Ernesto Tapia esperaron con gran expectativa la llegada de este día trabajando en los últimos detalles de esta Casa de Oración”, señala el portal evangelista misargentina.org, sobre el día de su inauguración.

A simple vista, el edificio parece un templo o una parroquia, salvando el detalle de que, sobre su arquitectura, no se erige ninguna cruz, como en la mayoría de las iglesias católicas.

Cuarto Poder se comunicó con el Secretario General de la Unión Bautista del NOA, el Pastor Renato García, quien explicó que en el caso de los templos evangélicos, las exenciones no son totales, aunque el código fiscal establece ciertos beneficios como el no pago del impuesto inmobiliario. Para eso, los templos deben cumplir con dos requisitos: estar inscriptos en el registro nacional de culto y tener personería jurídica.

“En nuestro caso, los servicios se pagan normalmente. Los que están exentos de otros impuestos, es porque hicieron los trámites. Algunos los hicieron, otros no. En la ciudad de Salta calculamos que alrededor de 200 templos están exceptuados de pagar impuestos inmobiliarios”, agregó el pastor.

El 14 de Julio de 2017, a través del decreto 15313, la Municipalidad de la ciudad de Salta condonó la deuda que la Iglesia evangélica M.I.S. tenía con el municipio en concepto de Tasa General de Inmuebles e Impuesto Inmobiliario, desde su creación hasta la fecha. Las dudas se acrecentaban, pero había que concluir el recorrido.

Parada 4: Turismo celestial

Alvarado 351 es la dirección del último domicilio a visitar. Se trata de una propiedad de la iglesia Catedral de Salta en el catastro 5176. Desde afuera, el edificio parece una mezcla entre galería comercial y complejo habitacional. Sobre la entrada se aprecia un escudo con la leyenda “Casa del Peregrino”. Aunque no parece un lugar propicio para el desarrollo de tareas solidarias, el lugar al menos exhibe frases e imágenes religiosas que nos hacen saber que no estamos tan desorientados.

Al ingresar al edificio, la confusión llegó a su punto culminante: el inmueble está dividido en tres espacios, en el ala izquierda funciona una agencia de viajes y turismo, en el ala derecha una empresa constructora, y en el medio y en los tres pisos siguientes un hostal de 1 estrella.

La “Agencia del Peregrino” ofrece Cabalgatas, Mountain Bike, Rafting y otras excursiones en Salta, Iruya, San Antonio de los Cobres y la Quebrada de Humahuaca. Además, oferta paquetes de viajes a Tailandia por 5415 dólares, a Perú por 1496 o a Brasil por 1891. El turismo “cultural y religioso” encabeza la lista de ofertas. La constructora Walter Álvarez, por su parte,  trabaja en obras de arquitectura, ampliaciones, estructuras, diseños y planos aprobados. El hostal “Casa del Peregrino”, por último, cuenta con 15 habitaciones entre dobles, triples, cuádruples, quíntuples y séxtuples. Todas ellas con baño privado, calefacción central, ventiladores de techo y aire acondicionado. Una habitación simple cuesta 860 pesos por noche y una doble matrimonial 920.

Las tres empresas pertenecen a una misma firma: Álvarez Chamón S.R.L. Se trata de una de las más importantes empresas contratistas del estado provincial. Según consta en el Boletín Oficial, la sociedad quedó constituida en 2006 por los socios Walter Álvarez y María Karen Chamón Exeni. Las actividades de la sociedad abarcan: “Construcción, refacción y mantenimiento de edificios públicos y privados, la compraventa, alquileres y administración de inmuebles así como la administración y explotación de agencias de viajes y turismo y la prestación de servicios de alojamiento en hoteles, hosterías y similares”.

Entre las innumerables obras públicas adjudicadas a la firma se pueden mencionar: Terminación del complejo municipal de Molinos ($ 6.607.547,97), construcción de la escuela albergue de Volcán-Higueras, Iruya ($ 4.164.526,57), ampliación de la escuela N° 4363 de Embarcación ($ 239.959,02), refacción de palcos del estadio Padre Martearena ($ 307.849,53), construcción de la comisaría de Barrio Sanidad (2.316.846,06), refacción del museo antropológico de Salta Capital ($ 3.045.094,83), construcción de cubierta para patio de escuela N° 4397 de Iruya ($ 838.562,58)… Continuar con esta lista resultaría interminable y tedioso.

Desde estas rosadas páginas, finalmente, terminamos por adherir a la afirmación de monseñor Dante Bernacki: “La iglesia no es una empresa inmobiliaria” y reconocemos con asombro la diversificación y amplitud de actividades que la sagrada institución ostenta.