Se conocieron nuevos casos de rabia en perros del norte de la provincia. En junio se había detectado un brote. El Ministerio de Salud de la Nación emitió un informe sobre los casos.
La noticia apareció en un periódico sensacionalista. Decía simplemente que se había producido un contagio de rabia entre perros de Salvador Mazza. Se trataba de una situación entre absurda y jocosa: una mascota enferma se escapó cuando su dueño la estaba llevando a un curandero para tratarla. El perro se acercó a otro animal y lo contagió. Y así, como en una película catástrofe de poco presupuesto, la rabia fue atravesando cuerpos caninos hasta que el brote se confirmó nuevamente, casi incontrolable.
El director de Zoonosis de Salta, José Luis Sartini, confirmó los casos y explicó que en la zona norte de la provincia se deben extremar las medidas, ya que la cercanía con la frontera boliviana provoca grandes riesgos de contagio.
Una provincia rabiosa
Los casos recientes se suman a los notificados en el mes de junio, en la misma zona de la provincia. El mes pasado, el Ministerio de Salud de la Nación se hizo eco y emitió un alerta epidemiológico.
Según las estadísticas presentadas por el Ministerio, en los últimos quince años se han registrado 366 casos de rabia canina. Durante los años 2002 a 2005 se produjo un brote de rabia en Tartagal, Aguaray, General Mosconi, Salvador Mazza y Salta. También se percibió en las localidades jujeñas de San Salvador, Palpalá y La Quiaca.
En los últimos cinco años, los casos fueron ocasionados por virus variante 1 (V1) en Jujuy y Salta y variante 2 (V2) en Chaco y Formosa.
Desde 1994 se registraron cuatro casos de Rabia Humana en el país: Corrientes, Chaco, Jujuy y Tucumán. Provincias cercanas a Salta.
Datos necesarios
Según explica el Ministerio de Salud, la rabia en los animales se puede manifestar como forma furiosa o clásica o forma paralítica o muda. Los perros y gatos presentan habitualmente la forma furiosa. Inicialmente se evidencia un cambio de conducta, con ansiedad y excitación, seguido de agresividad con tendencia a morder objetos, animales y al hombre. Saliva abundante debido a la parálisis de los músculos de deglución, y alteración del ladrido por la parálisis de las cuerdas vocales. En la fase terminal de la enfermedad se pueden observar convulsiones generalizadas; luego, incoordinación muscular y parálisis de los músculos del tronco y de las extremidades, y muerte por parálisis de los músculos respiratorios.