Se enfrentan por el control de la Federación Argentina de Municipios y Macri juega un rol clave. El control del organismo estuvo desde su creación, hace dos décadas, bajo el mando del peronismo.
La pulseada enfrenta a dos bandos activos: por un lado el PJ, que a pesar de la derrota y las divisiones conserva una estructura importante, y Cambiemos, paraguas bajo el que conviven radicales y Pro no sin chispazos. Como actor central, emerge el Gobierno, que ve la posibilidad de arrebatarle un botín al peronismo y extender su poder territorial, una lógica de construcción tradicional de la que el macrismo se mostró alejado. Hasta ahora.
La elección de autoridades debería ser entre mayo y junio, calendario que define el actual jefe, Julio Pereyra, histórico intendente de Florencio Varela. La competencia interna es un hecho inédito, nunca se usó esa modalidad, y la ilusión de todos los sectores es arribar a un consenso que hoy parece complicado: nadie quiere ceder el trono, más como una demostración de fuerza que por el alcance de la federación.
Mientras, desde el Ministerio del Interior, encabezado por Rogelio Frigerio, monitorean el mapa de municipios a la caza de voluntades y mantienen abierta la negociación con el PJ. «Teniendo el Presidente, la gobernadora de Buenos Aires y una gran cantidad de intendentes sería lo más lógico que un representante de Cambiemos presidiera al FAM», dijo a LA NACION Lucas Delfino, subsecretario de Gestión Municipal, uno de los funcionarios que trabajan en el asunto.
Para Macri, el federalismo no son sólo los gobernadores, y fomenta la relación directa con los alcaldes. De hecho, arma una megacumbre con todos los intendentes del país para septiembre, en la Capital, como broche de oro para hacer público ese mensaje de cercanía.
La radiografía general es así: de 2237 localidades (entre municipios y comunas), hay 883 del Frente para la Victoria/PJ y 463 de Cambiemos. Los 891 restantes, que son mayoría, corresponden a partidos provinciales u otras expresiones no alineadas. Ésa es, claro, la porción más codiciada.
De todas maneras, según el estatuto de la FAM, sólo tienen derecho a votos los afiliados que tengan la cuota al día. El universo se achica (de hecho son alrededor de 500 municipios socios) y ese poroteo da como resultado un final abierto: unos 200 del PJ (de vertientes K y peronistas ortodoxos), 120 «puros» de radicales y Pro, y otros 60 de vecinalistas, que podrían plegarse a Cambiemos.
En el llano, el peronismo resiste con la consigna de «no entregarse». Pereyra ya avisó que él no quiere seguir en el cargo, con lo cual arrancó la danza de nombres. De los bonaerenses, un grupo posiciona a Eduardo «Bali» Bucca, de Bolívar, último anfitrión de un encuentro de alcaldes. Por el interior, también está Enrique Cresto, de Concordia, presidente del bloque peronista de intendentes.
«La FAM es un espacio interesante, podemos hacer un trabajo constante con todos los municipios del país, quizás estando en la oposición puede hasta revalorizarse», explicó Bucca a LA NACION, exponente del ala que intenta protagonizar el poskirchnerismo, como Martín Insaurralde y Gabriel Katopodis.
Lo contrario piensan los radicales. «En los últimos tiempos estuvo al servicio de la interna del peronismo», lanzó Ramón Mestre, intendente de Córdoba.
El alcalde de la UCR pica en punta en el casting de candidatos oficialistas. Hace dos semanas recibió un guiño de Macri, cuando asistió a su asunción como jefe del Foro de Intendentes Radicales. Mestre, que es actual vice de la federación, sostiene que la entidad fue una cáscara vacía durante la era K. Hay algo de cierto: tuvo mayor gravitación de la mano de Néstor Kirchner, que aun así, con la crueldad con la que ponía apodos, solía referirse a Pereyra y su par Alberto Descalzo, de la FAM bonaerense, como «la Tota y la Porota». Con Cristina, se desinfló su influencia.
Macri deberá definir dos cuestiones: si va a jugar a fondo para sacar al peronismo, en la Nación y en Buenos Aires, y si apoya a un radical (Mestre) o a un Pro, como promueven algunos. Ya quedaron fuera de carrera Néstor Grindetti, de Lanús, desgastado por los Panamá Papers, y tampoco genera consenso Jorge Macri, de Vicente López. El último ensayo es Nicolás Ducoté, de Pilar; y no descartan la opción del massista Gustavo Sáenz, alcalde de Salta, como una tercera posición.
Aunque no se sumó a esta discusión, María Eugenia Vidal dio el OK a su ministro de gobierno, Federico Salvai, cuando le transmitió que el flamante Foro de Intendentes Bonaerenses de Cambiemos quería una postal conjunta con la gobernadora. ¿Cederá la gobernadora la FAM provincial al PJ como prenda de cambio para saldar la batalla nacional? «Veremos», repiten, sin pistas, en su mesa chica.
Según cálculos del peronismo, si bien Vidal tiene la hegemonía con 64 de los 135 municipios, la cuestión cambia cuando se traduce a votos: 32 socios tiene Cambiemos, 36 el FVP, cuatro el massismo y hay dos vecinalistas. Otro mano a mano para el infarto.
Qué es la FAM y para qué la quieren
Es una federación con personería jurídica creada por ley en 1997. Excepto durante la Alianza, siempre fue dominada por el PJ
Atribuciones
Entre sus funciones está articular con gobiernos nacionales y provinciales en representación de los municipios. Firma convenios, realiza capacitaciones y actividades, y es una «vidriera» política
Recursos
Se financia con aportes del Gobierno ($ 6,5 millones para 2015) y cuotas que cobra a sus socios, que es un porcentaje según cantidad de habitantes. Ejemplo: a Quilmes, con una población de 510.000, le corresponde un pago trimestral de $ 120.000
Planes
El PJ la quiere hacer base como polo opositor. La UCR quiere construir desde ese espacio y Pro, imponerse sobre el peronismo como hecho simbólico.
Fuente: La Nación