Un informe de la Auditoría Provincial confirma lo que todos sospechan en San Lorenzo: la gestión de Federico Parra nunca respetó los más elementales principios de administración. Ahora implementó un impuestazo que dará más recursos al intendente electo de quien el saliente espera impunidad. (G.T.)
Empezó pésimo y terminará pésimo. La gestión de Federico Parra al frente del Municipio de San Lorenzo es pésima. A meses de entregar el mando perdido en las últimas elecciones, las críticas y denuncias se multiplican en la localidad vecina a la Capital porque Parra dejará a los sanlorenceños un fuerte aumento en los impuestos municipales que regirá desde septiembre y que disfrutará su sucesor “Kila” Gonza.
Pero antes, apenas asumido, ya había mostrado que su gestión iba a ser un verdadero descontrol o como dicen resignados en San Lorenzo una “parranda”. Así lo confirma un informe recién publicado por la Auditoría General de la Provincia sobre la “Ejecución Presupuestaria de Recursos y Gastos” en el primer semestre de 2012, el primer semestre de la gestión Parra. El organismo de contralor descubrió, por ejemplo, que la ordenanza que aprobó el Presupuesto de Gastos, el Cálculo de Recursos y el Plan de Obras para el año 2012 fue dictada recién en septiembre de ese año “incumpliendo el plazo establecido en la Ley 1.349, Orgánica de Municipalidades”. En efecto, Parra gobernó siempre sin Presupuesto y sin Balance y a propia voluntad sin que el Concejo Deliberante pueda ejercer un real el control de las determinaciones del intendente.
“Tiene desaprobados los balances de 2013 y primer semestre 2014 y hasta acá no presentó un Presupuesto para 2015”, graficó la concejal Violeta Gil. Lejos de contrariarla, los profesionales de la Auditoría confirmaron estos desmanejos y advirtieron, por ejemplo, que durante el Ejercicio 2012 “no tuvo” autorización del Concejo Deliberante para modificar partidas y sin embargo más de $9 millones fueron redireccionados.
“No registra sus operaciones en una contabilidad presupuestaria, esto es, los recursos calculados y los recaudados según su origen, los gastos por el importe autorizado y sus modificaciones, los compromisos contraídos, y los incluidos en órdenes de pago” denunciaron los auditores y agregaron “la registración no cumple con principios técnicos generalmente aceptados (lo que) dificulta las tareas de análisis y control”. En buen criollo dijeron que es imposible saber (más allá de la presentación de notas aclaratorias) cuánta plata se esperaba recaudar, cuánta plata se recaudó efectivamente, y cuánta plata se gastó.
Los libros Diario y Mayor (elementos básicos de cualquier proceso contable) no respondieron a una mínima lógica y no permitieron el control del Balance que, además, tuvo groseras deficiencias en la registración de las tareas de Obra Pública. En el mismo sentido, los auditores encontraron que “los saldos de las cuentas contables bancarias presentan un saldo al 30/06/12 que difiere con el saldo del Libro Banco” y si bien esa diferencia fue menor, de unos $3 mil, desnudó la discrecionalidad en el manejo de los caudales públicos.
El descontrol en San Lorenzo fue y es tal que los especialistas de Auditoría advirtieron que “no existe un inventario actualizado de los bienes muebles e inmuebles del Municipio (…) no se realiza periódicamente recuento físico de los bienes (…) no se registran los bienes dados de baja por destrucción u obsolescencia”. Es decir que nunca se supo ni se sabe cuáles son los bienes de la comuna por lo que fue y es imposible saber si alguien se apropia de ellos. Y lo mismo ocurrió y ocurre con los bienes móviles porque “el inventario del parque automotor resulta impreciso e incompleto”.
Peor aún, el Municipio no informó sobre el proceso de compras de combustibles, repuestos, reparaciones y materiales de construcción. No lo hizo en 2012 según reveló la Auditoría y no lo hizo nunca según denuncian los opositores a Parra.
Algunos números
Todas las enormes deficiencias contables desnudaron un cuestionable manejo de los fondos públicos. Así por ejemplo, el importe de Recursos expuesto al 30/06/12 ascendió a $9.041.769 mientras que el importe de Erogaciones expuesto también al 30/06/12 ascendió a $10.397.397. La diferencia superó el millón de pesos.
Las cuentas “Fondo Federal Solidario” integrado por los dineros de la exportación de soja y “Ámbito Municipal” de mera integración local mostraron diferencias aún mayores y realmente escandalosas. La Tesorería de la Provincia informó envíos por $539.801 y $729.216 pero el Municipio registró $520.344 y $703.128, y no explicó dónde están los más de $19 mil y $26 mil de diferencia.
Como muestra, muchas otras cuentas como “Ayuda a carentes bienes”, “Asistencia crítica”, “Otros servicios públicos” y “Obras públicas varias” confirmaron los enormes desfasajes de $233.701, $77.694, $167.520 y $268.132. Esa lógica en la administración de los recursos públicos (municipales, provinciales y también nacionales como los del “Fondo Sojero”) fue repetida, según indicaron a Cuarto Poder empleados y proveedores municipales, en todos los años de gestión de Parra.
El pacto
Muy consciente de su poco transparente gestión y anticipándose a los meses por venir, Federico Parra selló un acuerdo con su sucesor (y también antecesor) “Kila” Gonza y se encargó de incrementar la caja que éste manejará desde diciembre. “Sin previo aviso, sin tratamiento en comisiones y sin debate, los bloques del PPS, PRS y el PJ aprobaron un impuestazo municipal del 24% que regirá desde septiembre” denunció en junio Violeta Gil, concejal del Partido Obrero.
Esa actualización tributaria que engrosará las arcas municipales fue promovida por el intendente saliente aunque, según se comenta en San Lorenzo, el verdadero cerebro de la iniciativa fue el intendente electo. El tácito acuerdo es simple: Parra se encargó del “trabajo sucio” y Gonza se encargará de “mirar para otro lado”.