Bettina Romero volvió a ocupar su sillón en FUNDARA, la fundación que hizo de bunker romerista para las elecciones a gobernador de la provincia y dejó de tener la dinámica previa a las PASO de agosto pero que haría de soporte para que la hija del exgobernador busque una banca en 2017.

Cuando el pasado martes volvió a la sede ubicada en General Güemes y Bolívar, lo primero que notó Bettina Romero es que la cantidad de operarios que prestaban servicios en la fundación eran como mucho 10. Un número muy inferior a los 30 que iban y venían antes de las PASO del 9 de agosto cuando aún tenía esperanzas de derrotar a Miguel Nanni y encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales por el frente “Cambiemos” que encabeza Mauricio Macri.

Ninguno de los presentes ese día presenció algún balance de campaña que explicara porqué perdieron hace dos semanas y menos aún se escucharon autocríticas al respecto. Lo que sí declaran varios, aunque en absoluto off the record, es que las causas de la derrota obedecieron a que la joven política apostó a “desjuancarlizar” su imagen (en alusión a despegarse de la figura de su padre) para apostar a una mayor identificación con el PRO en general y la figura de Mauricio Macri en particular, estrategia que los consultados atribuyen al exministro de la Producción durante el gobierno de Juan Carlos Romero: licenciado Sergio Camacho.

El razonamiento, según las fuentes, fue erróneo por dos cuestiones centrales: los votos de Bettinita provienen de ese núcleo duro de salteños que añoran los años de gestión de su padre; mientras Mauricio Macri decidió apostar por Nanni que se llevó todas las fotos con el jefe de gobierno porteño. De lo que nadie duda es que equivocada o no, la hija del exgobernador está convencida de que los 50.236 votos cosechados (28.212 de los cuales provinieron de la capital) que representaron un 8,81% del padrón son exclusivamente suyos y no del padre del que recuerdan que sólo se sacó una foto de campaña con su hija.

Esa sería la razón por la cual FUNDARA seguirá operando aun cuando tras la fachada de hoy, sólo existan marquesinas, algunos empleados sostenidos por cargos en el senado de la nación y el objetivo de producir algunos informes de coyuntura como los difundidos en los últimos años: problemas habitacionales en Salta, pobreza infantil y otras variables de ese tipo. Los objetivos de esa actividad: aprovechar la entidad que adquirió la fundación en los últimos años, mantener en vigencia la figura de la hija del exgobernador quien estaría decidida a buscar una banca en 2017.

De lo que se habla menos, es de la conducta que asumirá Bettina Romero en las generales de mayo. Todos los consultados descartan que pueda renunciar a integrar la lista que encabezará Miguel Nanni en dos meses, aunque todos aseguren también que los esfuerzos para impulsar esa candidatura por el momento son nulos.