Un conejo mariguano fue fundamental a la hora de atrapar a cultivadores de ganja en El Carril. El animalito se escabullía a comerse las plantas del vecino y lo terminó delatando.

A pesar de ser unos dulces mamíferos, los conejos también suelen tener hábitos extraños, como fornicar con seres de otra especie, ya sean gallinas o gatos, así también consumir alucinógenos. Lo que se dice un viva la pepa.

La policía carrileña se llevó una gran sorpresa luego de que la dueña de un lindo conejito reportara la desaparición del mamífero lagomorfo aduciendo que un agujero en su patio llevaba directamente a la casa del vecino, donde ya más de una vez se había metido el tierno pero mariguano animalito.

Al encontrarse el vecino ausente por un viaje prolongado, los oficiales optaron por mirotear sobre la tapia, dándose con una plantación relativamente extensa: 42 plantas que no eran necesariamente lechuga.

Según declaró la dueña, el animalito se escapaba constantemente y volvía de lo más risueño y con hambre. “Al volver de la casa del lado le notaba los ojos más rojos de lo normal”, comentó consternada y casi con lágrimas en los ojos, que casualmente los tenía también rojos, pero de la emoción.

Tras la incautación de la marihuana, el conejo fue condecorado por su servicio a la comunidad y su tenaz lucha contra el narcotráfico. “Decidimos darle el título de sargento honorario, ya que en lo que va del año gracias a su intervención llenamos la cuota de droga incautada”, comentaron fuentes confidenciales cercanas a la alta cúpula azul a El Polichombi.